¿Cuál fue tu primera experiencia internacional?
No sé si contará como tal, pero durante el Instituto, pasaba los veranos en Sunderland, al Norte de Inglaterra, haciendo intercambio de idiomas. Luego ya de una manera, digamos universitaria, gracias a los consejos de un Profesor de la UPV, realicé mi proyecto final de carrera en el CERN (European Centre for Nuclear Research), en Ginebra durante un año. Fue una experiencia muy enriquecedora, ya que en el CERN existe un ambiente multicultural y que me dio el empujoncito y el gusto de trabajar fuera.
Cuéntanos a qué te dedicas en París…
Trabajo en el Centro Técnico de Renault como Ingeniero electrónico residente en el mundo de la automoción, especializado en sistemas de software embedido. Estoy contratado como consultor externo expatriado por una empresa americana, con sede en Tarragona (LEAR Corporation). Doy asistencia técnica local a la fase de desarrollo así como a la de producción, siendo la interface principal ante el cliente. El proyecto en el que trabajo actualmente se centra en un sistema eléctrico inteligente (SmartJonctionsBox), modulo común que será instalado en diferentes modelos tanto de la marca Renault como de Nissan.
Antes de establecerte en Francia, estuviste tres años en Reino Unido y anteriormente en Suiza, ¿cómo se lleva una vida tan nómada? ¿Qué es lo más difícil? ¿Y lo que más te satisface?
Tengo que decir, que he tenido la suerte de haber podido elegir cada uno de esos cambios (destinos) hasta el momento… de todos modos es cierto que hay que ser un abierto para poder integrarte en las culturas y en los diferentes entornos.
Por supuesto que la parte más difícil es tener a mi familia, pareja y a mis amigos lejos. También podría decir que se pasan muchas horas en aeropuertos, haciendo mudanzas y montando muebles de IKEA.
Lo más gratificante es poder tener un trabajo que me gusta. Además trabajar fuera, está bien valorado tanto económica como profesionalmente, al menos en la situación actual. También tanto cambio me ha permitido ir conociendo muchísima gente.
¿Qué diferencias has encontrado a la hora de trabajar en los distintos países en los que lo has hecho? ¿Qué es lo que más te ha sorprendido?
Lo más diferente es la gente: las actitudes y los métodos de trabajo. Tanto en mis experiencias anteriores como en el proyecto en el que estoy actualmente me han permitido trabajar con compañeros de muy diversa nacionalidad. Y puedo afirmar con rotundidad que el estereotipo del español “paella, siesta y fiesta” dista mucho de la realidad. Estamos tan preparados como cualquiera tan solo tenemos que creérnoslo y quitarnos ese complejo.
¿Qué proyectos o planes de futuro te planteas actualmente?
Por ahora no me he planteado ningún cambio concreto, pero siempre estoy abierto a nuevos desafíos profesionales, sin ninguna barrera geográfica.
¿Te gustaría trabajar en España? ¿Qué condiciones tendrían que darse para que volvieras?
Por supuesto que volver a casa sería lo ideal, pero tendría que ser un trabajo que profesionalmente me atrajera y donde las expectativas salariales se cumplieran. Sinceramente, a corto plazo no me lo planteo puesto que me gustaría seguir desarrollando mi carrera en un entorno más internacional.
¿Qué recomendarías a los jóvenes que ante la compleja situación laboral que se vive en España se están planteando una “aventura” internacional?
Les diría que no se lo pensaran y que adelante. Tener la oportunidad de trabajar en aquello que nos gusta, es un privilegio. Aparte la experiencia internacional, en el mercado profesional de hoy en día, es algo imprescindible. Estar fuera te hace madurar como persona y enriquecer tu carrera profesional. Y tiempo de volver siempre habrá.