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“El apoyo de la familia es muy importante”

By 28 mayo, 2012febrero 3rd, 2020No hay comentarios todavía

(Entrevista publicada en el nº 58 de Polivalencia Papel – Noviembre-Diciembre 2009)

¿Cómo fueron sus inicios en el mundo profesional?

Durante mis estudios de Ingeniería Industrial en la UPV, me interesé por las becas de IAESTE y, gracias a ellas, viví mi primera experiencia internacional. Estuve trabajando durante tres meses para el Departamento de Tecnología de la Universidad Técnica de Dresden en Alemania. Luego, tras acabar los estudios, comencé como responsable de Ventas y Almacén en un pequeño distribuidor de material eléctrico en Valencia. Siempre me
había gustado vender y, con este empleo, quise comprobar si el binomio formación técnica habilidades de venta me permitiría realizarme como profesional.

En 1999 se incorporó a Schneider Electric, su actual empresa, para dirigir su delegación en Castellón. ¿Imaginaba ya en aquel entonces una trayectoria profesional internacional?

Entonces tenía veinticuatro años y una de las razones principales que me impulsó a incorporarme a Schneider Electric fue, sin duda, las posibilidades de desarrollo que ofrecía, dado que se trata de todo un especialista mundial en la gestión de la energía. Tiene presencia en más de cien países, ciento catorce mil empleados y una facturación en 2008 de 18.300 millones de euros, siendo una de las quinientas mayores empresas del mundo.

Solo en España somos cerca de tres mil ochocientas personas, contamos con nueve fábricas, tres de ellas en Valencia, y la facturación es de 1.180 millones de euros.

¿Fue difícil tomar la decisión de marchar a Grenoble para iniciar una nueva etapa en su carrera?

Tomar una decisión de cambio siempre es difícil. La principal dificultad es quizá trasladar a la familia. El 90% de las experiencias internacionales que fracasan, lo hacen por la falta de adaptación de la familia en el país de acogida. Es fundamental que tu pareja esté tan convencida como tú de que se trata de la mejor opción posible, tanto profesional como personalmente. Hay que poner todos los pros y los contras en una balanza, hablar mucho con los tuyos y decidir. Schneider Electric, dentro de su política de expatriaciones, hace un gran esfuerzo para que la adaptación al país de acogida de toda la familia sea rápida: cursos de idiomas, ayuda con la vivienda o un vehículo, etc.

¿Y ha sido complicado tomar ahora la decisión de regresar a España? ¿Qué circunstancias tenían que darse para que regresase?

Generalmente, las expatriaciones tienen una duración de entre tres y cinco años. Pero no son algo cerrado, es importante que haya diálogo y que, si existen oportunidades, los profesionales puedan aprovecharlas. En mi caso, tras dos años en Francia me ofrecieron seguir allí o regresar a España para dirigir la sección de ventas de Levante, de la que había formado parte en mi primer puesto.

Acepté regresar a España por varias razones: por un lado, profesionales, ya que me ofrecían dirigir un equipo de ventas de productos y soluciones de cerca de cien personas en un territorio que comprende la Comunitat Valenciana, Murcia y Albacete, y una cifra de ventas en 2008 de 114 millones de euros; y por otro, personales, dado que el puesto me permitía volver a mi ciudad natal y, además, en el momento en que mi primera hija iba a nacer.

¿Qué diferencias existen en la forma de trabajar en España y Francia? ¿Y entre los distintos países en los que ha desarrollado proyectos?

En Francia los horarios son distintos, al estilo europeo. También hay una tendencia a tomar
decisiones de forma más consensuada. Allí prefieren hacer una reunión de más que tomar una decisión en la que no todas las partes estén de acuerdo. En España, en estos casos hacemos valer más el organigrama.

En países como Rusia, Polonia, Azerbayán o Turkmenistán, esta tendencia es más exagerada y tanto el organigrama como la experiencia dictan quién debe decidir. En estos países además, como los mercados están menos desarrollados, la mayoría de negocios se hacen en grandes obras o proyectos a través de grandes empresas multinacionales. En Europa del oeste, el mercado llamado “difuso” de pequeñas y medianas obras ejecutadas por empresas locales con dominio técnico tiene mayor relevancia y la distribución mayorista disfruta de mucho más peso específico.

Países como Brasil o México tienen una mezcla de ambos mercados, con reuniones
y negociaciones que llevan un ritmo mucho más distendido.

Como anécdota puedo contar que en Bakú, capital de Azerbayán, la inversión en edificios residenciales y terciarios ha sido tan brutal en los últimos cinco años, que muchos de ellos se han finalizado y habitado sin que las infraestructuras de calles, suministro eléctrico y demás estuvieran todavía disponibles.

¿Recomendaría a los recién titulados de la UPV que probasen la experiencia de trabajar en el extranjero?

Para mí, ha sido una experiencia inolvidable que nos ha ayudado a mi mujer y a mí a crecer como personas y como profesionales. Hemos mejorado los dos nuestro inglés, hemos aprendido francés desde cero y hemos convivido y conectado con personas de muy distintos orígenes, culturas y nacionalidades, ayudándonos a entender un mundo cada vez más global.