Este diferencial comportamiento ha animado a muchos responsables políticos y planificadores a postular el agroalimentario como sector de futuro y puntal del nuevo modelo económico. Diversos planes estratégicos de alcance regional (Segovia, Castellón,…) y autonómico (Navarra, Murcia,…) contemplan el sector como palanca para el desarrollo y motor de la recuperación.
Diversos argumentos han colaborado y explican esta relativa ventaja del sector. Por un lado está la obvia dificultad para el consumidor de recortar gastos en la partida alimentaria. Por otro lado tenemos la conocida riqueza de nuestro entorno físico, que da origen a productos agrícolas y ganaderos de una evidente calidad intrínseca. Sin ánimo de exhaustividad basta pensar en ejemplos tan conocidos como el vino, la carne de porcino o el aceite de oliva, que encabezan los rankings de exportación.
La labor de comercialización de estos excelentes productos ha sido también eficaz, y a ella se ha añadido la inteligente transformación de parte de esta producción agropecuaria a manos de empresas especialmente visionarias. Cárnicas Serrano, Chocolates Valor o Angulas Aguinaga son sólo algunos ejemplos de empresas que mediante la adición de valor han configurado productos de atractivo reconocido en todo el mundo y triunfan por ello en sus mercados.
Pero para que el sector en su conjunto actúe de motor de la economía, para que se convierta en referente del nuevo modelo económico, no basta con esto. Es necesario que estos comportamientos se generalicen, que se conviertan en la norma en la gestión de un porcentaje mayor de empresas. No hay que olvidar, por ejemplo, que una parte importante del aceite de oliva español se vende a granel a comercializadoras italianas que lo envasan y venden con su marca en mercados dispuestos a pagar altos márgenes. Ejemplos como éste muestran que el sector tiene recorrido, que está desaprovechando parte de sus fortalezas. En la industria agroalimentaria existen amplios espacios de oportunidad para el crecimiento y la creación de empleo.
Aprovechar estas oportunidades depende de que nuestras empresas tengan la ambición y la capacidad suficiente para superar los retos a los que se enfrentan. Gran parte de estos retos se enmarcan en el ámbito de la comercialización, en la habilidad para diferenciarse y crear marcas con las que atacar los mercados globales.
La innovación es el otro gran escenario. Para llevar adelante estrategias de innovación y comercialización innovadora será necesario en muchos casos ganar en tamaño. Gran parte de la ventaja competitiva de una empresa como Importaco reside en su capacidad de incorporar y desarrollar un Sistema de Gestión de la Innovación; un sistema que incluye cinco laboratorios, una planta piloto, un Sistema de Vigilancia Tecnológica y un Sistema de Inteligencia Competitiva.
La innovación en el sector agroalimentario se manifiesta hoy en ámbitos como estos, por ejemplo:
- La transformación, adición y extracción de componentes en busca de un producto más saludable. Las opciones abarcan desde la reducción de sal, gluten, azúcar, etc. hasta la adición de componentes funcionales que mejoren las funciones del organismo al ingerir el producto (eliminación del colesterol, facilitación del tracto intestinal, etc.).
- La mejora de las cualidades organolépticas, en busca de nuevos y mejores sabores y texturas. Los bocaditos lanzados recientemente al mercado por Productos Alba, por ejemplo, no sólo se enmarcan en estos ámbitos sino que además inventan una nueva forma de consumo, ofreciendo al mercado un snack original y más saludable. El premio del mercado ha sido contundente.
- La mejora de las tecnologías de conservación, con avances que afectan a las películas y recubrimientos comestibles o con funciones de mera conservación, los aditivos conservantes, etc.
· La búsqueda de nuevas formas de llegar al consumidor, reinventando la distribución en algunos casos. Un buen ejemplo en este ámbito es la firma emprendedora YOCOMOBIEN.es que no sólo sirve a domicilio sino que ajusta los ingredientes a las saludables y deliciosas recetas facilitadas.
Los espacios para la innovación son diversos y prometedores. ¿Contamos con el talento suficiente para aprovecharlos? Nuestras universidades forman cada año a un importante número de jóvenes en amplias y útiles competencias. ¿Contamos con la suficiente iniciativa para movilizar y poner en valor esa reserva de talento? La respuesta a esta pregunta probablemente sea menos clara.
Y por último, la pregunta más relevante: ¿qué responsabilidad nos compete a cada uno de nosotros y qué papel debemos asumir en el aprovechamiento de esos espacios de oportunidad? ¿Estamos dispuestos a asumir esa responsabilidad?¿Estamos dispuestos a ser parte de la solución a nuestros problemas?
La Asociación de Antiguos Alumnos de la Universidad Politécnica convoca a una Mesa redonda en la que responsables de empresas como las citadas en este artículo mostrarán sus principios de actuación y tratarán de dar respuesta a las preguntas anteriores. El evento se propone como una invitación abierta a los jóvenes titulados que quieran asumir un rol en el futuro del sector, ya sea incorporándose a empresas innovadoras o quizás hasta aventurándose en nuevos proyectos que reinventen el futuro. ¿Te apuntas?
Entrada libre, más información en: bluered.es