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Giordano-Trabison
El autor: Giordano Trabison
Directivo internacional con amplia experiencia en Brasil y experto en la Dirección Estratégica de Proyectos y en la Gestión de Empresas Constructoras e Inmobiliarias.
es.linkedin.com/in/giordanotrabison

El gobierno brasileño tiene previsto un paquete de licitaciones de concesiones en autovías, puertos, ferrocarriles y aeropuertos previstas para el segundo semestre del año de cara a las próximas elecciones del 2014. Estas licitaciones están encuadradas dentro del Programa de Inversiones y Logística (PIL), para lo que el banco de desarrollo brasileño (BNDS) dispone de fondos dedicados por nueve mil millones de Reales. Por ejemplo, ya se han difundido datos sobre las primeras concesiones en autovías que tendrán finalmente un TIR del 7,2%. También se ha anunciado, que bajo la nueva Ley de Puertos, se comenzará a licitar, en tres fases, las concesiones de terminales en diversos puertos del país.

Pero ante este anuncio, está por verse cómo la política económica de EUA puede afectar finalmente la tasa de cambio y los tipos de interés y cómo redunda esto al apetito inversor del capital privado exterior, es decir, si estiman la rentabilidad adecuada a los riesgos.
Por otro lado, las protestas actuales pidiendo seriedad y eficiencia a sus gobernantes, y en particular muchas de ellas, por un lado pidiendo la eliminación de peajes (movimiento Passe Livre, que está realizando manifestaciones en las principales ciudades) y por otro, la reducción de los mismos (solicitadas por los camioneros que están realizando cortes en las principales carreteras), ya empiezan a ser atendidas en parte por los gobernantes del país debido a su caída de popularidad. Por ejemplo, en el Estado de São Paulo (que tiene más desarrollado el modelo de colaboración público-privada), ya están negociando con las concesionarias de los 19 contratos en vigor, con el consiguiente riesgo de demanda que afecta al equilibrio económico-financiero de los contratos.

Se espera subida de intereses y bajada de aranceles

Goldman Sachs, así como otros bancos de inversión, analistas e inversores extranjeros, ya advierten que muchas inversiones se paralizarán hasta ver qué ocurre tras las manifestaciones y cuánto se van a prolongar estas. Los gobernantes y políticos a nivel federal y estatal ya han empezado a tomar posiciones (pues a las manifestaciones hay que sumar que el 2014 es año electoral), por lo que los inversores se encuentran a la expectativa de cómo el Gobierno va a interpretar y canalizar los mensajes en la política fiscal, con problemas algunos para controlar la inflación, una de las preocupaciones manifestada en las calles. Tras las recientes bajadas de tipos de interés, ahora se espera, por un lado subida de nuevo de estos, pero por otro lado, la bajada de aranceles de ciertos productos con el objetivo de mantener a raya la inflación.

Brasil-de-noche

Algunos agentes económicos ya se está preguntando si Brasil está perdiendo estos días la imagen de país con estabilidad política (empieza a haber divisiones en la coalición de Gobierno) y social. Yo no lo veo así. Mi percepción es que la suma de fuertes movimientos sociales y las próximas elecciones a la Presidencia del país, están adelantando la campaña electoral y los distintos miembros de la colación de gobierno empiezan a medir sus fuerzas ante la caída de popularidad de la Presidenta Dilma Rousseff.
A pesar de batallas políticas electorales, no veo una inestabilidad política que amenace a los inversores extranjeros. Eso sí, el Gobierno debe mandar mensajes claros al mercado, porque sino este va a pedir unos TIR más elevados como consecuencia del aumento del riego país.

Brasil necesita ahora estimular la política monetaria

Por otro lado, varios economistas creen que Brasil necesita ahora estimular la política monetaria, la inversión en infraestructuras y en educación para aumentar productividad, así como la rebaja de tipos de interés para favorecer la inversión, en contra de la actual política económica de gasto público y estimulo del consumo que está dando los primeros signos de agotamiento debido a la inflación (cuando habría que mejorar la falta histórica de ahorro del país). El actual Gobierno está asumiendo la depreciación de la moneda como un nuevo escenario inducido por la nueva política económica de EUA a la que habrá que acostumbrarse y vuelve a subir los tipos de interés desestimulando así la inversión.

Más allá del planteamiento de un plebiscito para cambiar el sistema electoral, ¿reaccionará el Gobierno, como ya están pidiendo, con una crisis ministerial y/o cambiará la política económica para devolver al mercado la confianza? ¿Por qué nadie se plantea reformas estructurales más profundas para elevar aún más el potencial y corregir desequilibrios existentes?

Lo que no hay duda es que este nuevo cambio de escenario y la próximas elecciones marcarán el rumbo de crecimiento del país.