Rafael Arrufat es ingeniero en diseño industrial por la UPV. Tras varios años trabajando en España para empresas de diversos sectores, ahora es diseñador cerámico en el departamento de exportación de una empresa castellonense. Sus clientes se encuentran en países como India, Bangladesh o Emiratos Árabes. En esta entrevista nos cuenta las peculiaridades de trabajar en el sudeste asiático y de su vida “itinerante”.
Desde 2004, cuando salí de la universidad, he alternado empleos en pequeñas empresas de distintos sectores (rotulación, digitalización, diseño gráfico) con empleos en grandes empresas del sector cerámico. Creo que he tenido la suerte de tener bastantes empleos. Considero positivo, al menos en los primeros años de carrera laboral, poder ir cambiando de trabajo, de empresa e incluso de sector. En todos los trabajos he aprendido cosas diferentes y he sacado muchas experiencias, tanto positivas como negativas.
¿Cuál es actualmente la labor que desempeñas en tu empresa?
Diseñador cerámico en el departamento de exportación. Los clientes para los que trabajo se encuentran en India, Bangladesh o en Emiratos Árabes. Desarrollo proyectos para la tecnología de impresión digital en la cerámica y me desplazo eventualmente a las fábricas de los clientes para ponerlos en marcha. Los viajes suelen durar entre dos y tres semanas.
¿Qué diferencias principales has encontrado a la hora de trabajar, en la cultura empresarial en la India, Bangladesh… y en España? ¿Qué es lo que más te ha impactado?
La sensación que me da siempre que viajo a esos lugares es que allí se vive más al día que aquí, sin una planificación medianamente fiable para el futuro, ni empleos demasiado estables. A las empresas les interesa producir hoy, y a los empleados les interesa trabajar hoy. Eso lleva, inevitablemente, a que los tiempos allí sean muy diferentes a los de aquí. Al principio pueden llevarte a la desesperación. Allí todo se hace esperar, y el tiempo parece no medirse igual como lo hacemos en occidente. Cuando te dicen que en cinco minutos estará todo listo para poder realizar tu trabajo sabes que pueden pasar 30 minutos, dos horas, o demorarse hasta el próximo día. No hay gente especializada en nada. En algunas empresas de la India hay familias enteras viviendo en chabolas anexas a la fábrica. Contratar y despedir es muy fácil. Se trabaja al día. A veces pienso si quizá con toda la reforma laboral y educacional que estamos viviendo actualmente aquí no nos acercamos (aunque sea poco a poco y aun quede lejos) a un modelo similar al de estos países. Gente no especializada, contratos basura, trabajar al día.
¿Y a nivel cultural?
Creo que a nivel cultural podemos ver reflejado el sistema laboral del lugar. Mantienen todavía vivas culturas milenarias, pero su propio desorden y su poca planificación los lleva a descuidarlas muchísimo. El nivel cultural de la gente es, por lo general, bajo. Supongo que ya es lo suficientemente complicado vivir al día, como para además preocuparse de la cultura. Imagino que esto debe de ser bueno para las empresas. Gente que no piensa, gente con hambre. Es triste. No puedo evitar pensar en analogías con la dirección que está tomando nuestro sistema laboral y educacional.
¿Qué es lo más difícil y lo más gratificante de un empleo con tanta movilidad?
Lo más difícil, sin lugar a dudas, es la soledad con la que te encuentras habitualmente, la lejanía de las personas que te importan y, muy a menudo, la imposibilidad de compartir con estas personas experiencias o sensaciones, tanto positivas como negativas. Lo más gratificante para mí son todas las experiencias personales y laborales que vas adquiriendo en los distintos lugares, con diferentes personas. Lo considero un aprendizaje esencial.
¿Están bien valorados los profesionales técnicos españoles en la India?
Mucho. En más de una empresa a la que he ido a realizar asistencia me han hecho ofertas muy interesantes para quedarme como empleado suyo. Los técnicos españoles que conozco trabajando establecidos en la India, por ejemplo, suelen estar dirigiendo la producción de las fábricas, cobrando grandes sueldos y con un gran peso y responsabilidad dentro de la empresa. Los que viajamos eventualmente a menudo nos encontramos con que a estas empresas les importa más la mera presencia de un técnico español, la publicidad de que esa empresa desarrolla diseños de aquí, más que el propio trabajo que realizamos.
¿Crees que hay oportunidades de empleo en el sudeste asiático para los técnicos españoles?
Sin duda. En una zona donde escasean de tal forma los profesionales especializados, un técnico español podría marcar una gran diferencia en cualquier empresa.
¿Cómo te imaginas dentro de 5/10 años? ¿Te imaginas recorriendo el mundo o te gustaría asentarte en España?
No. Aunque considero viajar como una experiencia vital necesaria para cualquier profesional (y para cualquier persona en general), no puedo evitar pensar que es algo temporal. Al final prima la necesidad de estar con los tuyos, de una rutina que, viajando, es imposible. Además, creo que si no puedo aplicar todo el aprendizaje adquirido en el extranjero a algún proyecto más local podría llegar a considerar todo este proceso como incompleto. Aunque nunca sabemos cuando dejaremos de viajar, mi idea a medio-largo plazo es asentarme aquí.
¿Qué aconsejarías a los jóvenes que estén pensando en iniciar una carrera internacional?
Les aconsejaría que no duden, que se deshagan de inseguridades y prejuicios y que viajen. El bagaje que adquirirán, tanto personal como profesionalmente es de un valor incalculable, e imposible de conseguir por mucho que estudien o se desarrollen aquí. Además, viendo la situación económica en la que nos encontramos ahora, no solo me parece una opción enriquecedora, si no también, por desgracia, necesaria.