¿Cómo habéis conseguido continuar creciendo a pesar de la crisis?
Ana Darder. Crecemos gracias a la estrategia de internacionalización que iniciamos hace 10 años porque en España solo nos mantenemos. Otro de nuestros puntos fuertes es la calidad del servicio que ofrecemos. Tratamos de anticiparnos a las necesidades del mercado cuando, por ejemplo, se produce un cambio normativo y así estar preparados antes que la competencia.
Javier Megías. Las claves para nosotros son la diversificación y la internacionalización. Trabajamos en siete sectores muy distintos como el transporte, el espacio o las TIC. Éstos no se han visto afectados por la crisis de igual forma ni tienen los mismos ciclos de crisis. La innovación es otra de las claves. En GMV reinvertimos un 10% de la facturación anual en I+D. Además un 95% de nuestro personal son ingenieros superiores titulados y éste es un factor competitivo importante.
Miguel Juan. Coincido en la importancia de la innovación y la anticipación, pero a nosotros lo que nos está ayudando a sortear la crisis es la especialización. Nos hemos convertido en una empresa de nicho. Las empresas nos conocen por ser especialistas y por eso nos contratan. En la medida de lo posible, es importante elegir bien a tus clientes ya que esto determina como te ven en el mercado y puede aumentar tu capital relacional.
Alicia Mora. Nuestro sector se ha visto intensamente afectado por la crisis. Existe mucho paro. En Tomás Llavador nos estamos manteniendo gracias a la proyección internacional realizada desde hace unos años, a través de proyectos en Turquía, en Sudámerica, Emiratos. La internacionalización previa ha sido clave. También destinamos un porcentaje de nuestra facturación a la I+D+i. La innovación es lo que te diferencia de la competencia y en arquitectura e ingeniería actualmente es muy importante poder diferenciarse.
Fernando Pérez. Grupo ZED tiene presencia en 62 mercados. Desarrollar un videojuego supone una inversión de entre 5 y 10 millones por lo que trabajar para un mercado local es inviable. Y en el mundo de la animación cinematográfica, en el que también estamos inmersos, sucede lo mismo. Otro factor decisivo es la flexibilidad. En este último año todo lo que antes era producción de videojuegos de consola se ha tenido que reconvertir a juegos de redes sociales y dispositivos móviles. La flexibilidad en una empresa grande es complicada, se producen cambios drásticos en poco tiempo y hace falta una cultura empresarial fuerte para superarlos.
¿Qué limitaciones al crecimiento estáis encontrando?
Javier Megías. Por un lado, hay una caída muy fuerte de la demanda en el mercado europeo. Por otro, aunque desgraciadamente hay recién titulados y profesionales con mucha experiencia en paro, no encontramos profesionales cualificados con una experiencia de dos o tres años. Otra dificultad a la que nos enfrentamos es la gestión del trabajo distribuido. Tenemos presencia en países como Corea, Polonia o EE.UU. y aprovechar todas las sinergias es muy difícil.
Fernando Pérez. A nosotros nos sigue resultando muy difícil conseguir gente que esté dispuesta a moverse, sobre todo fuera de la Unión Europea.
Ana Darder. La cualificación del personal es un problema, cada vez es más precaria. Sobre todo, los recién titulados tienen muy poca formación en idiomas. Y esto es un hándicap para una empresa como la nuestra que ha optado por centralizar sus servicios en dos sedes (Valencia y México DF) desde las que se da servicio a todo el mundo. Además nosotros somos una empresa muy especializada y tenemos que formar al personal en nuestra tecnología y en nuestros estándares. Los costes de formación de los trabajadores llegan a ser un obstáculo al crecimiento. Por otro lado, como nos está costando mucho crecer en España, aquí sí que hemos optado por diversificarnos y abrir nuevos sectores como la hostelería, el financiero o el portuario y esto también resulta muy costoso.
Miguel Juan. Para nosotros también es difícil encontrar gente con la formación adecuada sobre todo en los perfiles de entrada. Estamos muy especializados y es difícil encontrar en las universidades profesionales con la formación que requerimos. Buscamos gente que tenga una buena base y una actitud adecuada. Nos resulta difícil encontrar candidatos con un cierto nivel de responsabilidad, ambición y autonomía, que es lo que necesitamos. Queremos gente que sea autodidacta, que sea capaz de funcionar por sí misma. Antes cuando te pedían algo en la empresa, decías que lo podías hacer aunque no supieras como y te buscabas la vida. A muchos jóvenes les falta esta iniciativa. Por otro lado las PYMEs están teniendo muchos problemas de financiación. No se pueden permitir crecer, las nóminas hay que pagarlas todos los meses y los clientes pagan cuando pagan.
Alicia Mora. Nuestro sector está muy atomizado y tenemos muchas PYMEs así que conocemos bien el problema de financiación que comenta Miguel Juan. También hemos detectado que los profesionales tienen muchas carencias en la profesionalización y en idiomas. En ocasiones se opta por contratar gente de distintas nacionalidades, hecho que enriquece nuestros proyectos.
¿Están bien formados los titulados universitarios?
Miguel Juan. Las tecnologías cambian cada día. Cuando la universidad sea capaz de formar a la gente en lo que yo preciso hoy, probablemente ya necesitaré otra cosa. El enfoque de que la universidad debe generar los titulados que la empresa necesita es irreal. Además, gracias a Internet, tener acceso a toda la información que necesitamos sobre cualquier tema no es el problema.
Javier Megías. El 90% de los trabajos que tendremos en unos años ni siquiera existen hoy. Necesitamos gente que sea capaz de empaparse de cosas nuevas con ciertas garantías, es decir, que tengan una buena base y sepan aprender. Y la gente de la UPV tiene bastante adaptabilidad.
Alicia Mora. Necesitamos gente ambiciosa, creativa, autodidacta. Que tengan actitud y capacidad para solucionar problemas.
Javier Megías. Debemos aceptar que las nuevas generaciones son distintas a nosotros y debemos adaptarnos. Por ejemplo, nosotros estamos acostumbrados a que nuestra jornada laboral tenga una hora de inicio y una de fin, tras la que nos dedicamos a nuestras familias y aficiones. Pero los jóvenes tienen un concepto mucho más plástico de la jornada laboral. Puede que entren a las redes sociales en horario de oficina pero luego a las diez de la noche te están enviando correos relacionados con el trabajo. Nuestro deber como managers es aprender a gestionarlos y entenderlos.
Ana Darder. Nosotros nos nutrimos principalmente de ingenieros en informática y de ingenieros en telecomunicaciones. La formación de los informáticos (bases de datos, programación, etc.) se adapta mejor a nuestras necesidades, pero estos suelen carecer de “saber estar”, imagen y tener una formación deficiente en idiomas. A los telecos tenemos que formarles en bases de datos pero suelen dar una imagen más profesional y estar más preparados en idiomas. Es fundamental que los universitarios estudien en el extranjero como mínimo un año. Además de conocer el idioma aprenden la cultura del país de acogida y esto es fundamental en el mundo de los negocios. Una vez inmerso en el mundo profesional es muy difícil aprender un idioma, puedes perfeccionarlo pero difícilmente aprenderlo de cero. La oratoria es también algo de lo que suelen adolecer los ingenieros. En las carreras debería ser obligatorio realizar algunos exámenes orales, presentar y exponer proyectos verbalmente y no sólo el de final de carrera que ya a veces ni se expone en público.
Miguel Juan. El problema de oratoria es común a todas las titulaciones, no es exclusivo de las ingenierías. El sistema educativo español no favorece el desarrollo de las habilidades comunicativas. Pero es un problema que se arrastra desde el colegio. Se encuentra gente en la empresa a la que no se le puede pedir que escriba un informe porque tienen faltas de ortografía y que es incapaz de plasmar sus ideas de forma lógica y coherente en un escrito. Y lo mismo si hay que ir a visitar o hacer una presentación a un cliente.
Fernando Pérez. En el sistema educativo inglés los niños dedican mucho tiempo a la oratoria, la expresión corporal, a hacer teatro, etc. En España uno puede llegar perfectamente a los 25 años sin haber tenido que exponer nunca nada ante más de 20 personas. Por otro lado, nosotros no contratamos a nadie que no sepa inglés y muchas veces descartamos a gente muy válida por este motivo. La formación en idiomas debería abordarse desde la primaria. Además cuando trabajas en proyectos internacionales además del idioma necesitas conocer la idiosincrasia y la cultura de tus interlocutores. Y eso solo se consigue saliendo fuera y conviviendo con gente de otras nacionalidades.
Alicia Mora. Otra carencia que hemos detectado son las habilidades humanas, por ejemplo en gestión de equipos. Un ingeniero de caminos, un agrónomo, un topógrafo… va a tener que gestionar personas, sean compañeros, clientes, proveedores, administración. Tienen que aprender a transmitir y trabajar en equipo.
Ana Darder. Desde la Universidad se debería fomentar más el trabajo en equipo. Por ejemplo, además de tener que hacer un Proyecto Final de Carrera individual se podría exigir un proyecto colectivo. Saber trabajar en equipo implica muchas cosas, como por ejemplo, saber documentar tu trabajo para que cualquier miembro del equipo sea capaz de hacer uso de la información generada por cualquiera del equipo.
Miguel Juan. No se debe solo obligar a los alumnos a trabajar en equipo. Hay que enseñarles, darles unas pautas. Y el tema de las habilidades personales es muy importante. Yo creo que se resumen en una sola: saber vender. Hay gente que tiene una habilidad innata para ello, pero también se puede enseñar a hacer una escucha activa, a comprender distintos puntos de vista, a construir relaciones de confianza a largo plazo, etc. Saber vender no es salirse con la tuya sino encontrar la fórmula de que ambas partes ganen. Si yo fuese comercial, en mi tarjeta pondría vendedor porque creo que es un trabajo fundamental y muy digno.
¿Qué importancia otorgáis a las prácticas en empresa?
Javier Megías. Las empresas necesitan gente con una mínima experiencia. El tópico de que no tengo empleo porque no tengo experiencia y no tengo experiencia porque no tengo empleo es cierto. Y aquí las prácticas juegan un papel muy importante.
Alicia Mora. Muchos recién titulados no conocen el funcionamiento de una empresa. Convendría que los becarios pudieran aprender sobre todos los aspectos de una empresa en sus estancias (contabilidad, marketing, etc.) y que hubiese más profesorado relacionado con el mundo empresarial, para trasmitir al alumnado la visión real de lo que se encontraran cuando abandonen las aulas.
Javier Megías. Además ahora con Bolonia se han potenciado mucho los másters puramente académicos. Creo que es un error. Hay muchos profesores que están enseñando ahora lo mismo que les enseñaron a ellos cuando estaban en la Universidad.
Miguel Juan. En la universidad española no se facilita a los empresarios que puedan compatibilizar su trabajo con la docencia. Para ello se creó la figura del profesor asociado, pero actualmente esas plazas las ocupan muchas veces doctorandos que van dando clases mientras terminan la tesis y esperan su plaza definitiva. Y a los pocos empresarios que dan clases les dan los peores horarios o les asignan asignaturas en las que no pueden transmitir a los alumnos todo lo que podrían.
¿Qué consejos daríais a los titulados que están actualmente buscando trabajo?
Miguel Juan. Tener un buen expediente es importante pero no es suficiente. Tienen que buscar aquello que les diferencie de los demás. Que pongan en su currículo, por ejemplo, si han hecho teatro o si son especialistas en cine japonés.
Javier Megías. Casi todos los currículos que recibimos son iguales. La cualificación técnica es cada vez menos determinante. Nosotros estamos empezando a fijarnos mucho en las redes sociales. Por ejemplo, si el candidato tiene un blog puedes ver cómo escribe, que inquietudes tiene. También valoramos mucho que junto al currículo se incluya una carta de presentación.
Ana Darder. Yo cuando busqué mi primer trabajo me documenté y me compré un librito que explicaba cómo redactar un currículum. Ahora, que es mucho más fácil porque está todo en Internet, te encuentras que mucha gente utiliza para su currículo una plantilla estándar y que no se esfuerza nada en diferenciarse del resto de candidatos.
Javier Megías. Creo que esta situación es producto de la sensación que tienen los jóvenes de desesperanza, de que hagan lo que hagan no van a encontrar trabajo.
Fernando Pérez. Muchos jóvenes se están dando cuenta ahora de que ante la situación del mercado laboral nacional lo mejor es irse al extranjero. Y esto es positivo.
Alicia Mora. Deberían existir más políticas de ayuda a la realización de prácticas en el extranjero y al aprendizaje de idiomas. Actualmente no existen fronteras y las distancias son más cortas, los jóvenes deberían aprovechar esta situación para mejorar su currículo.
Ana Darder. Cuando nosotros éramos jóvenes no nos planteábamos el salir a trabajar al extranjero. Los jóvenes de hoy en día sí que lo hacen pero motivados por la crisis. En España se debería incentivar la creatividad, la innovación y la creación de empresas para que la materia gris que generamos y que nos cuesta tanto dinero a todos no se vea en la obligación de emigrar.
Miguel Juan. Lo ideal sería que se buscase trabajo en el extranjero por mejorar profesionalmente, por conocer otras culturas y formas de trabajar y no por necesidad.
Fernando Pérez. Creo que no debemos pensar en la emigración como en un proceso irreversible. La gente que se está yendo ahora probablemente volverá cuando las cosas estén mejor y volverán siendo mejores profesionales.