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Siempre es un orgullo contar con Jesús Alcoba en el Club de Desarrollo Personal y Liderazgo de la Asociación, más aún cuando viene acompañado por reconocidos profesionales como Miguel Ángel García y Óscar Boluda, quienes completaron la visión inicial sobre la inspiración que nos dio Jesús con sus aportaciones en la mesa redonda posterior.

Como ya ocurriera con sus intervenciones anteriores en el club con “La brújula de Shackelton. Enseñanzas de un explorador sobre el éxito personal” y con “Balance profesional y vida personal: de Bruce Lee a los domadores de Leones”, el encuentro fue un éxito de contenido, asistencia y participación.

Consulta aquí la entrevista completa a Jesús Alcoba.

La primera conclusión a la que podemos llegar tras la introducción del ponente es que, al parecer, la inspiración llega sin avisar y se va sin despedirse.

Se han realizado pocas aproximaciones al concepto de “inspiración” como tal, apenas un libro dedicado exclusivamente al tema en 1940. Pero, si tuviéramos que dar una definición de inspiración esta podría ser “agregación de sentido que irrumpe en la conciencia y nos emociona”

Esta agregación de sentido supone que establecemos una conexión entre ideas, conceptos… diferentes. Dicha conexión tiene sentido y nuestra consideración de la misma como algo especial y positivo provoca una emoción.

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Muchas veces confundimos la inspiración con otros términos, como la creatividad o la intuición, pero la inspiración tiene entidad propia y podemos diferenciarla, entre otras cosas porque:

  • Es un estado, no un atributo o rasgo de personalidad.
  • Es emocionante.
  • Es súbita, aparece de repente, podemos facilitarla pero no provocarla en un momento y bajo unas condiciones concretas.
  • Es efímera, si no registramos esa conexión, desaparece y ya no regresa de la misma manera.
  • Es subjetiva.
  • Trascendente, te eleva.
  • Es motivadora.
  • Ocurre de manera concentrada. No podemos estar concentrados de manera constante, no es un estado sostenido ni sostenible en el tiempo.

Es una lástima que no podamos provocar la inspiración a placer pues, desde luego, es algo que nos va a ayudar a marcar la diferencia a todos los niveles. Pero podemos seguir algunas directrices para facilitarla, como son:

  • Practicar la curiosidad. En palabras de David Ogilvy “Las grandes ideas vienen del inconsciente… Pero tu inconsciente tiene que estar bien informado. De lo contrario, tu idea será irrelevante. Llena tu mente consciente de información y desengancha el proceso de pensamiento racional. Puedes ayudar al proceso dando un largo paseo, o tomando un baño caliente…. De repente, si la línea de tu inconsciente está abierta, una gran idea brota dentro de ti”.
  • Salir de la zona de confort y de la rutina para alimentar las posibles conexiones y romper con los patrones neuronales habituales. Cambiar nuestros recorridos habituales de casa al trabajo y viceversa, subir en un vagón diferente del metro, repostar en otra gasolinera… Si nos lo proponemos podemos alterar nuestras rutinas con cosas muy sencillas, pero será más efectivo cuanto más nos alejemos de nuestra zona de confort.
  • Es más fácil que aparezca cuando estamos en movimiento, desarrollando una actividad que dominamos bien y a la que destinamos poca conciencia en su ejecución (caminar, correr, conducir…). En estas situaciones de acción se produce el fenómeno de la “mente errante” o como dicen los anglosajones “mind wandering”, nuestra mente divaga al no estar concentrada en una actividad mental.
  • Generar intersecciones, cruzar disciplinas y campos, aprender cosas nuevas.
  • Desarrollar la autoestima, nuestra propia visión o mirada propia frente a los dogmas, normas, estándares…

La inspiración se transmite físicamente, los otros también la perciben y se transmite de generación en generación.

Antes de empezar la mesa redonda el ponente puso sobre la mesa el hecho de que menos del 10% de los profesionales trabajan en entornos que fomenten la disconformidad, o lo que es lo mismo, más del 90% trabajamos en entornos que nos mantienen ligados a rutinas, normas y convenciones en el trabajo que están lejos de contribuir a la inspiración y en los que no se premia, sino que se castiga pensar de manera diferente. Si vinculamos esto a la necesidad de innovación constante que genera la aceleración de cambios en la “era digital” es fácil darnos cuenta de la necesidad de un cambio en la concepción del trabajo.

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La mesa redonda estuvo moderada por Conchi Sirvent, editora en Editorial IMPACTA, quien fue planteando a los expertos cuestiones clave sobre la inspiración. En este sentido, tanto Miguel Angel García como Óscar Boluda completaron la definición inicial, para el primero “La inspiración surge cuando estás involucrado en algo que te apasiona, es intensa y te invita a la acción. Genera sensación de bienestar”  y para Óscar, además, “los referentes inspiradores son fundamentales para las organizaciones y más aún en la educación” en la que “la figura del profesor es fundamental. Hay que ser ‘memorable’, dejar huella. Esto solo lo consiguen aquellos que están comprometidos y apasionados por la enseñanza y por su materia. Además hay que generar disrupción, salir del entorno próximo y conocido”

Para Miguel Ángel García “generar espacios que faciliten la inspiración es complicado si no se parte de unas bases, el contenido del trabajo debe ser motivador y ha de existir un liderazgo facilitador”, sin esto poco efecto tendrá lo que hagamos con el espacio o entorno físico.

Continuando con este argumento, Jesús Alcoba, resaltó el hecho de que la inspiración difícilmente se da en entornos monótonos y, para todos aquellos que se sienten “atrapados” en su ocupación actual, el ponente recomendó el libro de Herminia Ibarra Working Identity: Unconventional Strategies for Reinventing Your Career

Sobre este tema, como generar espacios para la inspiración, se generó un pequeño y productivo debate, en el que profesionales de la arquitectura compartieron su experiencia: “el diseño de espacios sin dueño, en los que cada uno se sienta en el lugar que considera más apropiado para el trabajo que va a realizar o más acorde a su estado de ánimo. Generar contrastes que rompen el patrón, deshaciendo la predicción y forzándonos a activar la conciencia”.

Consulta aquí la entrevista completa a Jesús Alcoba.

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