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[Img #3280]Ana Saus es licenciada en Bellas Artes por la UPV y actualmente se dedica a la enseñanza. Ella ha sido la artista encargada de realizar el detalle del Club de Desarrollo Personal y Liderazgo del mes de Septiembre en el que Antonio Climent nos ha hablado sobre los retos a los que se enfrenta un líder en su labor diaria.

Cuéntanos como fue tu etapa universitaria en la UPV…
Considero que en la UPV, entre otras cosas, la preparación técnica que se ofrece a los alumnos de Bellas Artes es soberbia. Sin embargo pienso que le falta ser más práctica, prepararnos más para lo que hay fuera, para lo que es el mundo del arte hoy en día. Aquí se nos mima mucho, se nos valora mucho el trabajo bien hecho. Parece que si pintas fenomenal vas a ser un gran artista fuera y esto no es así. Falta formación en lo que es gestión cultural, lo que es la difusión de tu trabajo, integrar mejor los medios tecnológicos y el arte… Aun así mi experiencia en la Facultad la valoro muy positivamente, me ha permitido tener un bagaje y unos conocimientos que ahora puede ayudarme a plantearme nuevos retos.

En mi último curso de la carrera estuve de Erasmus en Francia y para mí supuso un choque importante. Fue cuando descubrí que aquello que aquí se apreciaba tanto allí era criticado y cuestionado. El concepto de arte y de pintura era diferente.

Luego continuaste tus estudios artísticos en Madrid, ¿qué puedes contarnos de esa etapa?
Cuando acabé la carrera me fui a Madrid a cursar el Master en Producción Artística de la Universidad Complutense. Allí empecé  a desarrollar un proyecto artístico con cierto sentido, con un objetivo y una coherencia. En este sentido mi estancia previa en Francia me ayudó mucho. En los años de facultad digamos que estuve más centrada en aprender la técnica y presté la suficiente atención al sentido que puede y debe tener tu trabajo fuera.

Sin embargo, luego decides estudiar magisterio y dedicarte a la enseñanza. 

Siempre he tenido una vocación docente muy fuerte, desde que comencé Bellas Artes tuve claro que quería ser profesora. Cuando estaba en Madrid supe de una modalidad semipresencial de Magisterio que ofrecía la Universidad Camilo José Cela que duraba tan solo dos años. Además tuve la oportunidad de compaginar mis estudios con un trabajo de profesora en el colegio San Patricio de Madrid. En ese momento en el colegio, que además es bilingüe, estaban iniciando un proyecto en el que se buscaba potenciar y desarrollar la faceta artística de los niños a través de la música, el teatro y la pintura. Así que durante dos años estudié y fui profesora de plástica de niños de tres a seis años en este colegio. Y la verdad es que no  me quedaba mucho tiempo para desarrollar mi trabajo personal más artístico.  Sin embargo fue muy interesante y sumamente inspirador ver como trabajaban los niños y sus resultados. No tanto por su registro, que igualmente encuentro bellísimo, sino por la espontaneidad con la que trabajan estos niños de edades tempranas. Luego esa espontaneidad se pierde, nos vamos condicionando  todas las imágenes que nos rodean.

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¿Son muchos los titulados de Bellas Artes que acaban en el mundo de la docencia?
Hoy en día, para muchos licenciados en Bellas Artes, la docencia se presenta como una última vía, como un plan B. Y creo que desde la Facultad se debería potenciar esta área, porque ofrece salidas profesionales a los titulados en artes. Por ejemplo, no existe un departamento de pedagogía, no se nos informa de esta salida ni se nos prepara… Y esto luego repercute en la calidad de la enseñanza que reciben los niños y los jóvenes.

Actualmente eres profesora aquí en Valencia…
Soy antigua alumna del colegio Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y me ofrecieron ser profesora en primaria, dando entre otras cosas, plástica. Aquí jugó un papel importante que dominase el inglés, porque ahora esta materia se da en ese idioma. Decidí aceptar el trabajo y me vine a Valencia.

 

¿Qué retos de futuro te planteas?
Ahora que tengo una situación laboral más estable, que tengo un medio de vida que me permite una cierta estabilidad, tengo muchas ganas de retomar mi faceta más artística. Me apetece volver a investigar, a explorar, crear mis propios trabajos pictóricos. Y me gustaría vivir este trabajo personal de creación de una forma espontánea, como la de mis pequeños alumnos de Madrid.

Quiero crear sin la necesidad de tener que ganarme la vida con ello, con mucha paz y buscando siempre la sinceridad. Aunque siempre haciéndolo de una forma muy profesional. Quiero trabajar con libertad pintando sobre aquello en lo que tenga una inquietud.
Tengo varias ideas en la cabeza, ahora me toca materializarlas. Un primer paso podría ser crear mi propia página web.

¿Cómo definirías tu obra?
Lo que busco es que mi trabajo sea sincero, que tenga algo mío. Parece que para ser un artista, para impactar hoy en día, tienes que pintar gente desollada o imágenes controvertidas, y mi trabajo es más amable. Quiero hacer algo que surja de mi propia experiencia, no necesariamente autobiográfico, pero sí personal y, desde luego, plásticamente interesante.

 

¿Qué opinas de que la Asociación invite a licenciados en Bellas Artes a realizar los detalles para los ponentes de sus clubs?
Me parece una iniciativa estupenda para tratar de lanzar a los antiguos alumnos de bellas artes, porque para empezar supone una reflexión. Supone tener que hablar de tu trabajo, ofrecer unas imágenes, un soporte… Para mí personalmente ha supuesto ese pistoletazo de salida, esa excusa para volver a coger los pinceles y pensar cómo podía enfocar un tema que se me plantease.

¿Qué mensaje te gustaría trasladar a los estudiantes de Bellas Artes y a los recién titulados?
Les diría que aprovechen al máximo todos los medios que tengan a su disposición en este momento y que huyan de “la palmadita en la espalda”, que traten de cuestionarse lo que están haciendo y de estar muy al día. Creo que a mí me falto tener una ventana abierta al mundo real. Les aconsejo que aprovechen todas las oportunidades que tengan de viajar al extranjero, de una beca Erasmus, de visitar exposiciones, de visitar ferias… de que cuando les pregunten cuál es su artista favorito no digan Velázquez  o Rembrandt únicamente sino que también sepan hablar de artistas contemporáneos.

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Todas las imágenes que que ilustran esta entrevista forman parte del proyecto “Máscara, rostro y retrato”, realizado por Ana mientras cursaba el Master en Arte, Creación e Investigación de la Universidad Complutense de Madrid.