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La palabra emprendimiento está de moda y, como dice alguien tan inteligente y reputado como José Antonio Marina, eso es un problema. Porque cuando una palabra se pone de moda, es cierto que responde a un problema real, pero acaba convirtiéndose en una especie de mantra que repetimos constantemente y, al final, se devalúa.

EOI-Iniciativa-Emprendedora-Aula

En general, la palabra emprender se utiliza en relación con las actividades económicas pero todos somos emprendedores o, al menos, debemos serlo. Se trata de tener una actitud activa ante la realidad, de contar con el ánimo para enfrentarse a situaciones y para elaborar proyectos para salir de aquellas que no nos gusten.

Entendida de este modo la palabra emprender es contraria a la palabra depender. Y deberíamos preguntarnos, ¿cómo de emprendedores somos en España?

Analizando su significado, se entiende cómo el carácter emprendedor no debe darse sólo en aquellos que quieren montar una empresa o desarrollar su propio negocio, sino en todo tipo de profesional. Se entiende también porque las empresas buscan, cada vez más, entre las capacidades de aquellos a quienes incorporar a sus equipos, la capacidad de emprender. Lo que están buscando son personas proactivas, independientes pero bien enfocadas a los objetivos que se persiguen y que piensan en la mejor manera de mejorar la empresa.

De hecho, si se analiza lo que algunos responsables de recursos humanos dicen de los también denominados “intraemprendedores”, término que se utiliza para fomentar esta capacidad en los profesionales vinculados a empresas, del que se recogen calificativos como curiosos, con ideas, motor de la compañía, capaces de gestionar proyectos y equipos, constantes… ¿Qué empresa excelente no quiere un equipo con estas características?

Por este motivo, programas como el de Iniciativa Emprendedora organizados por la EOI con el apoyo de Blue Red, cofinanciados por el Fondo Social Europeo y el Ministerio de Industria, Energía y Turismo son esenciales para desarrollar este tipo de planteamientos de cara, tanto a generar un nuevo tejido empresarial, como a desarrollar este tipo de capacidades para hacer crecer más y mejor a las empresas ya existentes.

25 jóvenes con distintas titulaciones, intereses, puntos de vista e ideas desarrollando en pocas semanas un conjunto de conocimientos y habilidades que les permita ser un poco más emprendedores.

Ahora bien, no todas las empresas están preparadas para este tipo de profesionales que, en muchas ocasiones tienen que abandonar organizaciones que no saben como encajar todo el valor que pueden aportar y que, en muchos casos, pueden suponer la diferencia entre el presente y el futuro de la empresa.

Las que si lo hacen:

  • Diseñan procesos para detectarlos y poder apoyarlos.
  • Establecen un tipo de cultura y procesos para incorporar su valor.
  • Reconocen otros tipos de tareas o trabajos, no sólo recompensándolo económicamente (lo cual en muchos casos no es necesario), sino ofreciéndoles tiempo que es una de las mayores recompensas
  • No castigan el error, aprenden de él.

Porque, tal y como señalábamos al principio, en palabras de José Antonio Marina, necesitamos emprender y desarrollar talento emprendedor. Por ello, nos permitimos cerrar el artículo con esta magnífica ponencia en vídeo de este filósofo, escritor y pedagogo.

 

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