La innovación disruptiva, tal y como señaló nuestro ponente Isra García en la ya decimoctava sesión de Innova&acción, significa transformar mercados existentes o construir nuevos creando simpleza, asequibilidad, accesibilidad y comodidad.
Innovación disruptiva es apostar por productos, servicios, empresas, sistemas y métodos que alteren positivamente el funcionamiento de las cosas y aporten un nuevo valor y una nueva utilidad. Pero acerquémonos al origen del término para entenderlo mejor.
Este concepto es relativamente nuevo; fue introducido por Clayton Christensen, profesor en Harvard Business School, en 1997 en el libro The innovators dilema.
Según este autor, la innovación disruptiva describe el proceso a través del cual un producto o servicio simple entra en el extremo inferior del mercado y luego escala gradual y constantemente, llegando a ocupar el mercado y desplazando a los competidores establecidos.
¿Cómo puede llegar a ocurrir eso?
En muchas ocasiones, las empresas líderes del mercado optan por evolucionar su negocio a través de la mejora gradual de lo que ya tienen para aumentar los beneficios, pero sin preocuparse demasiado de hacer grandes cambios que supongan romper radicalmente con sus procesos o crear nuevos productos. Además, tampoco suelen fijarse en los nuevos productos o servicios de otras compañías porque, en principio, no suponen para ellas una amenaza.
Et voilà, es aquí donde, las empresas que llegan nuevas, pueden ganar terreno.
La innovación disruptiva se ha consumado cuando se ha producido un cambio brusco que rompe con el modelo anterior y las empresas, antes líderes, pierden esa posición de liderazgo frente a otras que ofrecen un servicio totalmente nuevo o más barato aunque sea de peor calidad y que, con el tiempo, van mejorando y evolucionando
Aunque, estas últimas compiten casi siempre en inferioridad de condiciones; al mismo tiempo ofrecen un servicio totalmente nuevo o más barato si bien de peor calidad y que con el tiempo van mejorando y evolucionando. Paulatinamente, van captando un mayor número de seguidores hasta que al final, se produce el cambio: se convierten en líderes del mercado. Es en ese momento cuando se consuma la innovación disruptiva. Se ha producido un cambio brusco que rompe con el modelo anterior y las empresas antes líderes pierden esa posición de liderazgo.
La moraleja está clara. Pensar que los cambios externos o la aparición de nuevos modelos no van a tener repercusión en nuestro negocio es, simplemente, un “suicidio empresarial”, que puede llevarnos a tener los días contados. Como Isra manifestó: “¿Qué pasa si sigues haciendo lo mismo que hasta ahora? Pues que obtienes los mismos resultados, además de que es posible que estos, con el paso del tiempo, vayan disminuyendo.
Hoy solo hay una cosa clara y es que lo más arriesgado es pensar que estamos seguros, a salvo en nuestra área de confort, sin creer que “la tormenta nos acecha a absolutamente todos”.
Cuando pensamos en marcas disruptivas, a todos nos viene a la mente Apple, claro está. Aunque hay otras muchas, como señala la lista de las 50 empresas más disruptoras que publica CNBC, canal sobre noticias de economía en los Estados Unidos perteneciente y operado por NBCUniversal. En 2015 en el top five encontramos a: Moderna Therapeutics, SpaceX, Bloom Energy, Uber y Airbnb.
Nuestro decimoctavo desayuno de trabajo
La jornada dio mucho que hablar ya que la participación del grupo consolidado de empresas y profesionales que apuestan cada mes por Innova&acción, es especialmente activa, lo que crea un espacio de debate e interacción que enriquece el contenido, además de aterrizarlo a experiencias reales vividas en sus entornos profesionales.
Estas fueron algunas de las reflexiones que se plantearon:
- Entre otras muchas preguntas, como empresa es necesario preguntarse:
- ¿Qué acciones podrían llevar a cabo nuestra competencia que nos llevara a no dormir por las noches?
- ¿Qué nueva legislación podría destrozar potencialmente nuestro negocio?
- ¿En qué nuevas habilidades, conocimientos, destrezas o talentos podría educar a mis equipos / empleados?
- Muchos datos y poca acción. ¿De qué nos sirve el big data, tener muchos datos, hacer muchos informes o análisis si luego no los utilizamos para pasar a la acción? Hay que actuar. No importa quién tiene una idea primero, importa quien la implementa primero.
- La intersección de disciplinas es una clave para que la innovación disruptiva fluya en las empresas. También la facilita, tener un proceso de trabajo definido para fomentar pequeños cambios, ver como los implementamos, lanzarlos y medir el resultado. Si falla en algún punto, corregir o rectificar y continuar con ello.
- Las empresas debemos plantearnos qué es lo que gana nuestra empresa ahora, no solo en términos económicos, ¿Cuáles son las ventajas competitivas, los factores de éxito? ¿En qué sobresalimos? ¿Qué pasa si empezamos hacer cambios, si nos abrimos a lo inesperado, a probar con productos nuevos, con nuevos enfoques?
- La innovación disruptiva no es una técnica, es una mentalidad. Para progresar lo que cuenta es nuestro instinto, rebeldía, irreverencia, insubordinación, “los nuevos enfoques”, experimentar con cosas nuevas y ver qué sucede. Quizá no funcione hoy, pero sí mañana o pasado.
- La innovación disruptiva huye de los expertos, pero resuena con los principiantes. Intento con propósito es la clave.
- Hay que plantearse la innovación disruptiva como “habilitar lo imposible”. ¿Y si… apostamos por lo que podría no funcionar?
En el Observatorio Atacama, ya tenéis acceso a la presentación de la sesión, así como a la entrevista en exclusiva que le realizamos a Isra García tras el desayuno de trabajo.