fbpx

[Img #3150]Cuando empecé mi trayectoria profesional, hace ya más de quince años, un compañero de profesión se aventuró a decirme: “Trabajar es aplicar el sentido común”. Hoy puedo decir que uno de los grandes retos de los profesionales es saber trabajar en equipo dentro de un grupo de perfiles distintos entre los que, el “sentido común” es el menos común, efectivamente, de los sentidos. Belén es una de las líderes de la Coordenada de Organización de Antiguos Alumnos.

Como dijo Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mis circunstancias” que si lo sumamos a la famosa frase de Belmonte: “Hay gente pa tó” nos estamos nutriendo de dos perfiles bien distintos que, a su modo, nos ratifican que cada ser es único e irrepetible.

La diversidad genera el enriquecimiento pero hay que saberla gestionar

Cuando nace una idea, nace la oportunidad de crear. Se pueden tener grandes ideas y si uno no las lleva a la práctica, las llevará otro. Todo emprendedor es naturalmente inteligente pero  no todos se dan cuenta que no basta la cualidad intelectual para dirigir con acierto. Por otro lado, los mejores políticos son aquellos que saben rodearse de buenos equipos, de gente que les complemente. No pierden la capacidad de reconocer las limitaciones propias y por tanto identifican la necesidad de trabajar en equipo.

La inteligencia nos permite tener la idea; nos permite tener la visión de lo que queremos conseguir y hacerla realidad requiere saber ejercer el poder creador. El poder creador es aquel donde convergen el poder en si mismo (la capacidad de hacer) y la inteligencia.

¿Por qué ser político? Porque nos permite identificar nuestras carencias propias y jugar la baza de elegir el mejor equipo, en general un grupo de perfiles distintos y hacerlos trabajar en una misma dirección que es aquella que nos lleva a hacer nuestra idea realidad.

La coherencia indispensable del directivo

Y esto que hemos definido tan coloquialmente responde al sentido del Arte de Dirigir, de ejercer la Dirección y se aplica a cualquier nivel organizativo. Cualquier director debe analizar sus problemas desde dos perspectivas: lo que tiene que hacer y las capacidades que necesita para hacer lo que tiene que hacer. Y no se trata sobre si uno es buen o mal directivo; sino si cada directivo está siendo oportuno o inoportuno, si existe encaje entre lo que hay que hacer y las capacidades individuales para saber definir las capacidades del equipo necesario que le ayude a dirigir. Se trata de no hacerse trampas jugando al solitario, saber evitar la autocomplacencia y la falta de autocrítica.

[Img #3149]
Desarrollar la inteligencia como un proyecto no perecedero para convertirla en poder creador y perfeccionar la práctica del mismo a lo largo de la vida profesional.

Entonces, ¿en qué consiste dirigir?

Dirigir consiste en tres funciones:

  • Diagnosticar la situación actual
  • Elegir una situación futura a alcanzar
  • Definir cómo se pasa de la situación actual a la situación futura.

Y el objetivo consiste en lograr el equilibrio de las tres funciones. Según un orden lógico, la siguiente pregunta es: ¿Cómo conseguir este equilibrio?

Conocerse a sí mismo y a los que te rodean para saber dirigir

En la persona que dirige hace falta algo más que conocerse a sí mismo. Hace falta conocer a los que le rodean y saber rodearse de los complementarios. Hace falta un equipo con cabeza y corazón. Del trabajo en equipo deben surgir y perpetuarse en el tiempo, proyectos con mucha cabeza y mucho corazón. El encaje entre lo que hay que hacer y las capacidades globales del equipo favorece un equilibrio que potencia las posibilidades para dirigir con acierto.

Además existen herramientas que nos ayudan en cada una de las áreas de las tres funciones; así como buenos profesionales que pueden trabajar con los Directores de cualquier nivel organizativo para conocer, desarrollar y aplicar acorde a su negocio las metodologías de trabajo que nos ayudan en la tarea de dirigir; en el camino por la línea que define el equilibrio entre pensar y hacer; en el ámbito que nos permite desarrollar el poder creador.