¿Cómo detectar mentiras? ¿Cómo saber si la persona que tenemos delante está falseando la verdad? ¿Y si de ello depende la seguridad de nuestro negocio, un trato laboral o una oferta de trabajo? De este tema tan interesante hablamos en el último Club de Desarrollo Personal y Liderazgo con Alejandro Sánchez, que acudió a ofrecernos una ponencia de acercamiento a la mentira y cómo detectarla.
Sánchez es ingeniero de Telecomunicación por la UPV, Director de Proyectos con certificación PMP, Máster en Comunicación No Verbal por el Instituto Europeo Campus-Stellae y fundador de Código No Verbal, una escuela de comunicación no verbal con un enfoque riguroso, científico y práctico. Comenzamos por el principio
¿Qué es la mentira?
¿Qué consideramos que es mentir y qué es omitir la verdad? ¿Es lo mismo? Alejandro nos apunta que para un profesional, omitir la verdad de forma deliberada es mentir. Y a partir de ahí, podemos empezar a elucubrar ya que no solo debemos vigilar lo que nos dicen, sino también lo que no nos dicen y se desvela a través de nuestra comunicación no verbal.
Hay muchos mitos en torno a la mentira y cómo las personas son capaces de comportarse cuando saben que están faltando a la verdad. Pero debemos tener claro que ni la verdad está escrita en nuestra cara, ni por un solo gesto podemos saber si alguien está mintiendo. Como podemos comprobar en este artículo de Harvard Business School, ni quien mira hacia otro sitio te está mintiendo ni quien habla rápido está nervioso porque nos está contando algo que no es verdad.
Además, debemos tener en cuenta que en realidad mentir no es algo inadecuado en todas las situaciones.
Hay ocasiones en las que contar una verdad a medias u ocultar nuestra opinión es necesario para poder relacionarnos de forma sana, ¿hay alguien que de verdad pueda estar siempre diciendo lo que piensa en cualquier ámbito? Sánchez apuntó que ‘la mentira es el aceite que engrasa la convivencia’, ya que un día completo diciendo la verdad sin parar podría ser agotador e imposible a nivel social.
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¿Cómo surge la mentira?
A través de la empatía.
Solo quien tiene empatía es capaz de mentir y distinguimos dos tipos distintos de la misma;
- Empatía emocional. Nos permite sentir lo que la otra persona siente por imitación, compartirla al 100%. Está basada en la teoría de la simulación a través de las neuronas espejo.
- Empatía cognitiva. Entender los sentimientos y pensamientos de otra persona, saber porqué y comprenderlo. Nos permite pensar qué puede sentir o pensar en un determinado momento. Está basada en la teoría de la mente.
Es la empatía cognitiva la que nos permite mentir, porque nos ayuda a anticiparnos a lo que puede pensar o sentir la persona que tenemos delante. De hecho, los grandes mentirosos, los psicópatas o los asesinos en serie, tienen gran empatía cognitiva, pero tienen cero empatía emocional.
¿Cómo detectar la mentira?
Según Sánchez, hay varios indicadores verbales y no verbales de la mentira, tales como mantener distancia física con la persona con la que estamos hablando, usar verbos en pasiva (en vez de ‘les maté’, decir ‘se mataron’), intentar reforzar nuestra credibilidad repitiendo en muchas ocasiones ‘honestamente’, ‘sinceramente’ y fórmulas parecidas, tener lapsus linguae… Los asistentes pudieron conocer cada uno de los parámetros, con ejemplos claros y directos de cada uno de ellos en vídeo.
En cuanto a los indicadores no verbales de la mentira, debemos tener muy en cuenta la expresión facial, los gestos de nuestro cuerpo, el paralenguaje (tono, ritmo, volumen de la voz), y la comprobación de la veracidad del relato. Si bien es cierto que una persona que sabe que miente debería expresar cierto nerviosismo, a la larga es más fácil detectar en quien no miente la confianza de quien sabe que posee la verdad.
Entonces, ¿podemos hacer algo para detectar a alguien que nos está privando de cierta información sensible? Debemos ser especialmente atentos con la coherencia y la congruencia del relato que nos ofrece, intentar hacer las preguntas adecuadas si vemos que evitan cierta información y sobre todo, hacer caso de nuestra intuición. Es más fiable de lo que creemos.
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