Según la recomendación de la Comisión Europea, tienen la consideración de empresas medianas aquellas que cuentan con un número de trabajadores de entre 50 y 250 o un volumen de negocios anual inferior a los 50 millones de euros. Por encima tienen la consideración de grandes por debajo de pequeñas (entre 10 y 49 empleados) y microempresas (entre 1 y 9).
En nuestro país son tradicionalmente representativas las empresas pequeñas, tanto es así, que si nos comparamos con las cinco mayores economías de la UE en cuanto al tamaño de las empresas expresado en media de empleados quedamos por encima de Italia y por debajo de Francia, pero muy lejos de Alemania y Reino Unido.
Fuente: Eurostat e Informe de la Mediana Empresa Española 2016 del Círculo de Empresarios
Si revisamos qué porcentaje del total de empresas suponen las medianas en España, nos encontramos con apenas 18.000, un 0.6% del total, bastante por debajo de la media UE-28, que se sitúa en el 1%, según refleja la Dirección General de Industria y de la PYME en su estudio “Retrato de las PYME 2015”. Por el contrario las empresas de menos de 10 empleados suponen casi el 96% del total de empresas. A esto podemos sumar que el 95% de las empresas con algún empleado facturan menos de 2 millones de euros al año.
Fuente: INE, DIRCE 2014 (datos a 1 de enero de 2014), y Comisión Europea, “ANNUAL REPORT ON EUROPEAN SMES 2013/2014”
Si escarbamos un poco más en las estadísticas e intentamos valorar el peso específico de las empresas medianas en los diferentes sectores, encontramos un dato significativo: las empresas medianas son cuatro veces más frecuentes en el sector industrial que en el resto y, esto mismo ocurre con las grandes empresas.
Fuente: INE, DIRCE 2014 (datos a 1 de enero de 2014)
Según se desprende del informe sobre la mediana empresa del Círculo de Empresarios, son las empresas de menor dimensión las que han ganado protagonismo (en cuanto a número) en el último periodo (de 2010 a 2016), pero al mismo tiempo han visto reducido su tamaño en cuanto a número medio de empleados. Al contrario sucede con las empresas medianas y grandes, que han visto incrementado su número medio de empleados en ese mismo periodo, mostrando más facilidad de las empresas de mayor dimensión para sufrir un menor ajuste durante la crisis y recuperar empleo más pronto.
En términos de productividad las empresas españolas están dentro de la media europea para todos los tamaños de empresas excepto para las microempresas (menos de 10 empleados), que experimentan una caída de productividad muy acusada con respecto a esa media europea. Es llamativo en este punto que las empresas medianas españolas superan en productividad a sus homólogas europeas.
Fuente: Círculo de Empresarios y Eurostat. Media de productividad sin ponderar de las empresas de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Portugal.
Ya en otras ocasiones hemos comentado que la relación de a mayor tamaño de empresa mejores salarios y mayor productividad es clara y directa. Si sumamos todo lo anterior nos encontramos con un panorama en el que el número de microempresas en España aumenta, con una capacidad para generar empleo limitada y que se ha visto reducida durante los últimos años, mientras que el número de empresas medianas y grandes se mantiene, creciendo en número de empleados. Como hemos mencionado, el sector industrial en España es en el que las empresas alcanzan con mayor facilidad un tamaño medio o grande, aun así, el número medio de empleados por empresa en este sector es de 10, muy lejos de los 35 de Alemania o los 21 de Reino Unido y por debajo de la media europea de 17 (según el informe “Propuestas para la reindustrialización en España” elaborado por Deloitte en colaboración con IESE Business School y APD). Además, el sector industrial es el que genera una mayor productividad (en miles de euros por empleado) con respecto al resto de sectores independientemente del tamaño de empresa que comparemos. No es de extrañar, por tanto, que el informe de Deloitte promueva una reindustrialización, con políticas verticales para este sector y haga especial referencia a la “falta de tamaño de la empresa industrial española”. Esa falta de tamaño dificulta el acceso a financiación en condiciones competitivas, la generación de economías de escala, limita la capacidad exportadora y la inversión en I+D.
Para el desarrollo de esa reindustrialización algunas de las propuestas del citado informe son:
- El posicionamiento en subsectores con mayor potencial exportador y efecto arrastre sobre el resto de sectores.
- Centrarse en las partes de la cadena de valor que generan mayor valor añadido: pre-producción y post-producción.
- Generación de clústeres que permitan superar las limitaciones del tamaño.
- Reducir la falta de adecuación entre la formación y habilidades de los demandantes de empleo y los requerimientos de las empresas. El desarrollo de la formación dual debe contribuir a reducir esa brecha que es uno de los lastres de la productividad.
- Mejorar la eficiencia del gasto en I+D.
Tenemos, por tanto, un largo camino por recorrer y mucho margen de mejora para el crecimiento y la generación de riqueza, ¿seremos capaces de lograrlo?