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No son pocas las fuentes de información que nos muestran los efectos económicos y sociales positivos de invertir en investigación, desarrollo e innovación. Sin embargo, a la hora de buscar referencias sobre el papel que juega el diseño, no son tantas las que se encuentran.

En el campo de la investigación y tendencias en innovación, la OECD es una institución que ofrece informes muy interesantes para dar una perspectiva individual país/sector en el contexto del mundo desarrollado (https://www.oecd.org/innovation). Como muestra, en el informe publicado del 2017 incluye múltiples parámetros e indicadores que dan una visión bastante certera de la evolución de cada país respecto a políticas de innovación. En ese sentido y en el caso de España, se muestran algunas estadísticas que ofrecen una visión bastante clara de tendencias que venimos escuchando en medios de comunicación en referencia a la inversión en investigación y fuga de talento científico de nuestro país.

En este gráfico comparativo podemos ver la evolución por países del % de inversión en I+D sobre PIB (línea de color), comparada con la media de todos los países OECD (línea negra)

En este otro, se analizan los flujos positivos (se importan científicos al país, barras por encima de cero) y los negativos (salen científicos del país, barras por debajo de cero). En el caso de España, se muestra un cambio de tendencia clarísimo. En los períodos 2002-2006 y 2006-2011 nuestro país atraía talento científico, poco pero positivo, mientras que la tendencia se revierte claramente en el período 2011-2016 con una salida neta clara de talento científico de nuestro país.

Es evidente por los datos examinados que en nuestro país tenemos un déficit de inversión en innovación. Son muchas las voces que piden dotar recursos para potenciarla pero, entre éstos, en muchas ocasiones no se tienen en cuenta elementos como el diseño.

Aunque no es fácil encontrar datos sobre la importancia del diseño en la innovación, la propia OECD publica un estudio sobre el tema  con el objetivo de identificar las variables que permitan caracterizar y medir el papel del diseño en la recogida de información estadística y, con ello, ampliar el catálogo del Manual de Oslo. Aunque se trata de las primeras fases de un trabajo que debe ser continuado, pueden extraerse ya algunas relaciones del diseño con indicadores económicos y de innovación obtenidos a partir de encuestas realizadas a empresas danesas.

Ya pueden extraerse algunas conclusiones del papel del diseño en la innovación y todas ellas son muy positivas.

En concreto destacamos dos conclusiones:

1.- Existe una correlación positiva entre la integración del diseño y la probabilidad de introducir un elemento innovador

En general, lo que el gráfico muestra es que un grado más elevado de integración del proceso de diseño en la cadena de innovación de una compañía, hace que se incremente la probabilidad de terminar introduciendo elementos innovadores.

2.- Existencia de impacto del grado de integración del diseño en parámetros económicos

En este gráfico, el estudio nos muestra el % de empresas que, según el grado de integración del diseño en su proceso, muestran crecimiento de empleo, crecimiento de valor añadido, nivel de productividad y crecimiento de productividad.

Considerar el diseño como parte esencial del proceso de innovación parece que es una cuestión difícil de rebatir, y es muy probable que observemos una tendencia creciente a integrar dicho elemento en el proceso de innovación de las empresas en breve. En ese sentido acciones como el Programa de Innovación a través del Diseño, irán creciendo más y más en aquellas empresas que quieran incrementar el efecto de sus iniciativas de innovación.

Por Ricardo Estellés

Autor del artículo: Andrés Fernández Pallone

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