Recientemente en la jornada “Trabajar en el Sector Automoción”, Jorge Sanjuan (Office Manager en Car Parts Design) decía: “la última persona que contratamos nos convenció en la entrevista porque nos mostró los diseños de una nueva silla infantil para vehículos, algo que había hecho él”. Apoyar nuestro currículum con un portfolio profesional de lo que hemos realizado anteriormente, aunque no es suficiente, puede ser determinante para ser el candidato seleccionado.
Algunos consejos para elaborar un porfolio atractivo y útil profesionalmente:
- Cumplir con las buenas prácticas o estándares de la actividad. Ya se trate de webs que se hayan programado, proyectos de arquitectura u otros diseños, deberemos tener en cuenta que cumplan con los estándares de un trabajo profesional. A nadie se le ocurre que un arquitecto muestre un proyecto que incumpla normativas o no sea materialmente ejecutable o que un diseñador gráfico muestre un flyer que no se haya diseñado pensando también en la economía de impresión.
- Autenticidad. Mostrar solo aquello de lo que somos autores. Si vamos a mostrar un proyecto en el que han colaborado varios profesionales, seleccionemos aquellas partes que han sido nuestra contribución al proyecto y de las que podamos considerarnos “autores”. Apropiarse de trabajos de otros, aparte de inmoral e ilegal, puede llevarnos a una situación complicada si nuestro entrevistador conoce el proyecto o la empresa para la que realizamos lo que le mostramos.
- Aprovechar las nuevas tecnologías. Además de poder presentarlo sobre el papel, podemos montarlo en pdf, con lo que podemos enviarlo fácilmente a nuestros potenciales clientes (las empresas) o también darle formato de web, blog… El hecho de que esté disponible online suma ventajas y para determinados profesionales (diseñadores web, informáticos, etc.) es prácticamente una obligación.
- Información y actualización. Cada trabajo mostrado debe contener alguna información relevante sobre el mismo. La fecha de realización, el objetivo que pretende, técnicas o tecnologías utilizadas o para quién se realizó es información que no debería faltar. Debemos tener en cuenta actualizarlo periódicamente con nuevos trabajos, esto nos mostrará, además, como profesionales dinámicos y en “activo”.
- Adaptado. Es importante que seleccionemos aquellos trabajos que aporten más valor para el puesto o tipos de trabajo que estemos buscando actualmente. Esto significa que no es necesario que lo incluyamos todo, sino que trataremos de darle a nuestro potencial cliente aquello que más le atraiga. De esta manera llamaremos mejor su atención y no se dispersara viendo trabajos que no le aportan nada. Podemos dividirlo en secciones y mostrar primero aquellas que le vayan a resultar más interesantes. Se trata pues, de confeccionarlo pensando en el que va a verlo y no con el afán de mostrar absolutamente todo lo que hemos hecho.
- Atención al detalle y calidad. Pues, aunque parezca una tontería, terminan marcando la diferencia. Por ejemplo, si somos diseñadores gráficos y tenemos una entrevista con una imprenta, será interesante llevar el portfolio en papel, teniendo en cuenta que tipo de papel utilizamos y correctamente impreso, puesto que ellos se dedican a eso y lo que les mostremos les convencerá mucho más si tiene un acabado profesional. Por supuesto, deberemos evitar imágenes pixeladas, borrosas, desenfocadas…
- Ponlo a prueba. Enséñalo a otros profesionales y colegas, indicándoles el objetivo que persigues con el portafolio, para que te den su opinión y perfecciónalo con sus aportaciones. No debemos olvidarnos que para mejorar es fundamental tener una perspectiva externa que nos aporte una visión más allá de la nuestra propia.
- Busca la ocasión para presentarlo tú mismo. No te quedes solo con enviarlo o subirlo a la web. La mejor forma de asegurarte de que lo ven es presentándolo tú mismo. Por tanto, intenta llegar hasta las personas oportunas que quieras que vean tus trabajos. Si no sabes cómo hacerlo, apúntate al Club de Networking, nosotros te ayudamos a conseguirlo.