En el último desayuno de trabajo de Innova&acción hablamos de la importancia de la felicidad en el trabajo. Y es que los empleados más felices son también los más productivos, creativos e innovadores.
Midiendo la felicidad de nuestros empleados podremos conocer también cuál es nuestro potencial innovador.
Para hablarnos de todo ello contamos con José Antonio Gallego, uno de los primeros Chief Happiness Officer que hay en nuestro país, puesto que desempeña en la empresa tecnológica Sngular.
Al inicio de la charla, José Antonio comentaba que no estamos educados para buscar la felicidad en el trabajo. Ya desde la Biblia se nos dice que nos tenemos que ganar el pan con el sudor de nuestra frente.
Sin embargo, está demostrado que la motivación y el compromiso, elementos clave para que el trabajo salga bien, están ligados estrechamente con el estado de ánimo de las personas, de los trabajadores.
Además, si la gente que trabaja con nosotros está feliz nos resultará más fácil atraer talento, retener talento y, por supuesto, ser más productivos e innovadores. Cada vez más, en entornos altamente cualificados, en puestos tecnológicos o relacionados con la innovación, la retención del talento se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza. En sectores tan cambiantes como estos, de que los mejores quieran o no estar contigo puede depender el éxito de tu compañía. Si tu empresa quiere ser la mejor, lo de “si tú no quieres el trabajo, no importa, porque otro lo querrá” no funciona.
Pero, ¿qué podemos hacer para que nuestro equipo sea feliz? José Antonio compartió con los asistentes las 10 claves que el aplica en su día a día para fomentar la felicidad en el entorno laboral. Estos son algunos de ellos.
Los mandamientos de la felicidad laboral
La escucha continua: haciendo uso del People Analytics
El primer paso para conocer el grado de satisfacción de los empleados con la empresa es preguntarles. Es importante establecer canales simples para que cualquier trabajador pueda manifestar su descontento o realizar propuestas de mejora. Puede ser una pequeña aplicación en la intranet, un buzón de sugerencias, una encuesta periódica… Y también es muy importante cuando un empleado deja la empresa entrevistarle antes de su salida. En muchas ocasiones los resultados son sorprendentes.
Es importante establecer canales simples de comunicación para que cualquier trabajador pueda manifestar su descontento o realizar propuestas de mejora
Recabar este tipo de información es importante pero aún lo es más el tratamiento que se hace de ella. Las ideas, sugerencias, problemas, en definitiva los datos, que nuestros trabajadores nos aporten no pueden caer en saco roto. Si detectamos una situación o un foco de “infelicidad” y no hacemos nada al respecto, no haremos más que empeorar el clima laboral en nuestra empresa y extender entre nuestros trabajadores una sensación de desamparo.
Tolerancia al error
Si queremos tener una empresa y unos trabajadores innovadores y capaces de proponer ideas y nuevos proyectos, si queremos que nuestro equipo sea creativo y esté abierto a probar cosas nuevas y sea proactivo, debemos ser conscientes de que la innovación y el error son inseparables. La tolerancia al error, el cómo se gestione internamente dentro de la empresa, cuando algo vaya mal, es clave para la felicidad del equipo.
Flexibilidad
El debate sobre los horarios de trabajo de los españoles está en la calle. Todos conocemos las propuestas existentes para racionalizar nuestros horarios y equipararlos a los del resto de Europa. Está claro que la conciliación entre la vida personal y familiar y la laboral es un tema que incide directamente en la felicidad de los trabajadores. Encontrar un equilibrio y disponer de tiempo para nosotros mismos, descansar, practicar deporte, formarnos, divertirnos o estar con los nuestros es necesario si luego queremos rendir al máximo en el trabajo.
En este sentido, José Antonio Gallego, más que por una reducción o compactación de nuestra jornada laboral (para trabajar solo de mañanas o de tardes o en horario partido comer en menos tiempo y salir antes) aboga por la flexibilidad, por dar libertad al trabajador para que elija sus horarios que pueden ir variando en función de sus necesidades y de las exigencias de los proyectos en los que se encuentre inmerso. El tener un horario fijo es en realidad un anacronismo que se remonta a la revolución industrial y a las cadenas de montaje de las grandes fábricas en las que si no estaban todos los trabajadores a la vez en sus puestos no se podían encender las máquinas.
Está claro que un comercio o una empresa de servicios deben de tener un horario de apertura al público y este no puede ser aleatorio, pero en la mayoría de las empresas el tener que cumplir un horario estricto y fijo no está justificado.
Si quieres ver el resto de mandamientos para lograr un ambiente de trabajo óptimo, tenemos publicada la presentación de José Antonio Gallego en ATACAMA, nuestro Observatorio de Innovación.