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Dedicar el 70-80% de tu trabajo al "día a día" engulle tu posibilidad de innovar

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En el último encuentro de Innova&acción tuvimos el placer de contar con la presencia de Paco Bree, profesor, divulgador, investigador, director académico de programas de innovación en Deusto Business School e, incluso, artista. Un auténtico hombre del nuevo renacimiento que, como muy bien indicó estamos viviendo.

A lo largo de su sesión, Paco Bree compartió con nosotros cómo debe ser una empresa para que podamos considerarla innovadora, y qué cualidades y aspectos debe tener en cuenta su equipo.

“Las empresas más innovadoras crecerán hasta tres veces más rápido en los próximos cinco años”, explicó Bree. Sin embargo, una cosa es decir que la organización es innovadora y otra cosa es serlo de verdad. Para ello, deben trabajarse cinco ventanas, son Visión y Estrategia, Liderazgo, Procesos, Cultura y Entorno del trabajo.

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Debe haber una visión y estrategia con una dirección clara, inspiradora y retadora, que sea comprendida por todos, orientada externamente y conectada a ecosistemas, mirando al futuro y a la sostenibilidad. Un liderazgo que cree un sentido de urgencia, con un compromiso continuo, que no juzgue y acepte el fracaso, empático e innovador, que lidera con el ejemplo y que incorpora el intra-emprendimiento.

Los procesos deben estar alineados para dar soporte a la innovación, con guías no fijas, diferentes posibilidades, interactivos, que consideren todo el porfolio y que integren el capital humano como elemento crítico y diferencial.

La cultura de la empresa debe tener una atmósfera de respeto mutuo, de colaboración y experimentación, retando el status quo, orientada al cliente, con diversidad y diseño consciente.

Y por último, un entorno de trabajo que facilite la colaboración, con variedad de espacios, fomentando comportamientos deseados y diseñada para atraer y retener el talento.

Pero todo eso, evidentemente, no es sencillo. “No es nada fácil” apunta Paco Bree, “hay expertos dedicados única y exclusivamente a uno de estos aspectos, con lo que trabajarlos todos, integrarlos bien y sacarle el máximo rendimiento no va a ser posible para todas las organizaciones. ¿Su recomendación? “El primer paso es tener sensación de cómo deben ser las cosas, identificar cuáles están ya en la empresa y cuáles no”.

15-innovayaccion-empresa-innovadora-ValenciaTras nuestro habitual tiempo para reponer fuerzas, intercambiar ideas y hacer networking, retomamos la sesión. Bree nos explicó que, las empresas deben trabajar la ambidestreza organizacional, basada en dos ciclos, el ciclo operacional y el ciclo innovador. El ciclo operacional está definido por los productos y servicios que a día de hoy dan de comer a la empresa, para conseguirlos necesitamos métodos de lanzamiento de productos, unas rutinas, procedimientos, reglas, soluciones conocidas… Pero hay otro ciclo, el innovador. Según Bree, “este ciclo define lo que vamos a vender mañana o en tres años. En este ciclo hay que especular, desarrollar soluciones, ganar compromiso, experimentar y hacer revisiones constructivas”.

“Y en España, ¿están compensados estos ciclos? ¿Qué proporción hay? Algunos estudios indican que las empresas se sitúan entre un 70-80% en el ciclo operacional y en un 30-20% en el innovador, pero ¿es esto así?. Los datos demuestran que si el ciclo operacional pasa de un 70-80% de la actividad de la empresa se produce un efecto de no retorno, que engulle al ciclo innovador”.

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Hay personas que trabajan estar en un ciclo y otras, en otro. Los que prefieren estar en el ciclo operacional son adaptadores y los otros son los considerados innovadores. Los que están en medio son personas puente y son necesarias para que se comuniquen bien. ”

Uno de los grandes retos de estos años es cómo conseguir que el ciclo operacional no engulla al innovador, cómo levantar la ambidestreza organizacional y el problema es que muchas organizaciones no saben cómo hacerlo”, apunta Paco Bree.

Eso evidentemente no se aprende de la noche a la mañana. “Intentamos conseguirlo lanzando proyectos del día a día y a su vez, implantando un ADN de mejora continua”.

Citando a Michael Porter, hay que competir, competir, competir. Para ello, debemos coger todas las piezas que componen nuestra empresa y colocarlas juntas, ver dónde y cómo se conectan aunque a priori no tengan conexión” y obtener nuevas ideas que puedan convertirse en auténtica innovación.

Tras estas reflexiones, nos pusimos manos a la obra con una dinámica. Tras la consecución del reto y los distintos resultados obtenidos por cada grupo, vinieron las reflexiones.

Nuestro ponente planteó lo interesante que era no sólo el resultado obtenido, sino el proceso para su consecución. Así, escuchar a los participantes durante el desarrollo del ejercicio,  decir cosas como “dejémoslo así, ya está bien, no arriesguemos más”, permite obtener conclusiones en torno al ecosistema de los equipos que requiere de dos elementos: la creatividad y la asunción de riesgos. Tomando estos dos factores como ejes,  podemos clasificar a las personas en soñadores, innovadores, retadores, planificadores, reforzadores, sintetizadores…

Lo esencial es que los equipos sean diversos y bien equilibrados. En especial, que las organizaciones cuenten con la adecuada proporción de adaptadores e innovadores. ¿Cómo son los adaptadores? Hacen las cosas mejor, trabajan en los marcos existentes, tienen pocas soluciones pero más aceptables, prefieren situaciones estables y son esenciales para el funcionamiento habitual de la empresa. Una compañía sin ellos no puede sobrevivir porque son esenciales para funciones de mantenimiento. ¿Cómo son los innovadores? Tienden a hacer las cosas de forma diferente, suelen moverse por retos, reenfocando, ofrecen muchas soluciones, establecen situaciones distintas y son esenciales en tiempos de cambio. Entre ellos, los adaptadores tienen baja opinión de los innovadores y los innovadores ven a los adaptadores como aburridos.

Éstas y muchas otras cuestiones relativas a las cinco ventanas necesarias para que una organización sea innovadora fueron exploradas y compartidas por los asistentes a la sesión y podéis encontrarlas con más detalle en Atacama, nuestro Observatorio de Innovación. El próximo encuentro exploraremos las claves para anticiparnos al futuro y poder tomar decisiones con James Woudhuysen. Os esperamos.

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