No es nuevo, el concepto de metaverso venimos escuchándolo ya años y si desgranamos la palabra tenemos que ‘meta’ proviene del griego y significa ‘después’ o ‘más allá’ y ‘verso’ hace referencia a ‘universo’, es, por tanto, un universo más allá de lo que conocemos. En otras palabras, es un espacio virtual colectivo compartido, creado por la convergencia de la realidad física y digital donde los humanos interactúan social y económicamente como avatares.
Pero ¿de dónde viene el concepto? Nada tiene que ver con el cambio de nombre que Mark Zuckerberg proponía para Facebook. El término fue introducido por primera vez hace décadas en el libro Snow Crash, una historia de ciencia ficción escrita por Neal Stephenson.
Para entender como hemos llegado hasta el metaverso, nos remontamos a los orígenes de internet. La web 1.0 se basó en el hipertexto y la web 2.0 en la interacción a través de las redes sociales. Por fin, con la web 3.0 llegamos a la creación e intercambio de activos digitales como los NFTs utilizando la tecnología blockchain.
La cadena de bloques es la base para que el metaverso sea descentralizado y los usuarios puedan ser los dueños de sus datos y contenido, poseer y comercializar tokens no fungibles, por ejemplo.
¿Cómo entrar al metaverso?
Hasta la fecha el metaverso es un proyecto y no existe una única versión de este, lo que quiere decir que diferentes marcas están diseñando su propia versión. En algunos casos el metaverso será accesible a través del navegador de tu ordenador o móvil, en otros será necesaria una aplicación en tu móvil o Tablet.
En estos casos no se trata de un entorno virtual puro, pero sí que permite tener presencia en lo digital. La apariencia y el modo de interacción es el mismo que en un videojuego, pero los objetivos dejan de ser misiones imposibles. El objetivo de la marca a través de estos espacios es conectar y jugar con sus clientes ofreciendo contenido de valor. Una de las plataformas que permite esta nueva forma de relación es Roblox, donde marcas como Gucci tienen presencia.
Más allá de estas experiencias, se plantean otras mucho más inmersivas al Metaverso 3D a través de la realidad virtual y el uso de gafas y otros dispositivos. Destacan las tecnologías impulsadas por Oculus, Microsoft con sus gafas HoloLens, los sistemas Vive de HTC y los cascos VR de PlayStation.
¿Qué puedo hacer en el metaverso?
El metaverso se encuentra en sus primeras fases, por lo que todavía muchas de las aplicaciones que se prevén no están disponibles. Lo que sí parece evidente, es que el metaverso va a ser el sucesor de internet y va a potenciar las experiencias que hoy disfrutamos que van desde asistir a conciertos virtuales, viajar, hacer compras, hacer transacciones, ir al cine, probarse ropa o cambiar la forma de trabajar.
- Conciertos: el metaverso plantea que asistir a un concierto y tener la sensación de estar compartiendo el momento con el artista y el público allí presente sea posible desde el salón de casa. Esta posibilidad deja entrever los cambios que puede haber en la industria del entretenimiento con nuevas opciones más allá de la presencialidad. En 2019 el rapero Travis Scott protagonizó un concierto en Fortnite y reunió a cerca de 100,000 usuarios.
- Trabajo: Zuckerberg, al hablar del metaverso, propone crear el Infinite Office, un espacio de trabajo en el que las personas se puedan reunir en espacios virtuales como si estuvieran reunidas presencialmente. Plantea incorporar en esta nueva realidad las herramientas necesarias para mantener reuniones, trabajar, hacer presentaciones, entre otras cosas.
- Comprar: el avatar de cada usuario podrá probarse la ropa de forma virtual, interactuar con el vendedor de la misma forma que se hace en una tienda real e incluso preguntar por artículos u opinión.
En el inminente metaverso las transacciones se realizarán principalmente a través de criptomonedas, que también se pueden utilizar en tiendas online, o para comprar billetes de avión, tarjetas de regalo e incluso videojuegos.
Como decíamos, en la actualidad el metaverso está en evolución, pero ya hay ciertas opciones que se aproximan a la virtualidad y son prototipos de lo que será el metaverso el día de mañana, vinculado a la realidad virtual y constituyendo un mundo paralelo.