Fernando Giner fue el invitado del Club de Desarrollo Personal y Liderazgo de Antiguos Alumnos del mes de Noviembre. En la siguiente entrevista nos explica cómo el mundo está cambiando, “no estamos viviendo una crisis, estamos viviendo un proceso de transformación similar al que vivieron nuestros antepasados cuando se creó la imprenta o la máquina de vapor, en esta ocasión el gran invento que lo está cambiando todo es el correo electrónico, y las redes sociales, Internet en general”.
Como consecuencia de estos grandes cambios se puede afirmar que “las reglas de ayer hoy ya no nos sirven. El mundo ya no es un lugar previsible. Los trabajos para toda la vida son cosa del pasado. La estabilidad ha desaparecido. Por lo tanto, si nos decidimos a emprender, tenemos muy poco que perder y mucho que ganar”, argumenta Fernando.
Y para ayudarnos a emprender, Fernando Giner, ha establecido 13 principios que pueden servir de guía a todos aquellos que lo quieran intentar. Los siete primeros corresponden a la primera fase de todo emprendimiento, la planificación y los cinco últimos a la segunda fase, la acción. El principio número ocho es la barrera que todo emprendedor debe superar si quiere pasar del plan a la acción: el miedo.
Fase 1: Planificación
- El principio de cuestionarlo todo. Tanto las oportunidades de mejora como las ideas de negocio suelen aparecer cuando te cuestionas la realidad. ¿Por qué esta puerta en lugar de abrirse así no se abre asá que sería más práctico? Hay que buscar necesidades reales, que están ahí, y darles soluciones alternativas.
- El principio líquido. Aquello que antes tenía un valor, o creíamos que lo tenía, ya no lo tiene, o no lo tiene tanto: un título, un piso en propiedad, la antigüedad en una empresa. Ahora cobran más valor cosas intangibles: las ideas, la capacidad para adaptarse y reinventarse, la creatividad… Aquello que hoy en día tiene más valor en el mundo profesional es nuestra empleabilidad, es decir, aquello que nos hace útiles y deseados por el mercado laboral.
- El principio de la libreta. Todos tenemos ideas, lo que sucede es que luego se nos olvidan o no les prestamos la suficiente atención, no les damos importancia. Por ello es importante tener siempre una libreta a mano y que anotemos cualquier idea que tengamos. También podemos estimular nuestra creatividad para tener más ideas, solo hace falta que cambiemos nuestras rutinas.
- El principio del tiempo. Si una idea es buena o mala solo lo puede determinar el tiempo. Cuántas veces hemos oído aquello de “esto ya lo hemos intentando aquí y no ha funcionado”. Igual no era el momento adecuado. En un entorno tan cambiante como el actual saber si algo va a funcionar o no es muy difícil. Debemos guiarnos más por nuestra intuición. Si nos damos cuenta las grandes decisiones de nuestra vida (nuestra pareja, la carrera que elegimos…) las tomamos por intuición. No son racionales. Generalmente tomamos nuestras decisiones de forma intuitiva y luego utilizamos la razón para justificarlas.
- El principio del sacrificio. Cada tipo de negocio exige una serie de sacrificios y debemos plantearnos si realmente estamos dispuestos a hacerlos. Tenemos que preguntarnos si nos vemos en nuestro día a día haciendo las tareas que nos va a requerir nuestro negocio. Y, dentro de tres años, ¿nos seguimos viendo? Por ejemplo, yo tuve una cadena de fruterías y realmente no me veía levantándome a las 4 de la mañana para ir al mercado a comprar el género, a estar todo el día en las tiendas o a que me llamasen los domingos porque habían intentado entrar a robar en una de ellas. Nuestra familia, aquellos que nos conocen bien, pueden ayudarnos a determinar si nos ven en un negocio o no. Tener tu propia empresa es como estar casado, se es emprendedor las 24h.
- El principio de la persiana. Debemos de ser conscientes de los gastos fijos que va a tener nuestro negocio, y tratar de minimizarlos al máximo. ¿Cuánto dinero necesitamos para poder abrir cada día nuestro negocio? Tener un mínimo de cultura financiera a la hora de emprender es muy importante.
- El principio de la estrategia. Lo mejor de un plan estratégico es su plan B. Las cosas generalmente no salen como deben de salir, como teníamos previsto. Por eso es muy importante tener alternativas y capacidad de adaptación. Un plan bien definido debería caber en una servilleta de papel.
La barrera a superar
- El principio del miedo. El miedo es una de las emociones más paralizantes. Nos da miedo fracasar, el qué dirán, arriesgar nuestros ahorros… A los latinos, en general, nos avergüenza mucho reconocer nuestros errores, siempre tendemos a ocultarlos. Es algo cultural, y absurdo. Todos nos equivocamos. Deberíamos empezar a premiar más a aquellos que lo intentan, aunque no lo consigan. Está bien admirar a aquellos que han tenido éxito pero no debemos menospreciar a los que lo intentaron y fracasaron.
Segunda Fase: la acción
- El principio de la acción. Un emprendedor es un hombre de acción. La acción, el dar el primer paso, es lo que diferencia a un soñador de un emprendedor. Es importante fijar una fecha de salida e ir marcando y cumpliendo hitos.
- El principio del abandono. Nunca debemos enamorarnos de nuestro proyecto, porque probablemente nos toque ir cambiándolo y adaptándolo. Cuando montas un negocio crees que tus futuros clientes te van a demandar una serie de cosas, pero generalmente te piden otras. Hay que saber reinventarse y tener flexibilidad. Cuanto más ligera sea nuestra mochila mejor.
- El principio de la auditoria de valor. Todo lo que hagas tiene que estar encaminado a ganar dinero. Hay que poner el talento allí donde nos vaya a dar más rendimiento.
- Las cuatro fuerzas. Vivimos en la era del cómo. Hoy en día el diseño, cómo envolvemos nuestro negocio y le dotamos de personalidad es muy importante. Todo lo que hagamos tiene que estar provisto de Creatividad, Diseño, Comunicación y Pasión.
- El principio del concepto. ¿Serías capaz de explicar tu idea de negocio en un tuit? No debemos olvidar que un negocio lo determinan los clientes. Debemos saber qué necesidad de nuestros clientes cubrimos. Ese es nuestro negocio.
“Mi objetivo es que se pierda el miedo a emprender. Cuando uno tiene una idea de negocio no debe que lanzarse a ciegas. Tiene que evaluarla y ver si los principios sobre los que hemos estado debatiendo esta tarde se cumplen o no. Y si la idea o proyecto los cumple, adelante, que no sea el miedo al fracaso lo que nos frene porque como decía al principio, no tenemos nada que perder”, concluía Fernando Giner.
Si quieres puedes descargar la presentación “Los 13 principios para emprender de Fernando Giner” en nuestra Know Box.