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Este diciembre, en el Club de Desarrollo Personal y Liderazgo, decidimos cerrar el año hablando de cómo nuestra manera de escribir nos define.  Tomando conciencia de qué manera la escritura puede afectar a nuestras empresas y negocios. Mucho más de lo que nosotros mismos creemos.

Para conocer más sobre este tema, contamos con la presencia de Laia Terrón, experta en comunicación clara y eficiente para empresas. Quién comenzó la ponencia, preguntándonos acerca de nuestros puntos débiles a la hora de escribir. Analizando aquello que nos resultaba más difícil, o complicado. Para tomarlo como punto de partida.

Una vez habíamos detectado nuestros puntos de mejora. Comenzamos a describir qué es lo que entendíamos por “lenguaje claro”. Que, según Laia, es un estilo de escribir simple y eficiente que permite a los lectores comprender fácilmente el texto escrito. Basándose en:

  1. Uso de expresiones concisas y claras.
  2. Una estructura lingüística ordenada.
  3. Un buen diseño del documento.

Para poder entenderlo mejor, vimos una serie de ejemplos que nos ayudaron a diferenciar lo que era un lenguaje claro, de lo que no. El factor común a todos aquellas empresas u organizaciones que hacían un buen uso de la comunicación era la sencillez de sus palabras. Facilitando su comprensión.

Para poder entenderlo mejor, vimos una serie de ejemplos que nos ayudaron a diferenciar lo que era un lenguaje claro, de lo que no. El factor común a todos aquellas empresas u organizaciones que hacían un buen uso de la comunicación era la sencillez de sus palabras. Facilitando su comprensión.

Para Laia Terrón, un claro ejemplo de lenguaje claro y eficiente es, sin duda, la sociedad inglesa. Una cultura pionera en comunicación clara, puesto que lleva en su ADN la capacidad de escribir de una forma mucho más intuitiva, fácil y sencilla. Logrando así, que el lenguaje alcance su fin último, que no es otro sino comprendernos.

Muchas de las cosas que escribimos son solo un reflejo de nuestra forma de ser, de nuestra personalidad. Por eso, es cada vez más importante, cuidar de nuestro lenguaje escrito, porque como bien decía Laia:

“Un primer correo bien escrito, puede abrir puertas. Y otro mal escrito, cerrarlas.”

Un verdadero mensaje es profesional cuando se escribe pensando en los destinatarios. Con un lenguaje claro y conciso que consiga el objetivo por el que ha sido escrito. Y es que, lo que diferencia un lenguaje eficiente de otro que no lo es, es su nivel de empatía. Si antes de escribirlo, se ha pensado en la persona al que va dirigido, lograremos que nuestros mensajes sean leídos. Y, sobre todo, comprendidos. De esta manera escribiremos con empatía y aprenderemos a ser lectores críticos.

Si quieres saber más sobre este tema y eres socio de Innova&acción puedes acceder a la entrevista completa y a la documentación utilizada en la sesión en nuestra Know Box.

 

Entrevista a Laia Terrón.