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Estamos asistiendo a un periodo de transformación acelerada tanto de la economía como de la sociedad y de nuestra forma de vida (como nos comunicamos, como nos relacionamos, etc.).

Una de las principales características de esta etapa tiene que ver con los datos. El aumento exponencial de la capacidad de almacenamiento, transmisión y procesamiento de datos, junto con la reducción de su coste unitario han traído consigo una auténtica revolución. Pero el Big Data no es la única tecnología que está en la base de esta nueva era, también lo están la Inteligencia Artificial, el Blockchain o el Internet de las Cosas. Pero, si nos fijamos en todas estas tecnologías, los datos están en el fondo de todas ellas. Por ello, podemos decir:

¡Bienvenidos a la Era de los Datos!

Descarga en nuestra Know Box

Ahora bien, ¿cómo va a afectar esta nueva era al empleo y los mercados de trabajo? BBVA se ha hecho esta misma pregunta y ha dedicado uno de sus libros de la serie Open Mind, precisamente a analizar este fenómeno. El libro, que podéis descargar íntegro en nuestra Know Box, es una recopilación de artículos en los que diferentes autores, que reflexionan sobre el mundo del trabajo en la Era de los Datos.

Desde Bluered, en este artículo, hemos querido profundizar en uno de los fenómenos que están sucediendo en el ámbito laboral como consecuencia de la llegada de la “Era de los Datos” y, no es otro, que la polarización del mercado de trabajo o la desaparición paulatina de los empleos de “clase media”.

De qué hablamos cuando hablamos de polarización del mercado de trabajo

La polarización del empleo es un fenómeno relativamente reciente que está sucediendo en los mercados de trabajo de los países desarrollados.

En un mercado laboral polarizado la demanda de trabajadores de nivel medio decrece (por ejemplo, los auxiliares administrativos o los operarios) mientras que las ocupaciones situadas en los extremos opuestos de la distribución salarial crecen, es decir el empleo de alta cualificación (universitarios, directivos) y de baja cualificación (personal asistencial o de la limpieza).

Es decir, a causa de las nuevas tecnologías, que promueven la automatización de procesos  y su digitalización, los empleos que requieren unas habilidades intermedias son cada vez menos necesarios. Y esta tendencia, lejos de minimizarse, se acentuará en los próximos años.

Según datos de UGT en la última década en España se ha destruido un 13’5% del empleo que requería habilidades intermedias. Por otro lado, el Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop), que ha realizado proyecciones de creación de puestos de empleo hasta 2030, 4 de cada 5 nuevos empleos exigirán un alto nivel de cualificación, aventurando un rápido crecimiento de los puestos de trabajo más cualificados. En el otro extremo, pronostica un leve aumento del empleo con bajos niveles de cualificación; en concreto, puestos de trabajo relacionados con seguridad, limpieza, restauración o labores de cuidado.

Consecuencias de la polarización del trabajo

La polarización laboral es un cambio que transforma la economía porque hace crecer los empleos de salario alto, lo que debería de ser positivo. No obstante, el número de  también está aumentando en los empleos de salario bajo. Por tanto, los profesionales o sectores que están viendo reducida su fuerza de trabajo, tienen dos opciones:

O tratar de mejorar sus competencias para aspirar a un puesto superior o conformarse con un empleo de la gama baja para el que estarán sobre-cualificados y para el que tendrán que rebajar, con toda probabilidad, sus expectativas salariales u otros beneficios.

Se habla mucho de que hoy en día hay titulados universitarios con varios máster trabajando en la hostelería o como reponedores de supermercados. Pero esta es la realidad con todo lo que ella supone. La frustración y la ansiedad de estos trabajadores. El desperdicio de su talento. El despilfarro económico que supone formar a estos profesionales que no van a retornar estos beneficios a la sociedad.

Por otro lado, son muchas las noticias que hablan de las dificultades de las empresas para encontrar profesionales altamente cualificados en las nuevas tecnologías emergentes.

El déficit de talento en las profesiones nativas digitales (analista de datos, experto en ciberseguridad, etc.) puede explicarse por el tiempo necesario para capacitar a los profesionales para puestos que hace escasos años no existían, y que se pueda aprovechar al máximo el potencial de estas tecnologías en las que se sustenta la llamada Industria 4.0. va a depender de las habilidades y conocimientos de los profesionales que las desarrollen.

Entonces, ¿qué podemos hacer para no quedarnos atrás y optar a los puestos altamente cualificados, que son los que más van a crecer?

Formación. La formación continua debe ser la tónica de los profesionales en esta nueva etapa. El life long learning ha llegado para quedarse y profesionales y empresas van a tener que dedicar recursos a los planes de formación. No queda otra que adaptar nuestras competencias, conocimientos y habilidades a aquello que demanda el mercado. Es la ley de la oferta y la demanda.

Otro camino puede ser el de la colaboración o incluso el de la coopetición. Es decir, dos profesionales o empresas que en principio son competencia el uno del otro pero que se unen y trabajan juntos para dar solución a un problema o a una demanda del mercado. Es el caso, por ejemplo,  de Sony y Samsung cuando se unieron para crear las pantallas planas LCD.

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