El pasado viernes 19 de abril nos reunimos –como cada mes– junto a nuestros profesionales y empresas asociadas al Club Innova&acción para conocer nuevas herramientas y metodologías que nos ayuden a acelerar nuestros procesos de innovación empresarial. En esta ocasión, hablamos de la importancia de contar con un buen “sistema” o un “plan estratégico mínimo viable” que nos ayude y marque el camino para innovar de una manera eficiente y progresiva, de la mano de Ángel Alba, CEO de Innolandia.
Durante toda la mañana, el experto nos enseñó y demostró como la innovación no conoce límites de tamaño ni recursos, para demostrárnoslo, Ángel nos puso el ejemplo real de una pequeña consultora que decidió apostar por la innovación, desafiando las expectativas de muchas empresas de su entorno y logró destacarse en un mercado dominado por grandes firmas.
Y es que, como bien hemos dicho antes, la clave para innovar reside en la actitud y la metodología, más que en el tamaño de la empresa. Esta consultora dedicó el 10% de su tiempo a la innovación, lo que resultó en un impresionante 15% de ingresos generados por iniciativas innovadoras. Esta historia nos enseña que la innovación no es un lujo reservado para las grandes corporaciones, sino una necesidad para todas las empresas que buscan mantenerse relevantes en un mercado en constante evolución.
«La innovación tiene que conseguir un impacto en el negocio: ingresos u ahorro de coste.»
Una vez entendido lo anterior, el ponente nos remarcó la importancia de que la innovación tenga un impacto tangible en el negocio, ya sea generando nuevos ingresos o reduciendo costos. Según el Manual de Oslo, la innovación es: “un nuevo producto o proceso de negocio que han sido implementados o mejorados”. Esto nos recuerda que la innovación puede manifestarse tanto en productos y servicios como en procesos internos de la empresa. La innovación también abarca algo nuevo dentro de nuestra empresa, no siempre es necesario que sea de puertas a fuera. Podemos innovar en los procesos de innovación también. Lo realmente importante es que suponga un impacto tangible en nuestras organizaciones.
Ese impacto y retorno empresarial que debe generar la innovación, es lo que realmente la diferencia de la investigación y desarrollo (I+D). Mientras que la I+D se centra en aumentar el volumen de conocimiento, la innovación convierte ese conocimiento en valor económico. Tanto es así que Ángel enfatizó que la innovación puede ocurrir incluso sin un departamento formal de I+D, siempre y cuando la empresa esté dispuesta a adoptar una mentalidad de aprendizaje continuo y experimentación.
«Para innovar no necesitamos héroes, necesitamos un plan mínimo viable de innovación.»
En innovación muchas veces creemos que tener a las personas ocupadas es suficiente para impulsar el progreso. Sin embargo, la verdadera pregunta que debemos hacernos es si estamos haciendo lo que realmente necesitamos hacer. Es en este punto donde la necesidad de establecer un plan mínimo viable de innovación efectivo que sea consistente y repetible en el tiempo, para asegurar el crecimiento sostenible de la empresa.
El primer paso para establecer un plan mínimo viable de innovación eficaz es definir nuestros “vectores de innovación”. Esas áreas específicas en las que la empresa decide centrarse. Esta evaluación nos permite discernir qué proyectos tienen el potencial de impulsar el crecimiento de la empresa y cuáles deben ser descartados. Es importante limitarse a un máximo de tres vectores para evitar dispersarse demasiado. Para ello, es crucial aprender a gestionar recursos humanos y realizar proyectos en paralelo, fomentando un entorno de colaboración y creatividad en el departamento de innovación. Más que héroes individuales, lo que realmente se necesita es un sistema que facilite la innovación y promueva una cultura de colaboración y experimentación en toda la organización.
Una vez definidos, debemos detallar nuestro “equilibrio de cartera” o portfolio de innovación para garantizar una distribución adecuada de recursos y esfuerzos entre los distintos proyectos de innovación. Una vez tenemos claro esta parte, deberemos de concretar nuestro “fanner” o embudo de innovación, un proceso sistemático que nos ayude a filtrar las ideas y proyectos, desde la fase inicial de ideación hasta la implementación final. Este enfoque eliminatorio garantiza que solo las ideas más prometedoras avancen en el proceso de innovación. Para esta fase, también tendremos que tener en cuenta otra de las claves del “plan mínimo viable de innovación” que son los recursos propios. Es necesario preguntarse, de qué recursos dispongo a la hora de detallar ese “fanner” de innovación.
En definitiva, más allá de simplemente marcar el camino, un plan de innovación mínimo viable define dónde y cómo se llevarán a cabo los esfuerzos de innovación de la empresa. Esto incluye identificar áreas prioritarias para la innovación, establecer objetivos claros y medibles, y asignar recursos de manera eficiente. Un plan de innovación mínimo viable ayuda a la empresa a mantener un enfoque escalable y repetible, lo que es fundamental para su crecimiento y desarrollo a largo plazo.
Y después de comprender y saber cada una de las claves que componen este “plan de innovación mínimo viable” definido por Ángel Alba, cada uno de los asistentes al encuentro tuvieron la oportunidad de poder experimentarlo y llevarlo a cabo en cada una de sus organizaciones a través de una segunda parte práctica donde fueron definiendo cada una de las fases de este plan de innovación mínimo viable. Sin duda, una oportunidad única para salir con los deberes hechos y todo listo para seguir innovando en nuestras organizaciones de una forma eficiente y escalable.
En definitiva, este Encuentro con Ángel Alba nos ha recordado que la innovación no es un privilegio reservado para unos pocos, sino un imperativo para todas las empresas que buscan prosperar en un entorno empresarial cada vez más competitivo y cambiante. Con una combinación de actitud, metodología y un plan de innovación bien definido, cualquier empresa, independientemente de su tamaño o recursos, puede desbloquear su potencial innovador y alcanzar nuevos niveles de éxito.
Si quieres saber más sobre cómo innovar con un plan mínimo viable, ya puedes ver la entrevista que hicimos a Ángel Alba al finalizar el encuentro: