¿Cuál fue tu primera experiencia internacional?
¿Cuál fue tu primera experiencia internacional?Empecé con a una beca Erasmus en los alrededores de París para EADS en 2001. Desde el principio tenía claro que quería trabajar fuera de España sólo por enriquecimiento personal y aprender a vivir en un entorno diferente, así que trabajé mi currículum desde el principio y antes de terminar el proyecto fin de carrera ya tenía 4 posibles ofertas que me interesaban y la que más me interesó fue la de Schlumberger, ¡pero eso eran otros tiempos!
¿Cuál es hoy en día tu labor en Schlumberger?
Schlumberger es una multinacional de servicios petroleros con 120.000 empleados. Yo trabajo en un centro de desarrollo y producción en Clamart, a unos 10 kilómetros de Paris. Por resumirlo de alguna manera, aquí diseñamos, rediseñamos y fabricamos herramientas de prospección con sensores de lo más diverso para vender a nuestros clientes, las empresas petroleras, datos sobre sus pozos: cuándo, dónde y sobretodo cuánto petróleo hay.
Actualmente tengo un puesto de ingeniero de proyectos de mejora continua (“sustaining”) en electrónica y software embarcado. Es un puesto que exige sobretodo gestión de plannings y recursos además de una buena experiencia técnica.
Compagino el trabajo con un MBA en la Sorbona para darle una orientación más “management” a mi carrera.
¿Cuál es la realidad laboral en Francia? ¿Existen oportunidades?
Sí, existen oportunidades, Francia apenas empieza a estar afectada por la crisis y a un nivel realmente bajo. Las cosas no son tan fáciles como cuando yo salí pero con un CV bien hecho según las pautas francesas y una “lettre de motivation” o carta motivacional, que es igual o más importante que el CV, se pueden encontrar oportunidades interesantes, sobre todo en grandes grupos.
Es importante tener una titulación que sea conocida en Francia, sino francesa, para que las empresas puedan clasificar al candidato según un ranking de escuelas nacional. Por eso el empezar con una beca europea o internacional es más que recomendable.
Cuando piensan en emigrar, muchos españoles optan por mejorar su inglés o incluso el alemán, ¿crees que el francés puede igualmente abrir puertas? ¿Tienen potencial los países francófonos?
A los franceses les gusta que les hablen en francés, es un verdadero plus para buscar trabajo en Francia por muy bien que se domine el inglés. Además, el francés no sólo abre puertas en Francia, Bélgica y Suiza, sino también en Quebec y todas las antiguas colonias francesas en África.
Quebec y en general Canadá brindan muchas oportunidades a los extranjeros y muchas empresas francesas están empezando a invertir en los países magrebíes.
Creo que es una buena elección estudiarlo porque es un buen compromiso como segundo idioma entre importancia y facilidad de aprendizaje.
¿Qué principales diferencias has encontrado en la forma de trabajar entre España y Francia?
Francia sigue un sistema burocrático con muchos más procedimientos y reglas que España. En las grandes compañías los empleados trabajan por objetivos y no por horarios. Al jefe se le tiene más respeto y menos miedo, porque para eso están los poderosos sindicatos. Las empresas invierten a largo plazo en los empleados para que estén bien formados y les sean fieles. Puede haber amiguismos pero el sistema tiende a ser meritocrático.
En España, no trabajé mucho tiempo, lo que puedo decir es la experiencia de españoles que conocí en Paris y que luego volvieron: se trabaja más a corto plazo y las relaciones son más importantes que los objetivos pero la gente pone más pasión y hay más espíritu de compañerismo.
¿Qué pusiste en el lado de los pros y en el de los contras a la hora de establecerte en Francia?
Los pros y contras de mi caso específico:
Pros: Flexibilidad de horarios, más vacaciones, estabilidad, trabajo en un entorno internacional, aprendizaje continuo, buena educación pública, sistema de seguridad social, amigos franceses y españoles en Paris, cercanía a España.
Contras: Voy a caer en lo típico: familia, amigos y clima. Aunque hay soluciones para ello: vuelos low cost, videoconferencias, llamadas internacionales a bajo precio… ¡Para el clima sí que no hay nada que hacer! Sólo aprovechar las vacaciones de más que tiene este país y su localización céntrica para viajar.
Un contra específico de París es que es una ciudad con una población metropolitana de más de 12 millones de habitantes. No es lo mismo venir una semana de turismo, que batallar con toda esa gente a diario!
¿Te gustaría vivir y trabajar en España? ¿Qué condiciones tendrían que darse para que regresases?
Sí y no, depende mucho del puesto de trabajo, podría ser España u otro sitio. El modo de vida español me gusta, el modo de trabajo español no me gusta tanto. Desde fuera yo diría que el largo y medio plazo no se toman en cuenta suficiente.
La condición principal sería encontrar un trabajo donde pueda compartir la riqueza de conocer las dos culturas. La flexibilidad y la gestión por objetivos son las cosas que no me gustaría echar de menos.
¿Qué aconsejarías a los jóvenes que se plantean emigrar?
Cambiar de país es una decisión vital y hay que estar seguro de lo que conlleva y de lo que se busca: ¿salario, estabilidad, enriquecimiento personal?
Una vez se tiene claro no hay que dudar en poner todos los medios haciendo CV’s y cartas motivacionales adaptadas a cada oferta, practicar para las entrevistas con personas francófonas… y una vez ya en la entrevista demostrar energía y proactividad. En Francia más que en ningún sitio, la primera impresión es la que cuenta, y por suerte o por desgracia cada persona que emigra representa a su país.
Una vez ya fuera del país de origen, los sociólogos definen varias etapas de la expatriación: la etapa del turista cuando todo es de color de rosa, la etapa nostálgica cuando todo es mejor en el país de origen y finalmente, si se supera la nostalgia, la etapa en la que encuentras cosas buenas y malas de cada país, como es lógico. Es una experiencia que no deja indiferente a nadie y no creo que haya que tomarlo como algo negativo sino todo lo contrario, una oportunidad para crecer.
