“Por cada discurso que das, en realidad hubo tres: el que preparaste, el que diste y el que te gustaría haber dado.” —Dale Carnegie
Tanto en nuestra vida profesional como en la personal, estamos constantemente comunicando, presentando o vendiendo ideas, proyectos, planes… con el objetivo de convencer y motivar a la gente para que haga lo que esperamos. ¿Pero tenemos claro cómo debemos preparar una presentación y nuestro discurso para meternos a nuestra audiencia en el bolsillo? En este artículo, te damos consejos que marcarán la diferencia entre una presentación plana y una presentación de 10. Seguro que algunos los has oído en muchas ocasiones, pero los olvidamos con mucha facilidad, así que daremos un repaso.
1. Conocer a nuestra audiencia
Lo primero que deberá preocuparnos es la audiencia, a quién nos dirigimos. Para conocerla, nada mejor que preguntarse:
- Qué perfil tiene: edad, sexo, nivel social y cultural.
- Qué espera de la presentación: entretenerse un rato, obtener datos precisos, que las explicaciones le sirvan para solucionar un problema en su empresa, etc.
- Qué conocimiento tiene del tema: no sabe nada, es un experto en la materia, tiene una vaga referencia.
Todo esto ayudará a definir el objetivo de la presentación: qué voy a explicar, en qué me voy a centrar y con qué finalidad.
2. Estructurar bien el discurso y practicar
Toda presentación tiene que seguir una estructura coherente que nos ayude a dar una lógica a nuestro discurso a la vez que nos permita incluir todos los puntos que queremos tratar. No hace falta hacer florituras extrañas, el clásico introducción, desarrollo y cierre, nunca falla.
El paso siguiente es preparar el discurso anotando los temas a tratar, haciendo un guión con lo que vamos a decir, preparando una documentación completa para entregar a los participantes, disponiendo el material de apoyo y ensayando la presentación. Nadie nace sabiendo, no existen los milagros, la clave está en practicar, practicar, practicar, sobre todo la introducción, el final y las transiciones entre las distintas partes. Cuanto más practiques, mejor te saldrá el día final. Expón, perfecciona, repite. Tras cada nueva presentación, toma nota de lo que funcionó y de lo que no y haz los cambios que consideres oportunos para hacerlo mejor la próxima vez.
3. Diseñar una buena presentación
No hay que ser un experto en diseño gráfico o maquetación para preparar una presentación potente que llegue a nuestro público. La misma herramienta de Power Point bien utilizada nos dará muy buenos resultados.
- Un mensaje por diapositiva
Pon un solo concepto por diapositiva. No mezcles temas. Escribe mensajes únicos, breves y de fácil comprensión. El objetivo es que el público escuche lo que tengas que decir, no que esté leyendo parrafadas, ya que matan el interés.
- Cuenta una historia de principio a final
Conecta las diapositivas entre ellas a través de un argumento; las narraciones mantienen el interés del espectador. Tus mensajes difícilmente tendrán fuerza si no están conectados.
- Utiliza imágenes grandes y de alta calidad
Las imágenes cuentan más que mil palabras, pero solo si son buenas. Evita a toda costa, las imágenes incluidas en Powerpoint y los dibujitos de Office. Nuestro último Club de Fotografía, lo dedicamos a los editores de fotos online que nos permiten infinitas posibilidades a la hora de editar imágenes con un resultado sorprendente y sin necesidad de ser poseer las cualidades técnicas de un profesional. Dale el toque que necesites a tus fotos para pasar de una simple foto a una foto con estilo que llegue a nuestro público.
- Cuidado con las animaciones y transiciones
Las animaciones están muy bien… en una película de Disney o un videojuego, no en una presentación. Si realmente quieres usar algunas animaciones porque piensas que son apropiadas, opta por efectos suaves, como Aparecer. Usa siempre los mismos efectos y transiciones para no molestar al público.
- Contraste alto y fuentes simples
Lo más fácil de leer es letra negra sobre fondo blanco o letra blanca sobre fondo negro. No hay razones de peso para usar un esquema de colores diferente, a menos que quieras quemar la retina de tu público. Usa fuentes sencillas, simples y bonitas, como Verdana, Calibri, Gills Sans, Tahoma ya que están pensadas para textos que van a mostrarse en pantalla.
- Las listas numeradas captan más la atención
Los números establecen un orden y generan expectación: un vistazo a la lista y el público ya sabe de cuántas cosas vas a hablar. En cambio, las listas de puntos son aburridas porque los puntos no transmiten ninguna información.
Es importante recordar que cuanto mejor comprendamos cómo piensa, aprende, escucha, ve, reacciona y deciden las personas, mejor preparados estaremos para crear una presentación que informe, inspire y motive. Por este motivo, os recomendamos la lectura del libro Presentaciones inteligentes de Susan M. Weinschenk en el que en capítulos de un par de páginas de longitud cada uno, explica la ciencia detrás de los mejores trucos para aplicar a tus presentaciones.
Por último os aconsejamos que le echéis un vistazo a estos vídeos de TED Talks que seguro os ayudarán a mejorar y os aportarán seguridad a la hora de presentar.