Está claro que, en cualquier momento, podemos optar por hacer un cambio de carrera profesional, pero siembre va a resultar más complejo, más difícil, más costoso y con menos garantías de éxito conforme lo vamos retrasando en el tiempo.
La orientación de carrera, el enfoque de carrera profesional y no de empleo, sigue siendo una asignatura pendiente. Esto es así, en gran parte, porque no es precisamente una asignatura sino un servicio accesible a discreción del interesado en un momento de su vida en el que lo que menos ocupa su pensamiento es su futuro profesional.
No son pocos los asistentes a talleres de orientación para el empleo o de desarrollo de carrera los que me comentan que su conocimiento en estas materias tendía a cero, que han ido aprendiendo sobre la marcha, pero no han tenido una formación dentro del currículo con este enfoque de carrera profesional.
Es cierto que en ciclos formativos ahora se incluyen asignaturas como Formación y Orientación Laboral o Iniciativa Emprendedora. Sin duda son un gran avance, pero en este punto el “alumno” ya ha tomado decisiones importantes y, desde luego, los objetivos de aprendizaje no pasan por que se replantee si ha decidido correctamente.
A lo anterior sumamos que, a edades muy tempranas, tomamos decisiones que marcarán en gran medida nuestro devenir laboral.
¿Qué rama de estudio escoger?
¿Ciencias o letras? ¿Bachillerato o formación profesional? ¿Cómo escoger ciencias si no te gustan las matemáticas? ¿Seguro que no te gustaban o, realmente, lo que no te gustaba es como te las enseñaban?
Por supuesto, cuando hay una vocación clara y univoca hacia una actividad profesional concreta, como padres no podemos hacer otra cosa que aceptarla primero, y apoyarla después tratando de reforzar aquellos aspectos de la educación y la formación que ayuden a un desarrollo futuro con éxito. Pero no todos los niños y niñas manifiestan un interés claro hacia determinadas materias o profesiones y, además, es muy difícil tener vocación por algo que se desconoce. Así, un primer paso es ayudar a descubrir una amplia variedad de opciones profesionales sobre las que pueda aparecer ese interés más o menos temprano.
No todos los jóvenes manifiestan un interés claro hacia determinadas materias o profesiones y, además, es muy difícil tener vocación por algo que se desconoce
En cualquier caso, es importantísimo ayudar a tomar conciencia de la competitividad del mercado laboral y ser conscientes de que, alcanzar el éxito en algunas profesiones, supone asumir que deberemos ser excelentes y estar muy por encima de la media, no solo académicamente, sino también en cuanto a competencias profesionales valoradas por las empresas (idiomas, comunicación, negociación, entre otras).
Herramienta que ayuda a decidir qué estudiar
En este sentido, podemos echar mano de una herramienta interesante como QEDU Qué Estudiar y Dónde en la Universidad. Se trata de una herramienta del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para ayudar a los estudiantes a tomar decisiones sobre qué estudiar y dónde hacerlo.
Ofrece información sobre:
- Qué estudios se imparten tanto en universidades públicas como privadas.
- Cuál será nuestro rendimiento probable en una carrera concreta según nuestra nota media de bachillerato y compararnos con la media de estudiantes.
- El grado de inserción laboral y la calidad de esta en los 4 años siguientes a la finalización.
No me he podido resistir y he probado a revisar los grados de inserción de mi carrera: Licenciatura en Psicología y la universidad en la que la estudié, la Universidad de Valencia.
Mi sorpresa ver que está por debajo de la media del resto de facultades y por debajo de la media de titulaciones. Ahora lo comparo con mi otra gran pasión, la tecnología:
A igualdad de preferencias y, aunque los datos sean orientativos, parece bastante claro hacia dónde decidirse en términos de empleabilidad futura. Esta es una comparativa un tanto extrema, pero en mi caso podría haber sido real y, con la información en la mano y en igualdad de preferencias por mi parte, es muy probable que ahora no estuviera aquí sentado escribiendo este artículo.
Por otro lado, al desplegar el listado de universidades y comparar la diversidad de resultados de una a otra, observamos unas diferencias que, o tienen que ver con diferentes metodologías de recogida de los datos o es para que algunas universidades tomen nota y se replanteen cosas importantes.
Desde la Asociación os recordamos que los asociados tenéis disponible un servicio de asesoramiento personalizado en orientación para el empleo y desarrollo de carrera profesional. Está a vuestro alcance aquí.