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El crecimiento exponencial del comercio electrónico o e-commerce es algo innegable. Y, su rápida evolución, al calor de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial, la realidad aumentada o el machine learning, es imparable.

Una de las tendencias, dentro del comercio electrónico, que más auge está teniendo y que más volumen de negocio puede mover en un futuro cercano, es lo que ha tendido en llamarse “a-commerce” o “comercio automatizado”.

El a-commerce es una evolución del e-commerce cuya principal característica es que permite a los compradores programar sus compras recurrentes y adquirir así los productos que consume de forma habitual sin tener que volver a realizar el proceso de compra.

Incluso haciendo uso de las tecnologías en desarrollo se puede llegar a predecir/saber cuándo nos va a faltar un producto y que una máquina haga el pedido por nosotros, todo ello basándose claro en nuestros hábitos de consumo y el big data. De esta forma los consumidores, podrían ahorrarse tiempo y también quebraderos de cabeza. Su principal objetivo es ofrecer a los consumidores un sistema a través del que puedan hacer sus compras sin pensar.

En 2018 Trend Watching ya advertían de que el a-commerce iba a ser una de las grandes tendencias a seguir en el mundo del comercio y las ventas en los próximos años.

Sin embargo, para que una tienda o plataforma triunfe con un modelo de a-commerce tiene que trabajarse muy a fondo la confianza de sus clientes. Empresas como Netflix o Spotify con sus suscripciones mensuales y sus membresías automatizadas han ido abriendo camino. También es cada vez más frecuente que demos los datos de nuestra tarjeta o cuenta bancaria para agilizar las compras (compra en un click de Amazon) o para pedir un vehículo. Todos estos modelos de negocio van cambiando poco a poco la percepción de la sociedad con respecto a los pagos automatizados y facilitan la futura implantación de sistemas de a-commerce.

Primeros experimentos con el a-commerce: el fracasado dash button de Amazon

Amazon Dash Button era un dispositivo con conectividad wifi que iba emparejado con un producto y te permitía solicitarlo cuando quisieras con el simple gesto de apretar el botón. De esta forma, te olvidabas de reponer determinados bienes de consumo rutinario. Entre las posibilidades de compra a través de este sistema estaban marcas de papel higiénico, café, detergente, agua…

En este vídeo puedes ver más claramente como funcionaba (Amazon lo retiró definitivamente en agosto de 2019 por su escaso uso).

A pesar del fracaso, hay que tener en cuenta que los dash buttons fueron creados en 2015 y aunque pueda parecer poco tiempo, en estos cuatro años la tecnología ha evolucionado enormemente y hoy en día se pueden ofrecer fórmulas más sofisticadas y prácticas a la hora de automatizar las compras.

Otros ejemplos de a-commerce

Hp y su sistema Instant Ink. Gracias al Internet de las Cosas, algunas de las impresoras de la marca HP son capaces de controlar los niveles de tinta que consumen y de pedir nuevos cartuchos antes de que se agoten.

Del mismo modo, en un futuro cada vez más cercano, nuestro frigorífico será capaz de detectar cuando nos falta leche o cualquier otro producto y comprarla por nosotros. De hecho, este tipo de electrodomésticos o de mobiliario inteligente podría llegar a mejorar nuestra dieta, comprando más saludable o a reducir nuestro gasto en la cesta de la compra puesto que las cantidades compradas serían más exactas evitando desperdicios sobrantes y se evitarían las compras por impulso.

Otro ejemplo, menos sofisticado, de a-commerce son las ventas por suscripción. Por ejemplo, la empresa Blacksocks ofrece la posibilidad a sus clientes de olvidarse de por vida de comprar calcetines. Para ello solo tienes que suscribirte y elegir la periodicidad y la cantidad de calcetines que quieres recibir en cada pedido. Otras empresas tienen planes similares con productos como cuchillas de afeitar o agua embotellada.

Y si ponemos el foco en las tiendas físicas, también encontramos algunos ejemplos de comercio automatizado, como las tiendas Amazon Go que te permiten hacer tu compra sin pasar por caja.

Ventajas para los comercios del a-commerce

La ventaja para los consumidores parece clara, pero ¿por qué debería invertir una tienda online o un Marketplace en el a-commerce? Aquí resumimos algunas de las principales ventajas que puede tener la automatización de las ventas para comercios electrónicos de todo el mundo, ya sean grandes o pequeños.

Ingresos recurrentes. La automatización de los pedidos hace que nuestros ingresos aumenten simplemente porque éstos se vuelven recurrentes.

Fidelización de clientes. Además facilitar al consumidor la compra de aquellos productos de consumo habitual hará que confíen en nuestra tienda o plataforma y/o que accedan a ella con lo que es más probable que terminen haciendo el resto de sus compras con nosotros.

Mayor conocimiento de nuestra clientela. Todo aquello que implique la adquisición de datos sobre nuestros clientes y sus patrones de consumo redundará en un mayor conocimiento sobre los mismos. Información que podremos utilizar con fines comerciales y de marketing.

Una mejor gestión del stock y, por tanto, un ahorro de costes. Poder predecir con mayor exactitud el volumen de pedidos que vamos a tener de un producto a lo largo de la semana, mes o año, nos puede ayudar a optimizar nuestro stock y a controlar nuestros gastos.

Branding: el ser pionero y estar a la vanguardia tecnológica son cualidades apreciadas por los consumidores en una marca, por lo que nuestra imagen de marca se verá beneficiada.

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