A lo largo de los últimos 20 años, el esfuerzo en I+D del sector público en la Comunidad Valenciana ha mejorado sensiblemente, mientras que el sector empresarial lo ha hecho a un ritmo inferior y lo mismo ha sucedido con el esfuerzo innovador. Esta situación ha llevado a muchos responsables políticos y universitarios a exponer la urgente necesidad de un aumento de la I+D y la innovación realizada por las empresas valencianas.
I+D e innovación son bajos en Valencia
Al enfocar de esta manera la situación de la ciencia y la tecnología en la Comunidad Valenciana no se está comprendiendo que los indicadores de I+D y de innovación empresariales no son más que un síntoma de la enfermedad de fondo que tiene el sector empresarial valenciano, que es su deficiente estructura productiva. En efecto, los esfuerzos empresariales valencianos en I+D e innovación son bajos porque las empresas son pequeñas y pertenecen a sectores de baja-media tecnología y, dentro de ellos, la mayoría se sitúan en nichos donde la tecnología no es el factor determinante de la competitividad; porque las empresas tienen una baja proporción de titulados universitarios, porque, en fin, la proporción de empresarios con titulación superior es casi la mitad que en el País Vasco, por ejemplo.
Si se analiza la evolución global de la estructura productiva de la Comunidad en los últimos 12 años, constatamos un crecimiento considerable de la construcción en la riqueza regional del 7% al 12% que ha ido acompañado de una disminución mayor de la contribución de la industria, que ha pasado del 22% al 15%, con un aumento ligero de los servicios de bajo valor añadido y una fuerte disminución del sector agropecuario. En estos años, la Comunidad no ha sabido aprovechar la irrupción de las nuevas tecnologías para crear nuevos sectores económicos y la rápida globalización de la economía mundial nos cogió sin respuestas adecuadas. Si no se analizan los errores cometidos, el estado actual de la construcción, el turismo y los servicios de bajo valor añadido llevarán a la Comunidad a un nuevo impasse y más profundo que el de los años setenta.
Todos los actores deberían contextualizar esta nueva situación
Todos los actores apoyados por una visión a largo plazo de la Generalitat deberían contextualizar esta nueva situación en una ordenación sostenida y armónica del territorio y en una sinergia con los sectores existentes como punto de partida para introducirnos en la economía de los servicios de alto valor añadido. Se debería prescindir de los fuegos de artificio y atacar sin demora las deficiencias estructurales de la economía valenciana. Se trataría de configurar un nuevo entramado socioeconómico con una cultura innovadora genuina basada en la ciencia que permita recobrar la competitividad perdida.
Ignacio Fernández de Lucio
Director de INGENIO (CSIC-UPV)
