El pasado jueves 11 de diciembre, todos nos pusimos bien guapos y otro año más tuvimos la suerte de rodearnos de los miembros y colaboradores de la Asociación para celebrar arropados por todos ellos de nuestra cena de gala anual. ¿Cuál fue el resultado? Sigue leyendo y verás.
El leitmotiv que vertebró toda la velada fue que teníamos muchíííísimo que celebrar con todos ellos y que “juntos somos más”. Así que preparamos hasta el último detalle, para que todos disfrutáramos de una noche divertida, nos olvidáramos de nuestras apretadas agendas y de las mil y unas cosas que tenemos en la cabeza y nos relajáramos. Vamos, que disfrutáramos del momento y de la compañía.
Dimos la bienvenida con un divertido photocall en el que el marabú, los bigotes, sombreros y gafas multicolor por doquier convirtieron a muchos en dandies, agentes 007, o en elegantes y coloridas damas a otras muchas. Se vivieron momentazos. El buen rollo ya empezaba a respirarse desde los primeros compases. También los invitamos a que dejaran volar su imaginación y contribuyeran a crear el árbol de los deseos y más de uno, como supimos después en la entrega de los premios en la que nos arrancó más de una carcajada, pidió más marcha para el nuevo año.
Como el 2014 no hemos parado con el objetivo de seguir creciendo y aportando el valor que se merece nuestro colectivo, no quisimos perder la oportunidad de abrir la noche con un vídeo que recapitula las muchísimas actividades que llevamos a cabo. Y éstas son sólo una muestra.
Seguidamente el presidente de la Asociación, Javier Zabaleta, nos dedicó unas breves palabras para agradecer el apoyo incondicional de nuestros miembros y amigos, aprovechando la ocasión para reivindicar también la importancia de trabajar juntos, porque junto somos más. Ya lo decía Michael Jordan: “El talento gana partidos, pero la inteligencia y el trabajo en equipo ganan campeonatos” y nosotros creemos firmemente en ello.
En la sala ya se respiraba una distendida atmósfera tras las presentaciones entre socios que coincidían por primera vez y los reencuentros con viejos amigos y compañeros de alguna actividad. Y mientras se empezaban a intercambiar impresiones, comenzó la cena, en la que no faltaron risas, anécdotas, descubrimientos o variadas opiniones sobre oportunidades laborales entre otros muchos temas.
Antes de comenzar con el asalto a los postres y dulces, el inventor Pep Torres que subió nuestra motivación y nuestras ganas de hacer esas cosas que siempre quisimos y nunca nos animamos a hacer hasta límites insospechados. Nos cautivó desde el minuto 1. Siempre en clave humor, con su presentación “Esta sí que es buena” nos hizo partícipes de las principales claves de éxito entorno al mundo de las ideas y la innovación, del que él es el mejor ejemplo, sin ir más lejos ha conseguido abrir el Miba el primer museo de ideas e inventos del mundo en Barcelona. Además de otros inventos como la máquina de vending a pedales, el certificado de “Muebles Sin Monstruos” o la fregona con micrófono para convertirnos mientras fregamos la cocina, en nuestro cantante favorito. Pep, nos explicó la importancia de saber comunicar con pasión, de creernos lo que hacemos, de transmitir con convicción para conseguir clientes o recursos. En su caso, convencer a los bancos para conseguir financiación para sus excéntricos y locos proyectos. Las ideas increíbles por ridículas que puedan resultar, pueden alcanzar el éxito con motivación y esfuerzo, claro. Su intervención no podía acabar de otra forma que con un concurso televisivo en el que regaló pases vitalicios para el Miba a los acertantes de curiosas peguntas entorno a inventos e iniciativas de lo más variadas.
Luego llegó el momento de seguir premiando a la animada audiencia escogiendo del árbol de los deseos, 15 tarjetas que fueron premiadas con un relajante bono para disfrutar de un spa. Los deseos en su mayoría se centraron en pedir más y mejores empleos, más felicidad y más marcha para el cuerpo como comentábamos más arriba.
Concluimos la velada con un momento surrealista y muy divertido cuando hizo aparición el cocktelero que nos enseñó, eso sí a la velocidad del rayo, como preparar un mojito con el que triunfaremos en cualquier fiesta que se precie. Cada uno, con mejor o peor suerte preparó su mojito entre carcajadas y entre todos un estricto jurado escogió el mejor de la velada que fue premiado con un set de cocktelereía para convertirse como avisábamos en el rey de todos los saraos. No creáis que el peor mojito de la noche no tuvo premio, lo tuvo.
La cena fue amena y agradable y por las felicitaciones recibidas por la organización, todos lo pasamos en grande, incluso los más marchosos, se quedaron con ganas de seguir. Nos fuimos con muy buen sabor de boca lo que nos permite afrontar el nuevo año con muchas ganas. Eso sí, junto a todos vosotros. Juntos somos más.
Para finalizar os dejamos con un vídeo resumen de lo que fue la noche.