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“Los expatriados somos embajadores de nuestra Universidad “

By 1 diciembre, 2012febrero 7th, 2020No hay comentarios todavía

¿Cómo surgió la oportunidad de trabajar en la Oficina Europea de Patentes?

Cuando acabé la carrera estuve trabajando en España un tiempo pero sentía que en mi trabajo no estaba desarrollando todo mi potencial. Además, paralelamente a la carrera, me había formado en idiomas. Sabía inglés, francés y algo de alemán y si seguía en España mi puesto lo iba a perder. Comencé a buscar un trabajo en el que poder poner en valor tanto la formación recibida en la UPV como mi formación en idiomas. Vi la oferta en el periódico y me presenté.

¿Cómo fue la decisión de establecerte en el extranjero? ¿Qué dudas surgieron?

Las principales dudas vienen por dejar a la familia y los amigos. Pero mi mujer y yo siempre hemos pensado que quizá estaríamos más “lejos” si viviésemos en Madrid, Barcelona o A Coruña. Tanto en Holanda como en Alemania he tenido la flexibilidad de, si era necesario, poder coger un avión y venir inmediatamente. Si hubiésemos estado en España probablemente no hubiese tenido tanta flexibilidad.

¿Cuál es tu labor en la Oficina Europea de Patentes?

Soy uno de los 3.900 examinadores de patentes de la Oficina. Cada examinador tiene un campo técnico concreto, en mi caso un rango específico de maquinaria agrícola. Cuando se recibe una solicitud de patente, nuestro trabajo consiste en realizar una búsqueda del estado de la técnica respecto a esa presunta invención y juzgar, a la vista del estado de la técnica y otros criterios, si la invención merece una protección a través de una patente o no. Además los examinadores también participamos en las divisiones de oposición. Es decir, que si un tercero piensa que una patente se ha concedido de forma incorrecta y se ha opuesto, nosotros tenemos que resolver la disputa. También nos hacemos cargo de la clasificación de toda la documentación del rango técnico que tenemos asignado puesto que tiene que haber una clasificación sistematizada de patentes a nivel internacional muy bien organizada.

¿Cuál es la situación de España con respecto al número de solicitudes de patentes?

Hay países innovadores cuya industria produce continuamente soluciones nuevas y diferenciadas. En otros países, como en España, el desarrollo industrial ha estado basado durante décadas mayoritariamente en la reducción de costes limitándose técnicamente a reproducir lo que otros hacían. Actualmente España se encuentra en una transición hacia una economía más basada en el conocimiento. En los últimos años ha habido un importante aumento en el número de solicitudes de patentes pero dado que nuestra situación de partida era muy baja todavía no estamos en el lugar que nos corresponde si atendemos a nuestro peso demográfico y económico.

¿Qué puedes comentarnos sobre las diferencias de trabajar en España, Holanda y Alemania?

Lo primero que observé es que en España tenemos una fuerte cultura del presencialismo. Hay que estar diez o doce horas diarias en el trabajo aunque tu contrato sea de ocho y la carga de trabajo a veces no lo justifique. Sin embargo, la tendencia que veo en Holanda y Alemania es la de trabajar las horas estipuladas de la manera más productiva posible. Incluso está mal visto que hagas horas extra regularmente porque implica que no eres capaz de hacer tu trabajo en el tiempo marcado. Esto es muy importante, porque te deja tiempo para continuar formándote -lo cual es beneficioso para la empresa-, para la familia… También he observado en estos países más seriedad en el cumplimiento de las normas en general, más allá de lo laboral. Hay una mayor conciencia social.

¿Qué consejo darías a los jóvenes que frente a la crisis se están planteando trabajar en el extranjero?

Que no tengan complejos ni miedo, sobre todo, en el entorno de la Unión Europea. Y que se formen en idiomas. Además, si luego vuelven, haber trabajado en el extranjero es un plus. Los que estamos fuera estamos recibiendo una formación que probablemente en España no podríamos adquirir. El tema de las patentes es un ejemplo muy claro de lo que digo.

¿Qué opinas de la llamada “fuga de cerebros” y el recelo que suscita?

Considero que es un debate absurdo. Evidentemente sería bueno que hubiese en España más oportunidades profesionales para titulados de alto nivel. Pero antes que permitir que un titulado esté desaprovechando su potencial en un empleo para el que está sobrecualificado, es mejor que emigre. Además cada profesional que trabaja en el extranjero es un embajador de su Universidad y de su tierra. Actualmente tenemos titulados de la UPV en organismos internacionales como la OEP, la Agencia Espacial Europea, o el CERN, y en grandes empresas como Siemens o Bosch y, en muchos casos, han surgido colaboraciones o se han producido inversiones de estas entidades hacia España porque estos titulados expatriados se encuentran en puestos relevantes dentro de las compañías y dan visibilidad a su país de origen desde allí.

¿Cuáles crees que deberían ser las funciones de una Asociación de Antiguos Alumnos?

Soy miembro de Antiguos Alumnos desde que acabé en 1997. Es importante mantener el vínculo. El antiguo alumno puede seguir la evolución de su Universidad, saber qué puede esperar de ella si necesita sus servicios o también ofrecerse a la Universidad como profesional o colaborador. Y la Universidad puede mantenerse conectada con el mundo real y tomar conciencia de cuáles son las necesidades del mercado laboral.