Happycracia es el ensayo escrito por el doctor en psicología e investigador Edgar Cabanas y la profesora de sociología e investigadora Eva Illouz, publicado en la editorial Paidós este pasado mes de febrero, en el que analizan el concepto felicidad que se ha convertido en el producto estrella del siglo XXI de una industria multimillonaria que opera escala global.
En el primer capítulo del ensayo, los autores explican la relación entre la felicidad y su expansión al ámbito de la política, partiendo del origen de la creación de la psicología positiva, artífice de convertir la felicidad en la meta a la que, en teoría, todos debemos alcanzar y mantener a lo largo de toda nuestra vida.
El punto de partida relata cómo el prestigioso psicólogo norteamericano, Martin Seligman, crea “un nuevo enfoque psicológico sobre la naturaleza humana que pudiera rejuvenecer la psicología y extender su alcance social y científico” tras ser elegido presidente de Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés).
Cogiendo esta cita de Happycracia, podemos extraer el origen de la psicología positiva: “como caída del cielo, Seligman había encontrado finalmente su misión: crear una nueva ciencia de la felicidad para estudiar en qué consiste «la buena vida» y descubrir las claves psicológicas del crecimiento personal”
Merece la pena trasladar aquí uno de los párrafos introductorios de Happycracia en la que queda patente el objetivo de entender la felicidad como un sentimiento probado por la ciencia: “La investigación en felicidad en ese momento oxigenaba una disciplina -la psicología- en perpetua búsqueda de su propio objeto de estudio y en constante necesidad de introducir y de apoderarse de nuevos conceptos que le faciliten justificar su relevancia social, atraer financiación, y permanecer de moda (…) sin contradecir teorías ya consolidadas”.
En pocos años, Seligman consiguió generar una red amplia y global que mueve millones de dólares gracias al apoyo tanto del sector público como privado. En este primer capítulo se narra, por ejemplo, cómo el ejército americano invirtió 145 millones de dólares en psicología positiva con la finalidad de “instruir a los soldados y personal militar en emociones positivas pensando que la felicidad y la espiritualidad ayudarán a crear soldados tan resistentes psicológica como físicamente”.
Junto con la happycracia hemos asistido al nacimiento de la religión del cree en tí mismo
A pesar de seguir sin tener legitimidad científica, psicólogos, directivos, terapeutas y todo tipo de profesionales se suman al tren de la felicidad haciendo que esta “forma de vida” tenga una gran influencia. Poco difícil fue expandir la psicología de la felicidad de Estados Unidos a Europa, y de ahí al resto del mundo. Nada más sencillo de expandir que “la religión del CREE en ti mismo”, sacar certificados para los auténticos coaches en felicidad, e impregnar mundos como la educación, los negocios, el marketing o la psicoterapia.
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