Dejar el trabajo durante casi dos años para dar la vuelta al mundo. Visitar países exóticos y conocer a gente de diferentes culturas. Salir de la rutina y descubrir otras formas de vida. Encontrar historias interesantes de pequeñas personas capaces de hacer grandes cosas. Esto era sólo un sueño, pero se convirtió en nuestra realidad, la mía (Javi) y la de mi pareja (Mayte), dos profesores valencianos que llevamos más de 15 meses desarrollando un proyecto sobre la importancia de la educación como instrumento de cambio social. India, Tailandia, Nepal, Cuba, Nicaragua o Colombia son algunos de los países que hemos visitado hasta el momento.
Mayte y yo intentamos aportar nuestro granito de arena para crear un mundo mejor
Pero empecemos por el principio… yo estudié informática en la UPV a principios de los 90 y después creé una empresa a la que dediqué mucho tiempo y esfuerzo. Al cabo de bastantes años descubrí que eso no me llenaba y me convertí en profesor de secundaria, trabajo con el que he disfrutado mucho hasta la fecha. Mayte estudió Magisterio y es maestra de educación especial. Lo suyo es vocacional y, ya siendo niña, sabía que de mayor sería maestra.
A los dos nos interesaban desde hace tiempo los problemas sociales, el desarrollo, las causas de la pobreza, las injusticias, al acceso a la educación… e intentamos aportar nuestro granito de arena para crear un mundo mejor, desde las aulas y desde nuestro día a día..
Nuestros caminos se cruzaron hace casi 5 años, cuando viajamos a Nicaragua con una ONGD. Estuvimos un mes viviendo con familias de comunidades rurales, acompañándoles en su trabajo en las escuelas e institutos, compartiendo con ellos su día a día… Fue una experiencia que cambió nuestras vidas en todos los sentidos.
Al volver comenzamos una vida en común y descubrimos que queríamos seguir viajando, conociendo diferentes realidades y, al mismo tiempo, demostrar que la educación puede cambiar el mundo. Poco a poco la idea fue tomando forma: decidimos hacer un viaje que duraría alrededor de dos años y comenzamos a ahorrar para poder llevarlo a cabo.
El inicio de “Buscando Waslala”
Durante ese tiempo definimos también el nombre de nuestro proyecto: “Buscando Waslala”, inspirado por una novela de la escritora nicaragüense Gioconda Belli. En dicha novela, Waslala es un lugar utópico, una sociedad justa en la que todo el mundo es feliz y no existe la injusticia. De algún modo, nosotros también estamos buscando esa utopía.
Sabíamos que la educación es una herramienta clave para mejorar la vida de las personas y las comunidades, y pensamos que la mejor forma de demostrarlo sería entrevistar a personas a las que la educación les ha cambiado la vida, les ha ayudado a tener un futuro mejor.
Buscando historias
Antes de empezar el viaje temíamos no encontrar este tipo de historias, pero hemos encontrado muchas más de las que esperábamos. También hemos descubierto que la educación no sólo ha cambiado sus vidas, sino también las de sus hijos y las de las generaciones futuras. Muchas de estas personas ahora están haciendo algo para ayudar a su comunidad: es el efecto multiplicador de la educación.
Son historias como la de Krishna, un hombre nacido en un pequeño pueblo del desierto del Thar, en la India, muy cerca de la frontera con Pakistán. Él hizo realidad su sueño de estudiar: fue el único de sus hermanos que lo consiguió. Ya de adulto consiguió crear una pequeña escuela en su pueblo del desierto.
O la de María, una joven gallega que dejó su trabajo en una multinacional extranjera para ayudar a los niños que recogen basura en los slums de Varanasi. O la de Sukur y Nissar, dos de los cientos de niños beneficiarios de su proyecto.
O la de Alexander, un ex niño soldado colombiano de 18 años que tuvo una vida dura, muy dura. Vivió en la calle siendo niño, estuvo en la guerrilla… Pero hoy ha logrado rehacer su vida y está en la universidad.
Estas y muchas otras historias, así como artículos de interés social, las publicamos gratuitamente en nuestra página web. Uno de nuestros objetivos es que se utilicen en las aulas. Algunos compañeros ya lo han hecho y es sorprendente ver las conclusiones a las que han llegado sus alumnos. Esa es la recompensa a nuestro trabajo. Nuestro materiales también están disponibles para ser utilizadas pro organizaciones que trabajen en el acceso a la educación de los más desfavorecidos.
La Asociación de Antiguos Alumnos de la UPV se ha ofrecido a ayudarnos en esta difusión
Este viaje y este proyecto los estamos financiando con nuestros ahorros. Hemos invertido todo lo que tenemos en esto y la única recompensa que esperamos es llegar a cuanta más gente mejor así que os animamos a divulgarlo, a compartirlo y a utilizarlo. La Asociación de Antiguos Alumnos de la UPV se ha ofrecido amablemente a ayudarnos en esta difusión, así que en los próximos meses iremos compartiendo algunas de estas historias con vosotros a través de su boletín semanal y en esta revista.
Muchas personas piensan que esto es una locura, y más aun en tiempos de crisis. Que invirtamos todos nuestros ahorros en este proyecto. Que hayamos dejado la comodidad de nuestros hogares para dormir en hostales, comer no demasiado bien, pasar dificultades… A esto solo podemos responder que la experiencia que estamos viviendo, los lugares que estamos visitando y, sobre todo, las increíbles personas que estamos conociendo hacen que esta locura valga la pena.
¡Esperamos que nuestras historias os resulten interesantes! Mientras tanto os animamos a seguirnos a través de nuestra página web!