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M.A. Casas, conector Blue red Múnich

Miguel-Ángel-CasasSi hubiese habido un área industrial donde no me habría visto trabajando cuando cursaba estudios en la UPV, posiblemente hubiera sido automoción. A mí ese sector me sonaba como extremadamente técnico, difícil entrar en él y bastante elitista. Ciertos clichés que con el tiempo se me fueron eliminando y es que trabajar en automoción es mucho más que diseñar un motor o planificar una producción. El planteamiento puede sonar una tanto simplista pero una vez dentro de él he podido vivir y experimentar lo rico que puede ser en posiciones, cargos y responsabilidades en las que a lo mejor un estudiante de ingeniería no se para a pensar, ya sea cuando realiza la carrera o cuando se enfrenta por primera vez al reto de buscar trabajo.

Ser ingeniero es usar y aplicar el ingenio

En mi caso, llegar al mundillo fue como quien dice, por accidente. Tuve la suerte de que me buscaron y recuerdo perfectamente aquella frase del que luego acabaría siendo mi mentor: “no te equivoques, esto puede sonar glamoroso, pero no verás Ferraris sino talleres de camiones con profesionales de grasa hasta las cejas…” Y con gran satisfacción puedo decir, así fue.

Y es que, desde mi humilde opinión, uno no se puede completamente formar en la universidad para lo que se va a encontrar, se forma para lograr superar los retos a los que se ha de enfrentar. Hoy en día la técnica avanza mucho más rápido que los planes de estudio y nos encontramos con que se demandan profesionales que uno mismo se pregunta “y cómo y cuándo se supone que he aprendido a hacer eso”. Como ya les dijo un profesor a mis padres, también ingenieros titulados por la UPV: Ser ingeniero no es otra cosa que usar y aplicar el ingenio. Pues de igual forma ciertas tareas acaban siendo realizadas por un titulado que a priori uno no se habría parado a pensar que así pudiera ser. No entrando en debates de “para eso he estudiado yo tal o cual cosa” pretendo con el siguiente artículo compartir una serie de posiciones o empresas donde un titulado puede tener cabida dentro del sector automoción u otra industria cualquiera.

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El ingenio puede marcar el éxito

Partamos del apartado comercial, un área que no es ni mucho menos la preferida por los estudiantes de ingeniería y que es sin duda donde se aglutina la mayor oferta de empleo pre/durante/- y seguramente postcrisis. Del arte de vender se han escrito cientos de libros, hecho decenas de películas y resulta que en muchos casos lo que se necesita no es una sonrisa cautivadora, un encanto especial o un don de gentes si no un auténtico especialista que sepa de lo que habla, que lea planos, que proponga ideas de diseño creativas o pueda detectar una necesidad o mejora oculta para otros. Sin duda cierto carisma ayuda pero es el técnico el que puede marcar la diferencia. El INGENIO puede marcar el éxito y en ventas hay que ingeniárselas todos los días para vender más, más barato y con más margen de beneficio. ¿Pero todo es vender? ¿Y comprar? Igualmente importante puede ser el saber qué se compra, qué ventajas tiene un producto frente a otro y su impacto en la producción, características técnicas, rendimientos, etc, etc. Un gestor de compras puede influenciar en el diseño, explicar novedades de proveedores y filtrar entre ofertas adecuadas o no en la estrategia de la empresa. O los cálculos de costes. ¿Cómo mejorar tiempos, diferencias entre materiales, durabilidad, fatigas? Y es que según de la base industrial que se parta, puede haber multinacionales con departamentos especializados en cada área o por el contrario un tejido empresarial más modesto en el que un empleado ocupa varios roles.

Recuerdo la asignatura de Oficina Técnica. La magia de la palabra “proyecto” y es que ser un buen gestor de proyectos no es tarea fácil. Falta de recursos, luchas interdepartamentales, fallos en la cadena de suministro, fluctuación laboral y todo girando en torno a un producto que puede ser altamente tecnológico y se ha de lograr entender para poder coordinar las necesidades y prioridades en cada fase del proyecto.

Hay ingenieros en todo tipo de roles

Y así podríamos seguir por infinidad de áreas como las clásicas de calidad, logística, diseño, mejora continua, producción o menos evidentes como RRHH. Pues sí, hasta en RRHH se puede dar el caso de que busquen ingenieros. Sin ir más lejos recuerdo muy bien un proceso de selección en el que estuve involucrado para Michael Page. Extremadamente interesante el puesto de caza talentos pero aún más interesante era el enfoque de la empresa. Querían, y me imagino siguen queriendo, ingenieros para seleccionar ingenieros. No hay mejor forma de filtrar que saber de lo que se habla. Y es que se pueden encontrar ingenieros en todo tipo de roles, jerarquías y responsabilidades. En todo tipo de industrias y en los lugares más insospechados. Al fin y al cabo, ¿no es en los tiempos que corren donde mejor ha de INGENIÁRSELAS uno para salir adelante?

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Infinidad de veces he escuchado eso de “para eso estudié yo”, “eso no es de mi ramo” e igualmente infinidad de veces me he encontrado excelentes profesionales que siendo ingenieros han despuntado en un área totalmente distinta a la que en teoría les correspondería estar. Porque hasta el mejor curso de formación comercial al que he asistido me lo dio un Ingeniero Industrial que ningún día de su vida profesional ejerció como tal pero capaz de convencer a un ateo de comprar un crucifijo para su casa.

Finalmente animar a todos aquellos a alcanzar su sueño, como ese amigo mío que en el instituto dibujaba bocetos de coches en el que colocaba el logo de BMW y a día de hoy trabaja en su sede en Múnich. Pero igualmente animar a todo aquel que busca trabajo a abrir su mente y aplicar ese ingeniero que lleva dentro allá donde consiga su oportunidad.