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Cada día vemos a nuestro alrededor profesionales que avanzan en sus empresas, que son propuestos para ascensos, en los que se confía para determinadas tareas, proyectos… se les pide opinión, obtienen reconocimiento por su trabajo y hasta parece que les cuesta menos negociar un aumento, sus vacaciones u otros beneficios. Pero este éxito dentro de la empresa no se debe únicamente a un buen desempeño laboral, a un “trabajo bien hecho”, a una buena formación… sino que tiene que ver con más cosas, como por ejemplo comunicarse efectivamente. Cosas que a menudo obviamos, no les prestamos atención o no terminamos de entender. Por supuesto, cada empresa es distinta y tiene su propia identidad, cultura de trabajo y modelo de negocio, sus particularidades, sus clientes, sus mercados… pero hay una serie de cuestiones que todo profesional que quiera destacar puede y debe abordar.

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Entender otros puntos de vista

La primera cuestión a tener en cuenta trata sobre los puntos de vista. Estamos muy acostumbrados a mirarnos nuestro propio ombligo y ver la vida con nuestro filtro subjetivo, pero vistiéndolo de realidad objetiva. De esta manera terminamos considerando que nuestras verdades son también las de los demás, que nuestros acertados enfoques e ideas han de ser también los del resto y, realmente, nos cuesta mucho asumir otras perspectivas, aceptar que los demás pueden no ver las cosas de la misma manera, ponernos en el lugar del otro o simplemente entender su posición.

Entender lo importante en el lugar donde trabajamos

Un primer paso es, pues, entender qué es “lo importante” en la empresa u organización en la que trabajamos, qué es lo importante para los que toman las decisiones y desarrollar una suerte de inteligencia socio-laboral. Puede que ese trabajo tan técnicamente perfecto y excelentemente ejecutado, según nuestra opinión, sea realmente percibido como un coste por parte de los directivos, suponga una inversión no productiva para la empresa y solo sirva, en opinión de la dirección, para cubrir el expediente en materia legal, considerando, por tanto, que se han invertido demasiado tiempo y recursos.

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Puntos de vista opuestos

Por ejemplo, un técnico de Prevención de Riesgos Laborales (PRL) que realiza la mejor de las evaluaciones de riesgos en una empresa que no se dedica a la prevención sino a la distribución, y en la que la prevención es percibida como un mero trámite para cumplir la ley, difícilmente verá reconocido su trabajo. Puede que incluso al contrario, las medidas correctivas que se deriven de esa evaluación serán percibidas como un gasto extra e innecesario, cuando lo que la empresa necesita y valora es vender más y con mejor margen. Nos encontramos con puntos de vista opuestos para lo que debería ser un buen desempeño, pero el técnico que ha ejecutado un trabajo “impecable” se encuentra con la insatisfacción y oposición de sus superiores.

 

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¿Qué aporto al negocio?

Más allá de la cuestión moral que plantea el cumplimiento del deber en un tema como el de prevención y, partiendo del hecho de que el técnico difícilmente puede cambiar el enfoque de sus directivos, sí puede entender su posición (no hablamos de compartirla, solo entenderla) y buscar la forma en que su trabajo será mejor valorado, es decir, su “para qué estoy aquí” en relación a los objetivos y visión de la empresa, en relación a su negocio, en otras palabras, ¿qué aporto al negocio? Un planteamiento más relevante para sobrevivir y medrar en este tipo de empresa es reportar reducciones de costes que supone la reducción del absentismo que generan o generarán las medidas propuestas; asociado al descenso del absentismo, la reducción de costes de bajas y el incremento de horas de trabajo; asociado al incremento de horas de trabajo, el incremento de actividad comercial y de ventas. De esta manera el técnico cumple con su “obligación” pero, además, se asegura de que sus propuestas son tenidas en cuenta y su trabajo sea significativo y positivo también desde la visión de la organización.

 

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Alinear nuestra actividad con el negocio

Como queda patente en el ejemplo, además de ser capaz de valorar otros puntos de vista, tenemos que saber alinear nuestra propia actividad con el negocio de la empresa, entender como gana dinero y como se lo ahorra para hacer que nuestra actividad contribuya a alguna de las dos, a la ganancia o al ahorro o a ambas.
Para ello hemos de superar una visión egocéntrica de nuestra actividad profesional para integrarla con una visión de negocio. A menudo podemos encontrarnos en el trabajo con expresiones como “yo solo hago lo mío” o “todavía no me han dejado hacer nada de lo mío”. Pero ¿qué es lo “tuyo”? está claro que todos tenemos intereses profesionales, tareas que nos atraen más, que disfrutamos ejecutando, para las que nos hemos formado… pero eso no está reñido con el negocio, sino que debe ir alineado con el mismo y nos irá mucho mejor si somos capaces de aunar ambas visiones. Como apuntaban los ponentes en la jornada Trabajar en Desarrollo de Negocio “las empresas no quieren empleados, quieren emprendedores…” y  “necesitan personas con una visión global del negocio”.

 Acoplar nuestro aporte a la empresa en la trabajamos

Independientemente de lo anterior, cada profesional debe saber moverse y ubicarse en empresas en las que sus competencias técnicas y transversales aporten valor a la organización. Si somos responsables de calidad en una empresa cuya visión de la calidad es únicamente obtener ese certificado que sus clientes más importantes le exigen para poder venderles, tendremos que asumir que nuestro aportación va a ser poco valorada. Nuestra actividad profesional en esta área será mejor valorada en una empresa que apueste realmente por la calidad, en la que ésta forme parte de las políticas y la visión de la empresa, en la que como responsables o directores de calidad participemos en el comité de dirección, en la que las mejoras de calidad se midan y se retribuyan… Por tanto, es muy importante “estar en el mercado”, saber elegir y moverse hacia el tipo de empresas que en las que realmente vamos a aportar, buscando cambios profesionales que nos acerquen a esta situación y nos alejen de la anterior.

Éstas son solo algunas de las cuestiones clave que, junto a otras como desarrollar una comunicación positiva, saber aprovechar y posicionarse en redes sociales o realizar reportes significativos, se abordarán en el próximo programa formativo “Cómo destacar como profesional” que la Asociación impartirá durante el mes de mayo.