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En la primera parte de este artículo hablábamos de la importancia de no dejar caer la innovación en tiempos difíciles como el que nos está tocando vivir puesto que puede ayudarnos, y mucho, a soportar los envites de la crisis e incluso a salir fortalecidos de ella.

Repensar, redefinir, poner foco. Mejorar, detectar nuevas necesidades y tendencias, explorar nuevos mercados, crear nuevos productos y servicios. Todo ello es clave en momentos de incertidumbre y todo ello se hace con innovación. No debemos dejar que las circunstancias nos paralicen. Debemos centrar buena parte de nuestra atención en el futuro porque las decisiones y acciones que hayamos emprendido en este momento marcarán la diferencia. Cuando todo esto pase, nos encontraremos, una vez más, ante un escenario en el que el guión todavía no estará totalmente escrito. Y tener un papel protagonista o secundario en este nuevo orden dependerá, en gran medida, de las decisiones que tomemos hoy.

Recuerda: los liderazgos del mañana se están gestando hoy.

Tomando decisiones en tiempos de incertidumbre

Tener presente la importancia de la capacidad de anticiparnos (aunque nuestras predicciones no sean del todo certeras) y comenzar a actuar en consecuencia evitará que caigamos en la tentación de centrarnos en el corto plazo y que nos pasemos el día apagando fuegos. Esto nos obligará a levantar la vista y mirar al largo plazo.

A este respecto, hay varios pasos que pueden seguirse para tomar pequeñas decisiones críticas, porque de eso se trata, de decidir y de actuar.

Anticipa múltiples escenarios posibles de cómo las cosas podrían desarrollarse con el tiempo

La pregunta por responder sería: ¿Cómo podrían desarrollarse las cosas de aquí en adelante, y en qué podríamos influir ahora que valga la pena en el futuro?  Evidentemente, nadie tiene una bola de cristal, y es probable que las predicciones detalladas y precisas estén equivocadas porque las cosas están cambiando. Anticipar una gama de posibles vías y escenarios generales puede ser extremadamente útil para pensar en lo que podría suceder. Para ello, puedes apoyarte en el Future Thinking, disciplina que se sirve del futuro para transformar el presente. En ATACAMA, el observatorio de nuestro club de innovación, Innova&acción, puedes encontrar más información sobre el Future Thinking. Además, en nuestro próximo Encuentro Innova&acción también hablaremos del futuro con Rodolfo Carpintier y de lo que este va a requerir de las empresas y los profesionales.

Haz una lista de cinco a diez elecciones o acciones que, no siendo grandes decisiones, según lo que suceda hoy, podrían marcar la diferencia más adelante.

Identifiquemos pequeñas acciones o decisiones que, en unos seis meses, puedan darnos una ventaja competitiva en el futuro y, después, decidamos si queremos ir a por ella.

Para ello, apoyémonos en los equipos y dotémoslos de herramientas y metodologías innovadoras (quizá puedas inspirarte en el apartado de nuestro blog dedicado a la innovación) que les incentiven a buscar e indagar más allá del presente y su labor diaria. Con esta finalidad, deberá fortalecer la cultura de la innovación en su empresa y liderarla firmemente. Es posible que tenga que revisar procesos y crear equipos interfuncionales, si quiere encontrar esos nuevos caminos.

Involucra a otros para ayudar a identificar qué pequeñas decisiones o acciones se deben abordar ahora.

Este último punto no es baladí. En momentos de incertidumbre, la tendencia natural es la de limitar la autoridad y los procesos de toma de decisiones a la cima de la organización. Seguro que no os resulta complicado rescatar de la memoria la imagen de un grupo reducido de grandes líderes encerrados en un despacho a puerta cerrada decidiendo sobre el futuro de la compañía. Pero debemos intentar incorporar múltiples inteligencias para que nuestras decisiones sean mejores.

Podemos tratar de seguir, en la medida de nuestras posibilidades, por ejemplo, el modelo de la pecera para la toma de decisiones. En él, los tomadores de decisiones y los expertos clave se sientan alrededor de una mesa, o mesa virtual, para tomar una decisión. En la mesa hay uno o dos tomadores de decisiones, múltiples expertos y uno o dos “asientos vacíos” para que otros interesados ​​relevantes en la galería roten, ya que tienen puntos para compartir. La mayoría de las partes interesadas observan la reunión ,que genera comprensión, sin tener que dar un paso de comunicación adicional después.

No debemos olvidar que los momentos de crisis son ideales para revisar los modelos jerárquicos de las organizaciones, y tender puentes para una mayor participación de todos los miembros de la compañía. Las crisis nos brindan la oportunidad de realizar cambios estratégicos y de calado en nuestra compañía. Es más, nos invitan a hacerlos. Muchos directivos están viendo el momento actual como la mayor oportunidad de introducir cambios culturales en la organización en mucho tiempo. Y esto es así porque durante las crisis los sentimientos de urgencia y búsqueda de propósito afloran. Hay que saber aprovecharlos.

Lo que consigas hoy, te ayudará en futuras crisis

No debemos perder de vista que nos hallamos ante un momento idóneo para definir soluciones que nos ayuden a superar futuras crisis. A establecer metodologías que nos permitan adaptarnos a nuevos escenarios. A navegar en terrenos pantanosos también se aprende.

Si conseguimos que en nuestra empresa la innovación sea entendida como un sistema cuyo fin es el de ayudar a los equipos a inventar, adaptarse al mercado y generar ideas de alto impacto, tendremos mucho ganado. El otro reto que deberemos abordar, y que ahora tenemos la oportunidad de practicar, es el de apuntalar un sistema eficiente de toma de decisiones que permita, de acuerdo con nuestra estrategia, canalizar los recursos hacia las ideas más prometedoras.

De cisnes negros y oportunidades de negocio

En economía se conocen como cisnes negros aquellos eventos inesperados y perturbadores de la historia, como pandemias mundiales, crisis financieras y guerras, que perturban, desarraigan y cambian gobiernos y economías. En estos momentos de grandes crisis generalmente se despiertan e impulsan la innovación y el espíritu empresarial de formas que han causado grandes cambios en las economías.

En circunstancias como esta se hace difícil pensar en el largo plazo. Visualizar un futuro exitoso. Por ello y, por si puede ser fuente de inspiración -salvando evidentemente las distancias en cuanto a época y sector con respecto a nuestra empresa o negocio- os dejamos con algunas de las innovaciones más destacadas que han surgido de las últimas grandes crisis, conocidas como cisnes negros.

La larga depresión en los Estados Unidos a fines del siglo XIX vio como nacían grandes invenciones como la bombilla, la turbina de vapor y la radio.

Durante la I Guerra Mundial se diseñaron y produjeron en masa relojes de pulsera con el fin de que los soldados pudieran coordinar sus maniobras, o se crearon bancos de sangre para atender a los soldados heridos.

Los años posteriores al colapso del mercado de valores de 1929 fueron años de dificultades pero también de frenética innovación. Dieron a luz inventos tan dispares como el helicóptero, el nylon, el radar y el motor a reacción, así como el de la cerveza en lata o el protector solar.

Del mismo modo, el colapso financiero de 2008 tuvo un gran impacto en nuestra economía y como resultado surgieron redes de economía compartida, colaborativa y de propiedad conjunta como Airbnb o Uber.

Parece obvio que sectores tan amplios como el de la medicina, la formación, el comercio electrónico, e incluso el de la agricultura y la logística, el transporte de mercancías, etc. van a quedar marcados por esta crisis. También la industria del entretenimiento o la restauración se van a ver afectadas, al igual que los deportes. La paralización de las grandes competiciones deportivas ha disparado el consumo de los eSports. De hecho, se espera que en tres años alcancen una audiencia global de 100 millones de espectadores superando a la todopoderosa NBA.

Por otro lado, la sociedad y sus necesidades también van a ser diferentes. Quizá el contacto humano o las pequeñas cosas se vuelvan más relevantes. En nuestra mano está anticiparnos, detectarlas y tomar acción hoy para, en el futuro, liderar la innovación en nuestro campo o sector de actividad.

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