Todos conocemos a alguien que trabaja o ha trabajado a distancia en algún periodo o sigue haciéndolo y, por lo general, aunque sabemos que no trabajan en pijama y pantuflas, que madrugan y siguen un horario, que, a veces, incluso trabajan más horas que en una oficina tradicional, existen en España grandes prejuicios sobre el mismo.
Estos prejuicios limitan, como veremos, su implantación y su aprovechamiento por parte de las empresas.
Definición del teletrabajo
Podemos encontrar diversas definiciones de teletrabajo. Pero, básicamente el teletrabajo es aquel trabajo que se realiza lejos del lugar de trabajo o instalaciones de la empresa para la que se trabaja, haciendo uso de las tecnologías de la información para comunicarse con la propia empresa o los clientes.
A nivel legal, desde la reforma laboral de 2012 se modificó el artículo 13 del Estatuto de los Trabajadores para, dándole una nueva denominación a lo que se venía llamando “trabajo a domicilio”, pasar a llamarlo “trabajo a distancia”, abriendo la posibilidad de que este trabajo sea realizado desde el propio domicilio del trabajador o desde cualquier otro lugar.
Teletrabajo y movilidad no son lo mismo
Realmente la diferencia no radica en el contenido, pues el trabajo que se realiza va a ser el mismo, sino en la forma. Hablamos de movilidad cuando el propio trabajo requiere desplazarnos: visitar un cliente, atender el desarrollo de un proyecto en otras instalaciones, acudir a una convención, a una formación… Es habitual utilizar el portátil y el móvil para seguir trabajando a distancia en esas ocasiones aprovechando los huecos entre reunión y reunión… Cuando hablamos de teletrabajo no hay una necesidad de desplazamiento para desempeñar el mismo, sino que es una elección acordada entre la empresa y el trabajador para que toda o una parte de la jornada se desempeñe a distancia.
En todas las empresas existe y se acepta la movilidad, en cuanto que es una necesidad, pero el teletrabajo en España es más bien escaso. Así lo expresa el informe presentado en 2017 por la Organización Internacional del Trabajo y Eurofound, del que se desprende que solo el 7% de los empleados ejerce el teletrabajo y solo el 13% de las empresas lo ofrece.
Barreras para el teletrabajo
Curiosamente, aunque el 13% de las empresas lo ofrece, solo el 7% lo utiliza. Esto se debe principalmente a la importancia de la cultura de la empresa para propiciar el teletrabajo. Para que exista teletrabajo es necesaria una cultura de confianza mutua y responsabilidad, orientación a objetivos y resultados y no orientación a control. Difícilmente una empresa con cultura presencialista o en la que ni siquiera está bien visto ausentarse para acudir a un seminario o una formación podrá implantar con éxito medidas de teletrabajo, aunque existan sobre el papel. En este caso lo que sucede es que los propios trabajadores se autocensuran, pues consideran que serán mal valorados si optan por utilizar esta medida. Como vas a optar por algo así si, por ejemplo, tu jefe mira el reloj cada día cuando te despides hasta el día siguiente.
En la mayoría de países en los que se ha realizado el estudio, la sensación de pérdida de control por parte de los directivos es una de las principales barreras para desarrollar el teletrabajo. El estudio también concluye que se trata de un prejuicio, puesto que aquellos managers que han tenido experiencia previa con el teletrabajo aprecian mucho más las ventajas que aporta que los inconvenientes.
Todo lo anterior está relacionado con una cultura de trabajo por horas el lugar de una cultura de trabajo por objetivos.
Los costes de la adopción de nuevas tecnologías y comunicaciones que faciliten el teletrabajo ya no son una barrera actualmente.
Ventajas del teletrabajo
La principal razón para utilizar el teletrabajo es porque permite una mejor conciliación entre la vida laboral y la personal.
Esta conciliación es uno de los cuatro factores más importantes que consideran los empleados para permanecer en una empresa según determinan los estudios sobre la capacidad de las empresas para retener el talento clave para su éxito:
Lo que realmente persiguen las empresas con el teletrabajo es incrementar la retención de profesionales clave y forma parte, por tanto, de una estrategia más amplia de Employer Branding con la que atraer y retener el talento.
Pero esta no es la única ventaja, además:
- Se reducen o eliminan tiempos de desplazamiento.
- Se reduce el uso de transporte y la contaminación.
- Se eliminan barreras geográficas a la hora de contar con determinados perfiles altamente cualificados y que no encontramos en nuestra zona de ubicación.
- Se reducen costes asociados a los espacios de trabajo.
Algunos riesgos
Una mala implementación del teletrabajo o trabajar completamente a distancia puede suponer algunos riesgos, como son:
- Pérdida de relaciones laborales, hay menos posibilidades para establecer las necesarias relaciones informales en el trabajo. Esto puede conllevar también:
- Sensación de soledad.
- Falta de networking y estancamiento profesional.
- No desconectar. Puede que la separación entre la vida personal y la profesional se difumine, y se termine trabajando horarios bastante extensos.
En realidad todo lo anterior es perfectamente evitable haciendo una buena implementación, fomentando la conexión entre los teletrabajadores y estableciendo determinados “momentos” de presencialismo.
Algunas condiciones
El teletrabajo no es la panacea, es una opción, que hoy por hoy es real y fácil de implementar.
- Flexibilidad. No es para todos por igual, pierde sentido si el principal afectado no tiene margen para elegir qué parte de la jornada o qué días le interesa más teletrabajar.
- Es importante seleccionar bien, teniendo en cuenta ciertas competencias relacionadas con la disciplina, la gestión del tiempo y la autonomía para la toma de decisiones.
- Teletrabajar no significa trabajar aislados e incomunicados, es muy sencillo mantener una conversación telefónica o videoconferencia o multiconferencia.
- Es necesario que exista una cultura de trabajo compartida, orientada a objetivos y resultados