Hay personas que se sienten “cómodas” en su puesto de trabajo y no se plantean cambiar de empresa nunca. Sin embargo, es cierto que cada vez hay más movilidad laboral. Los motivos para dar el salto al cambio pueden ser infinitos: que existe mucha competitividad y nos vemos amenazados, que hay cada vez más oportunidades de crecer y tenemos sueños más grandes que la empresa en la que estamos, que nos aburre lo que hacemos, cambio de residencia o bien simplemente por desafiar nuestras habilidades y conocimientos en otro ámbito. Sea por el motivo que sea, cambiar de empresa requiere llevar a cabo una estrategia, y sólo si lo hacemos bien puede ser algo beneficioso para nosotros.
Cuando un empleado abandona una empresa para incorporarse a otra, parece que sea el empleado el que gana pero no siempre es así. Muchas veces el destino no es el deseado, o el trabajador se desvincula de su actual empresa creando un conflicto tal, que no podrá contar con una recomendación en el futuro. Hay que intentar salir siempre de forma amistosa, seguros de nuestro valor y con la puerta abierta para volver. Por este y por varios motivos hay que tener un plan de acción.
Félix Socorro, especialista en RR.HH., ha elaborado bajo su punto de vista personal, la llamada teoría del saltamontes en la que compara el comportamiento de los trabajadores con el de un saltamontes. Evidentemente la conducta de estos animales es instintiva y la nuestra debe ser más consciente y planificada. Sin embargo, los seis principios de los que consta La teoría del saltamontes, se adecuan muy bien a lo que un profesional debería hacer cuando se está planteando cambiar de empresa:
Primer principio: Agudizar los sentidos, leer e interpretar las señales. Es imprescindible meditar bien el cambio. Evaluar la situación en la empresa y compararla con nuestras metas, sueños y ambiciones. Para ello es recomendable:
- Hacer una lista de los pros y los contras que ofrece la posición que se posee.
- Realizar una autoevaluación crítica analizando si la conducta ha sido lo suficientemente proactiva.
- Visualizar el entorno con objetividad
Segundo principio: No probar suerte, planificar el cambio y estudiar las variables. Imprescindible no abandonar el trabajo actual antes de encontrar nuestro destino, porque esto nos aporta un valor añadido frente a los demás candidatos que buscan el mismo puesto de trabajo que nosotros. Aún así el proceso de cambio no debe ser eterno, lo ideal es tomar una decisión rápida una vez estudiadas las ofertas de interés y las empresas. Los consejos son:
- Hablar con jefes y supervisores de forma clara y directa exponiendo frustraciones, ambiciones y expectativas.
- Evaluar las respuestas e iniciativas recibidas
- Evaluar a la nueva empresa
- Realizar una coestima completa y generar compromiso
Tercer principio: Mantener el trabajo al día, los conocimientos actualizados y estar siempre preparado para dar el salto.
Cuarto Principio: Estar atento a las oportunidades y amenazas del entorno, del mercado y de las condiciones socioeconómicas actuales antes de saltar.
Quinto principio: No divulgar ni dar indicios obvios de que dará el salto hasta que no haya tomado la decisión. Manejar con discreción el proceso de cambio.
Sexto principio: Evaluar nuestro talento en comparación con los demás. Conocer las competencias que nos hacen débiles y las que nos hacen fuertes.
Además de los consejos de la teoría del saltamontes es importante estar siempre visibles en el mercado laboral, y para ello Linkedin nos lo pone fácil. A través de esta plataforma podemos estar conectados con profesionales de nuestro sector que nos aporten conocimientos sobre el mercado, e incluso ponernos en contacto con aquellos que, si lo hacemos bien, querrán ser nuestros futuros jefes. No olvidemos que elaborar nuestro Currículum es un trabajo imprescindible para estar “en venta” y que nos valoren por lo que de verdad nos define. Tanto el currículum como las redes de profesionales son nuestras herramientas aliadas para dar el salto y convertirnos en aquello que queremos ser.
¿En resumen? Este es un cambio que requiere dedicación, tiempo y estudio por nuestra parte. Hay muchas cosas que hacer antes de dar el salto, estudiar las empresas (la actual y las que nos crean interés), el mercado, nuestras competencias profesionales, nuestras posibilidades, seguir actualizado ante la competitividad, preparar a fondo las entrevistas. Esto último es importante no sólo para que los reclutadores nos seleccionen sino también porque es el momento ideal para exponer nuestras verdaderas aspiraciones y motivaciones, es el momento de pedir lo que soñamos.
A veces las entrevistas nos ponen nerviosos pensando que somos nosotros los observados, pero esto es un error, no debemos ser los únicos posicionados bajo la lupa del microscopio, la empresa también tendrá que cumplir expectativas: las nuestras.
Nahir Lagos Arias
Muy buen artículo. Enhorabuena.