Ayer tuvo lugar un nuevo encuentro de nuestro Club de Desarrollo Personal y Liderazgo. En él pudimos contar con Ana Pons, consultora organizacional, formadora de directivos y coach, quien precisamente vino a hablarnos del coaching ejecutivo y el impacto que puede tener en la carrera profesional de quienes optan por probarlo.
Definiendo el coaching ejecutivo
Ana Pons comenzó la sesión definiendo qué es esto del coaching ejecutivo. Según la AECOP (Asociación Española de Coaching Ejecutivo), se trata de:
“Una relación de colaboración entre ejecutivos de niveles medio y alto, su organización y un coach ejecutivo con dos objetivos:
1) Facilitar el aprendizaje del ejecutivo y de la organización y
2) el logro de resultados identificados previamente.”
E invitó a quien quiera profundizar más en este concepto a revisar la completa definición que en la revista 3Ciencias hacen sobre esta práctica en auge.
De la definición de coaching ofrecida por Ana deducimos que éste siempre va a tener un objetivo de mejora. Es decir, siempre vamos a partir de una situación para llegar a otra mejor, vamos a partir del presente para dirigirnos hacia una situación futura deseada. El coaching no es un proceso que se centre en el pasado de las personas (comos sería el caso de la psicoterapia) ni su finalidad es la reparación de situaciones desastrosas o catástrofes.
El coaching también se diferencia claramente de otras disciplinas como el counseling, en el que un experto te dice lo que tienes que hacer o el mentoring (formación), en el que el experto te enseña a hacer lo que tienes que hacer.
Aunque el coaching puede operar en cualquier nivel de la organización, suele estar más indicado en niveles jerárquicos altos. Si centramos los procesos de coaching en los profesionales que ocupan puestos de responsabilidad en nuestra organización, la inversión realizada se verá más pronto recompensada.
¿En qué puede ayudarnos el coaching ejecutivo?
A nivel empresarial el coaching suele trabajar en competencias que tienen que ver con:
- Gestión del tiempo
- Organización
- Delegación y coordinación
- Comunicación
- Desarrollo de negocio y comercial…
Además de todo lo anterior, el coaching exige de los implicados que tengan una clara voluntad de cambio. De nada sirve que la empresa contrate un proceso de coaching para varios de sus directivos o profesionales si éstos no están implicados y lo consideran una oportunidad de mejora.
Relacionado con lo anterior, un aspecto fundamental del coaching es la confidencialidad entre el coach y el couchee. Si el profesional no está convencido de que se va a respetar la confidencialidad del contenido trabajado en las sesiones, no habrá posibilidad de desarrollar un proceso de coaching, será inútil. Esto complica la utilización del coaching por parte de coaches internos. Por ejemplo, si iniciamos un proyecto de coaching y formamos y designamos un coach interno del departamento de RR.HH., ¿confiarán realmente los profesionales a los que se dirija el coaching en su coach? Lo más probable es que lo perciban como una forma de evaluación y se lo tomen como tal. Por tanto, el proceso de coaching tendrá más posibilidades de éxito si el coach es externo, se clarifican objetivos y se garantiza la confidencialidad.
En el coaching ejecutivo se trabaja sobre cosas concretas, con “atascos”, cosas que no estamos sacando adelante como esperábamos o como sería deseable. En este sentido, las sesiones de coaching se orientan siempre hacia resultados concretos en forma de acciones a realizar dentro de un plazo. Acciones y plazos fijados por el propio couchee y no por el coach.
el coaching puede ayudarte a superar las barreras en forma de creencias limitantes que te impiden avanzar
Metodología
En un proceso de coaching siempre se mira hacia las soluciones y no hacia los problemas. Se trata de un proceso basado en el diálogo y en el que el coach utiliza preguntas abiertas, pero sin buscar los por qué sino más bien tratando de resolver otras dudas como el para qué, el cómo, el cuándo o el qué… Otro recurso que suelen utilizar los couches son las preguntas de desafío.
Este trabajo de diálogo tiene por objetivo ayudar al “cliente” a superar las barreras en forma de creencias limitantes que le impiden avanzar y alcanzar sus metas. Para ello el coach utiliza la escucha activa y la observación, las preguntas poderosas, la visualización dirigida y la confrontación de aquello que el cliente dice con la realidad y con sus propias contradicciones.
Para finalizar y para animar a los incrédulos a probar esta práctica, Ana destacó, que a diferencia de otros procesos como la psicoterapia, el coaching genera resultados en el corto plazo (3-6 meses).
Si te ha gustado lo que has leído aquí sobre el coaching y te gustaría conocer a Ana y experimentarlo en primera persona, debes saber que desde la Asociación ofrecemos a todos nuestros socios un nuevo servicio de coaching ejecutivo. Además, los primeros socios que soliciten este servicio podrán disfrutar de una primera sesión de coaching gratuita. Por otro lado, también puedes descargar la presentación de la jornada en nuestra Know Box.
A mí me gustaría someterme alguna vez a un proceso de coaching. Creo que tengo un potencial oculto que no termino de explotar. Pero cuesta empezar, la verdad.