El autor: Giordano Trabison
Directivo internacional con amplia experiencia en Brasil y experto en la Dirección Estratégica de Proyectos y en la Gestión de Empresas Constructoras e Inmobiliarias.
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Durante los últimos días estamos viendo por los medios de comunicación las protestas en las calles de las principales ciudades de Brasil. De todos es conocido que el detonante de dichas protestas ha sido el incremento de los precios del transporte público en la ciudad de São Paulo.
Protestas por falta de inversión en educación y sanidad
Se da la circunstancia de que el recién electo Prefeito de São Paulo pertenece al Partido de los Trabajadores (PT), el mismo al que pertenece la actual Presidenta del País, Dilma Rouseff y su antecesor Lula. Pero las protestas sociales, según las últimas noticias, tienen mayor trasfondo y eso parece preocupar a los dirigentes del partido y del Gobierno, pues aunque muchas ciudades ya han dado marcha atrás a las subidas, no son capaces de controlar las manifestaciones en las que seguramente haya muchos jóvenes que les han votado. Las protestas ahora se están dirigiendo hacia la falta de inversión en educación y sanidad, además de exteriorizar su indignación por la corrupción entre la clase política. En cierto modo, hay una correlación con la situación socio-económica de España y las protestas pasadas promovidas por el movimiento 15M.
Pero volvamos al motivo del inicio de las protestas. La mayoría de las grandes ciudades en Brasil tienen un déficit importante de infraestructuras y de transporte público. Yo he padecido grandes atascos en São Paulo y en Rio, he visto el estado de conservación de muchas infraestructuras en otras ciudades como Fortaleza y Natal, y he visto autobuses y estaciones de metro abarrotados en todas estas ciudades.
Así como el Estado de São Paulo es uno de los que cuenta con mejores infraestructuras, muchas de ellas, especialmente en carreteras, llevadas a cabo mediante esquemas de colaboración público-privada (CPP), existe cierto contraste con otros Estados de la Federación con menos recursos económicos y donde no ha habido planes de inversión en CPP o han comenzado más tarde.
17 mil millones de Euros para planes de movilidad urbana
Es chocante ver cómo una de las mayores urbes del mundo como São Paulo, aún no tenga terminado su circunvalación (rodoanel) y acaben de adjudicar (algunos tramos a empresas españolas) los tramos restantes. O como su red de metro se encuentre tan poco desarrollada y como, por ejemplo, la ciudad de Rio, tenga una malla más completa. Dilma, a raíz de las protestas, acaba de anunciar una inversión de 50 mil millones de Reales (más de 17 mil millones de Euros) en planes de movilidad urbana para mejorar el servicio.
Pero por otro lado, en la otra cara de la moneda, se encuentra el sistema de trasporte público (autobuses) de la ciudad de Curitiba. Un sistema eficiente, ideado por el arquitecto Jaime Lerner, con corredores que dan prioridad al transporte colectivo sobre el individual, que ha sido estudiado y del que se ha hablado mucho a nivel internacional, hasta el punto de servir de modelo para otras muchas ciudades y que la misma ciudad de Valencia ha analizado.
Carril exclusivo para el transporte público
El sistema está compuesto por 5 ejes radiales compuestos por una vía central, con un carril exclusivo para el transporte público (donde transitan varios tipos de vehículos que prestan servicios diferenciados) y otros dos paralelos de uso mixto, y dos vías estructurales paralelas a la central para uso de vehículos particulares con conexiones a los barrios.
En fin, una muestra más de un gran país con enormes recursos, pero lleno de contrastes y con mucho trabajo por hacer. Brasil cuenta con grandes profesionales y está inmerso en una interesante etapa transformadora socio-económica, con grandes inversiones previstas en el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) y con muchos Estados realizando inversiones en CPP. Pero esperemos que las protestas de estos días sirvan para hacer reflexionar sobre la honestidad y la eficiencia del uso de los recursos públicos, es decir, hacer más con menos tan propio de la ingeniería.