Sí, es una frase muy manida, tanto que puede resultar incluso molesto escucharla una y otra vez, sobre todo si es en boca de quién no tiene que enfrentarse cada día a este “trabajo” de buscar un nuevo empleo.
Por la tecnología, buscar trabajo es un estudio
Pero no por ello deja de ser cierta, pues con ella, en los seminarios, charlas y jornadas sobre búsqueda de empleo, se pretende transmitir a los asistentes la importancia de afrontar la búsqueda de empleo con la misma actitud, dedicación, motivación y compromiso con la que actuamos en nuestro último empleo. Pero su contenido y significado va mucho más allá. Buscar trabajo es un trabajo también por la cantidad de tareas y actividades que hay que acometer y, lo que es peor, tareas para las que en la mayoría de ocasiones no se nos ha entrenado ni formado y a las que nos enfrentamos, sobre todo los que conservábamos nuestro empleo desde antes de la crisis, por primera vez en un entorno extremadamente competitivo y casi hostil. Salvo que nos hayamos buscado la vida por nuestra cuenta, nadie nos ha enseñado a buscar empleo, es una asignatura pendiente en la mayoría de planes de estudio, además es una tarea para la que solemos contar con poca experiencia anterior. Las recetas tradicionales ya no sirven, los canales de búsqueda han cambiado, (ya no se entiende la búsqueda de empleo sin las nuevas tecnologías y las redes sociales) tan rápido que hasta los nuevos canales se saturan con rapidez y resulta más que complicado destacar y asomar la cabeza para llamar la atención de los empleadores.
Nos encontramos, pues, que buscar trabajo es un trabajo nuevo, para los que no tenemos ni formación ni experiencia y con un alto grado de incertidumbre y cambio.
13 millones de contratos en 2013, 90% son temporales
Aunque esta perspectiva pueda parecer poco alentadora para los candidatos, supone una oportunidad (sí una oportunidad), para aquellos que precisamente sean capaces de mantener el aliento y el empeño en la tarea de buscar un empleo y además lo hagan siguiendo algunos criterios con los que enfrentarse a esta nueva y cambiante situación. Todos los días se contrata gente en España (cierto es que se despide mucha también, de momento más de la que se contrata), pero cada día hay personas que encuentran un empleo y tienen un nuevo primer día de trabajo, no hay más que revisar la evolución de contratos que publica el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal). Los datos reflejan que, en lo que llevamos de año, se han firmado más de 13 millones de contratos, de los cuales poco más de 1 millón son indefinidos, lo que revela una gran temporalidad (más del 90%), pero aun así, reflejan que cada día hay oportunidades y la cuestión es ¿cómo llegar a ser una de esas personas que firman un contrato de trabajo en la situación actual?
El que piense que es una cuestión de suerte es muy probable que siga teniendo “mala suerte”. Yo en cambio pienso que es una cuestión de probabilidad y que el trabajo de buscar empleo tiene que llevarnos a que la probabilidad de éxito tienda a 1 y no a 0, la cuestión es ¿cómo?
Buscar trabajo sin precipitarse
Uno de los errores más frecuentes y de los peores que podemos cometer en la búsqueda de empleo es la precipitación. Todo trabajo tiene un objetivo y nuestra búsqueda de empleo también debe tenerlo. La ansiedad por encontrar un nuevo empleo nos lleva muchas veces a no pararnos a pensar en qué tipo de empleo deseamos, qué opciones nos ofrece el mercado actual en relación al mismo y qué aportamos nosotros como valor diferencial para desempeñarlo. Pasar por alto esta tarea y lanzarse a la búsqueda nos llevará probablemente al fracaso, salvo que trabajemos en un sector en crecimiento y con necesidad de profesionales (como las TIC). Si hacemos esto, podemos encontrarnos, por ejemplo, buscando empleo en un área de actividad sin demanda por parte de las empresas, para la que hayan cambiado los requisitos y no cumplamos alguno de ellos o en la que no nos sentimos realizados como profesionales. Por tanto, la primera tarea a acometer en este trabajo de buscar empleo es el análisis y la evaluación tanto de uno mismo como del entorno.
Es imprescindible tener un enfoque proactivo
Como hemos adelantado, actualmente se trata de un trabajo con mucha competencia y en el que debemos ser altamente competitivos y aplicar estrategias de marketing personal y de venta para destacar por encima de nuestros competidores. Si pensamos en los móviles de compañías como Apple o Samsung, a la pregunta ¿cuál es mejor? encontraremos variedad de opiniones, pero ante la pregunta ¿cuál se vende mejor? (en cuanto a marketing, no en cuanto a volumen de ventas) es muy probable que estemos de acuerdo en la respuesta. En este sentido, nos irá mucho mejor si asumimos y afrontamos nuestra búsqueda como una labor comercial de vendernos a nosotros mismos. Esto nos ayudará a dos cosas fundamentales: cambiar el chip y poner el acento en lo que necesitan nuestros potenciales empleadores (nuestros clientes) y no solo en lo que nosotros queremos, y tener un enfoque proactivo, un comercial no se queda en la empresa esperando a que el cliente llame a su puerta para hacerle un pedido, sino que sale a su encuentro con convicción, de la misma manera un candidato no debe conformarse con responder a las ofertas de los portales de empleo con un click. Frente a tanta competencia hay que hacer un gran esfuerzo para destacar. Para cada oferta deberíamos, en primer lugar, documentarnos y conseguir el máximo de información útil para preparar nuestra candidatura. También deberíamos preparar un texto de presentación (carta) y un currículum específico para esa oferta y empresa, indagar si tenemos algún contacto relacionado, etc.
Vinculado con lo anterior, resulta fundamental desarrollar y aprovechar la red de contactos. Esto nos permitirá llegar a aquellas ofertas que no se publican (más del 50%) o llegar a las mismas en mejores condiciones, siendo realmente proactivos en nuestra búsqueda. No es lo mismo que nuestra candidatura sea una entre 700 en un portal de empleo que tener la posibilidad de hablar con el responsable del proceso y remitirle el CV a su e-mail directo, que es casi como tener una pre-entrevista. Pero para esto hay que moverse con los contactos, tratar de ir más allá de los contactos directos y hacer gestiones también para llegar a los de segundo y tercer nivel. Cuanto más amplia sea la red y de mayor calidad (centrada en nuestro objetivo profesional) más probabilidades de que aparezcan oportunidades de empleo. En esto es muy importante tener claro que gestionar los contactos debe ser un proceso continuo y constante, eligiendo los momentos oportunos para volver a contactar (sin ser pesado) y que no deberemos abandonar una vez consigamos el empleo deseado. No debemos pensar que es una tarea fácil y “ligera” sino más bien ardua, pues debemos erigirnos en protagonistas de nuestra gestión de contactos y tratar de actuar siempre que sea posible en primera persona, no nos pensemos que serán nuestros contactos los que nos consigan el empleo, pues será fruto de nuestro esfuerzo, ellos nos proveerán de información útil y oportunidades, pero nosotros deberemos prepararnos igual o más que para cualquier otro proceso de selección, sino fracasaremos.
Buscar trabajo de manera organizada
Como todo trabajo, buscar empleo será más eficaz si lo hacemos de manera organizada. Por lo general (salvo que estemos en un proceso de cambio de orientación de carrera profesional, por ejemplo), deberemos priorizar el candidatarse a ofertas reales, primero las que lleguen de contactos, después las publicadas, dedicándoles el merecido tiempo a cada una. Lo primero es, por tanto, aprovechar las oportunidades. Después deberemos generarnos más oportunidades y la mejor forma de hacerlo es seguir desarrollando nuestra red de contactos, ¿dónde está la gente que te interesa conocer? ¿a qué foros acude? ¿Cuándo y cómo puedes hablar cara a cara con los que ya conoces? ¿quién puede presentarte a…? ¿qué vas a aportar en las redes sociales para destacar en positivo? Finalmente, habrá que invertir el tiempo restante en preparación para el futuro empleo, es decir, en mejorar nuestro perfil para aquellos puestos a los que estamos optando. Puede ser formación académica, complementaria, perfeccionar idiomas o herramientas informáticas, habilidades y competencias. El dinero no puede ser una excusa para dejar de formarse, hoy día hay multitud de opciones (incluso gratuitas y de calidad), no hay más que echar un vistazo a nuestra web.
Es importante evaluar lo que hacemos
Por su puesto, es un trabajo que requiere evaluación. ¿En qué medida lo estamos haciendo bien? De nada sirve pasarse meses y meses buscando empleo sin resultados, tendremos que introducir mejoras, buscar asesoramiento y cambiar nuestra manera de buscar. Como dijo Einstein “no pretendamos que las cosas cambien haciendo siempre lo mismo”. Si estamos respondiendo a cientos de ofertas y no pasamos a estar aceptados en ningún proceso y no nos llaman para ninguna entrevista es que algo falla, ya sea el currículum que estamos enviando, la carta o que directamente no cumplimos alguno de los requisitos básicos del perfil. Si estoy llegando a las entrevistas y me descartan una tras otra, es muy probable que algo incorrecto esté diciendo y tendré que replantearme mis argumentos. En cualquier caso, deberemos analizar los resultados y tomar decisiones.
No etiquetarnos ayuda a ampliar horizontes
Este es otro componente del trabajo, como máximos responsables de nuestra búsqueda de empleo debemos tomar decisiones, decidir qué cambios/mejoras introducir, decidir si he de ampliar mi horizonte funcional y plantearme trabajar en otras áreas. En España tenemos mucha titulitis y nos autodefinimos por lo que hemos estudiado “soy ingeniero de…” o soy “licenciado en…” y esto nos limita a la hora de ampliar nuestras opciones profesionales, en un entorno en el que, además, empiezan a diluirse las atribuciones profesionales. Por poner un ejemplo, entorno al 50% de las ofertas que se publican tienen que ver con el área comercial, pero a la mayoría de candidatos con formación universitaria, incluso en el área de empresa, se les eriza el pescuezo cuando se les sugiere trabajar en ventas. Además, dentro del área comercial y en niveles profesionalizados, el perfil más demandado es el de técnico-comercial, para el que se suelen requerir candidatos con formación universitaria, bien porque el producto o servicio que oferta la empresa es de elevada complejidad técnica o bien porque se necesita estar al mismo nivel de cualificación que el interlocutor (decisor de la compra) para poder completar la venta. Pero también hay otras muchas áreas en las que trabajar. También hay que decidir sobre el ámbito geográfico en el que estamos dispuestos a movernos. Cuanto antes nos planteemos y tomemos las decisiones antes nos enfocaremos hacia la consecución del nuevo empleo con garantías. Si aquello que hacíamos en nuestro anterior empleo ha dejado de demandarse por las empresas o ya no se demanda en nuestro entorno cercano, una de dos, o nos movemos donde si haya demanda o buscamos otra función, si no tenemos opción para movernos, la decisión es clara.
Atendiendo a todo lo anterior no puede quedarnos ninguna duda que buscar trabajo es un trabajo “full time”, sobre todo si queremos hacerlo mejor que nuestros competidores, y lo mejor es dedicarle el mismo tiempo que destinábamos antes a trabajar.