España es una potencia cultural a nivel mundial. Con una aportación del sector cultural al PIB superior al 3%, su peso en la economía es relevante si bien suele ser un dato desconocido para la mayoría de la sociedad.
En el actual contexto incierto, las ideas, la cultura, la creatividad, y la innovación se convierten en factores clave de diferenciación, competitividad e, incluso, de supervivencia. De hecho, ahora más que nunca necesitamos de la denominada economía creativa. Esto es, aquella que involucra la generación de ideas y el conocimiento.
Este concepto, que claramente está presente en la industria creativa y cultural, se extiende cada vez más a todos los sectores que son conscientes de que las ideas generan las principales aportaciones y los principales resultados. De ahí que son muchos los aprendizajes que el sector cultural y creativo puede aportar al resto de la economía e, igualmente, muchos los aprendizajes que pueden ser compartidos para convertir la generación de ideas en un generador de innovación y rentabilidad también en el sector creativo y cultural.