Las organizaciones que apuestan por el PID conseguirán la fertilización cruzada entre negocio, diseño e innovación, al tiempo que obtienen la resolución de un reto empresarial real con talento externo, un/a experto/a en diseño, minuciosamente seleccionado para cada desafío que aporta una nueva visión, limpia, perfecta para la innovación.
Además, descubrirá herramientas y metodologías a aplicar a sus retos organizacionales y toma consciente de decisiones, experimentando de primera mano un proceso de innovación abierta diferente, alcanzando así un impacto positivo en su innovación, y en su cuenta de resultados. Será también un espacio propicio para la expansión de las redes profesionales y de los satélites del ecosistema organizacional.
Otros de los beneficios del PID son la utilización de los proyectos como forma de trabajo, la inclusión del cliente en los procesos de mejora e innovación, y el enriquecimiento del know-how empresarial con la aplicación de la innovación a través del diseño en el día a día.