José Luis Rubio, presidente de la European Society for Soil Conservation, premio Jaime I de Protección Ambiental y Premio de Honor de la Asociación, entre otras muchas cosas, acaba de presentar su libro Pasión por la tierra. Crónicas de naturaleza y territorio. El libro es la recopilación de 94 columnas de opinión científico-ambientales publicadas en el diario El Mundo por José Luis a lo largo de los últimos años.
¿Cómo surge la idea de publicar el libro? ¿Con qué objetivo?
Cuando escribes una columna para un periódico, tus textos son algo efímero. No perduran en el tiempo. Fueron mis hijas las que me animaron a que recopilase las columnas publicadas en un libro. Busqué apoyo y lo encontré en Santiago Grisolía y en la UNED quien ha editado el libro.
En mi actividad profesional como investigador me he dedicado fundamentalmente al estudio del suelo, de sus problemas y a buscar cómo solucionarlos. También he desarrollado labores de gestión científica, de asesoramiento y de divulgación. Para mí la divulgación es algo natural. Soy muy curioso y observador. Me fascina el entorno natural que nos rodea, descubrir el porqué ocurren las cosas que ocurren a nuestro alrededor. Y el objetivo primordial del libro es transmitir esa fascinación. También el contribuir a mejorar y a influir positivamente en la percepción social del entorno natural y su problemática.
Quizá al pensar en ecosistemas fascinantes todos pensamos en las selvas amazónicas o los grandes bosques tropicales, ¿pero y el mediterráneo?
El mediterráneo es el segundo ecosistema del planeta en cuánto biodiversidad, solo por detrás de las pluviselvas tropicales húmedas, como las del Amazonas o Indonesia. Pero al mismo tiempo es un ecosistema vulnerable y frágil. La ironía es que la biodiversidad del mediterráneo viene dada en gran medida por sus condiciones climáticas hostiles. Los tórridos veranos que sufrimos en esta zona se combinan con periodos de sequía anuales e interanuales y con inviernos, que en zonas más alejadas de la costa, pueden llegar a ser bastante fríos. Debido a este entorno hostil y limitante los seres vivos del mediterráneo han ideado toda una serie de evoluciones y adaptaciones fascinantes.
¿Qué temas podemos encontrar en Pasión por la tierra?
Los temas abordados son muy amplios y variados pero básicamente se refieren al funcionamiento del mundo natural que nos rodea y a su conexión con la sociedad y las personas.
Algunas de las columnas están dedicadas a dar a conocer aspectos aparentemente modestos y cotidianos de nuestro entorno natural que suelen ser poco conocidos. En este sentido se incluyen columnas sobre adelfas, bulbos, muérdagos, escaramujos, encinas e incluso cardos, todos ellos tesoros de un universo próximo y casi ignorado. Precisamente por esa cotidianidad algunas fascinantes peculiaridades de adaptación de la vida mediterránea a la supervivencia pasan desapercibidas.
En cada recoveco, en cada rincón, en cada plantita del mediterráneo hay un porqué, y eso es lo que quiero transmitir. Por ejemplo, la vegetación dunar es fascinante: cómo es posible en este entorno estéril como es la arena y con la influencia salina que se desarrolle una vida tan interesante.
Otras columnas se refieren a la divulgación de algún hecho, proceso o información, que pueda contribuir a descubrir lo atractivo, sorprendente, trascendente o especial de alguna circunstancia, proceso natural o vida y hazañas de algún ser vivo (incluyendo plantas, animales y microorganismos).
Los temas tratados son pues muy variados. Hay un capítulo dedicado al interesante tema de posibles conexiones entre mente y naturaleza. En este sentido se han incluido contribuciones sobre el darwinismo,( incluyendo columnas directamente dirigidas a la entrañable figura de Charles Darwin como persona y como científico) y la teoría de la evolución o al establecer paralelismos o metáforas entre el funcionamiento del mundo natural y algunas percepciones o conductas del ámbito mental del ser humano.
La escala de los temas es también muy amplia. Se abordan tanto aspectos de situaciones locales como temáticas de alcance global. Entre otros: biodiversidad, adaptación, supervivencia, peculiaridades y curiosidades, amenazas, ecología y economía, ciencia y naturaleza, problemas globales del tipo de inseguridad alimentaria, migraciones forzadas y conflictos y guerras ambientales, y también y por supuesto temas valencianos (Albufera, El Saler, Urbanismo, la Huerta, el futuro de valencia…)
En general, el conjunto de artículos ofrecen dos versiones de la naturaleza. La sensorial y estética que nos recrea y nos emociona y, por otra parte, la que busca entender y descifrar lo oculto. Es fascinante sentir y apreciar lo que ocurre en la naturaleza pero no lo es menos el saber porque ocurre y como nos afecta. Dos visiones, a cual más apasionante.
La obra también tiene algo de denuncia y crítica social, ¿a qué grandes retos nos enfrentamos a nivel medioambiental?
Efectivamente otras columnas son de opinión en sentido estricto y tratan temas controvertidos o que preocupan a la sociedad como los incendios forestales. Los incendios forestales constituyen una dramática amenaza para la estabilidad y productividad del territorio. Su problemática es muy amplia incluyendo sus consecuencias ambientales y socioeconómicas y las previsiones de agravamiento en un contexto de cambio climático. También hay denuncias, posiciones críticas e incluso indignación por situaciones de mala gestión, atropellos, indiferencia o simplemente ignorancia ante un entorno natural enormemente rico pero al mismo tiempo frágil y vulnerable.
Hay que insistir en que estamos en una encrucijada y que la humanidad lleva un rumbo equivocado en muchísimos aspectos.
A nivel personal y social tenemos que cambiar nuestra relación con el entorno, nuestra forma de consumir, el uso que damos a la energía, entre otras cosas.
Y estos cambios sociales tienen que llevar a cambios políticos y económicos que permitan abordar temas globales y de la dimensión del cambio climático o de inseguridad alimentaria, de conservación de la biodiversidad, la conservación de los recursos hídricos o la desertificación.
Es un error pensar que no podemos hacer nada. Las estadísticas indican que solo un 3% de la población mundial está cambiando sus pautas personales de conducta para luchar contra el cambio climático. Este es el mayor reto social, ambiental y económico del S.XXI y no estamos haciendo nada, como sociedad no estamos respondiendo.
Modestas contribuciones como la mía van en la línea de mentalizar sobre la necesidad de establecer una relación más inteligente con nuestro entorno.
Cree que la ciudadanía, en general, ¿es consciente de estos problemas? ¿Qué se podría hacer para despertar la conciencia medioambiental de la gente?
Claro que podemos hacer y mucho. Por ejemplo siendo más eficientes en el consumo energético (aislar nuestros hogares, hacer un uso racional del aire acondicionado o la calefacción, etc.). Y también en el consumo de agua, el uso de transporte público o bicicleta en lugar de vehículos privados, etc.
Debemos ser conscientes del poder que tenemos como consumidores. Tenemos la capacidad de elegir qué productos compramos y cuáles no. Consumir frutas y verduras de temporada o productos de proximidad ayudaría a limitar la cantidad de gases de efecto invernadero que hay en el ambiente y permitiría la conservación de ecosistemas y paisajes como el de la huerta valenciana. También podemos evitar comprar productos con mucho embalaje o ser cuidadosos con lo que vertemos en el fregadero de casa. El aceite que echamos al fregadero ocasiona grandes problemas en las plantas de tratamiento de aguas.. Es fundamental que comencemos a aplicar la regla de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar. La Consellería de Medioambiente debería hacer mucho más para facilitar el reciclaje y para concienciar. Pero si los políticos perciben que a la gente no le importa el medioambiente, no van a hacer nada. En las pasadas elecciones, ¿cuántos temas medioambientales se incluyeron en los debates?
Recientemente estuviste en la Feria del Libro presentando tu obra, ¿qué feedback te dio la gente? ¿a quienes animarías a leerla?
Es un libro dedicado, como las columnas originarias, al público en general. Sin perder el rigor, he intentado utilizar un lenguaje sencillo y divulgativo. Antes de mandar los textos al periódico se los leía a mis hijas, me gustaba ver su reacción para saber si tenía que aligerar el texto o hacerlo más ameno.
El ambiente en la feria del libro era muy animado. Me alegra ver como la cultura del libro permanece. Y aquellos que ya tienen el libro y lo están leyendo están reaccionando muy positivamente. De hecho, se está agotando y se va a reimprimir.
Yo, por mi parte, me siento feliz porque, aunque sea de forma modesta, ojalá este libro ayude a que el entorno que nos rodea, con sus peculiaridades y su belleza, se perciba con otros ojos.