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[Img #3167]Inma Jiménez ha sido la artista del Club de Desarrollo Personal y Liderazgo del mes de Junio, en el que Ana Pons nos habló de cómo podemos conseguir, desde el liderazgo y la motivación, que la gente haga, que se cumplan los objetivos marcados en el seno de una empresa. Inma es licienciada en Bellas Artes por la UPV y se ha especializado en el mundo audiovisual, aunque la docencia también es un sector que atrae a esta polifacética profesional. En esta entrevista la conocemos un poco mejor.

 

¿Por qué te decidiste a estudiar Bellas Artes? ¿Cuál era tu vocación cuando eras niña?
Cuando estaba a punto de hacer COU ( ahora 2º de Bachillerato ) mi profesor de dibujo técnico me aconsejó que me preparara para estudiar Bellas Artes haciendo Bachillerato Artístico. Por aquel entonces yo no sabía que se pudiera enseñar dibujo en la Universidad. Para mi el dibujo era aquello con lo que disfrutaba y por lo que sobresalía sin apenas esfuerzo. No veía los estudios de Bellas Artes como algo serio. Recuerdo que me dió la sensación de haber cogido un atajo, un camino “fácil” que evitaba un COU de ciencias repleto de matemáticas. En el Bachillerato Artístico empecé a ver el dibujo desde otra perspectiva y pronto comprobé que lo de fácil era una etiqueta que ponía uno mismo. Fue un año muy rico en el que conocí a mucha gente interesante, cosa que también ayuda cuando no lo tienes claro.

Nunca he sentido que el dibujo fuera mi vocación sino más bien una característica de mi persona. Mi vocación está más relacionada con investigar y narrar historias. Por eso creo que al final he acabado trabajando en cine.

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¿Qué aconsejarías a un joven que te preguntase si estudiar o no la carrera de Bellas Artes?
Dar consejos es una responsabilidad muy grande. Con el tiempo he comprobado que hay que guiarse mucho por la intuición porque estamos llenos de inputs que nos desvían de lo que reamente queremos hacer.  Todo cambia constantemente y lo que hoy era tu pasión, mañana es reemplazada por otra cosa… y sobretodo la carrera de Bellas Artes. Cuando yo empecé a estudiar Bellas Artes mi objetivo era aprender técnicas, no tenía una idea clara de qué quería “ser de mayor”, solo aprender y ser un crack del dibujo. Los tres primeros años fueron los mejores porque aprendía algo nuevo cada día, tanto de los profesores como de los compañeros. Quizá los dos últimos años fueron los peores porque ya tenía clara mi vocación en el cine y no conseguí desarrollarla en la carrera. Quizá en ese momento me hubiera venido bien un consejo como el que me pides (risas).  En cualquier caso lo que no podemos negar es que Bellas Artes es una carrera que no define un perfil laboral concreto y eso es un arma de doble filo. Abre muchas posibilidades pero esa ambigüedad cierra otras muchas también. Es difícil conseguir el equilibrio entre lo que disfrutas haciendo y en lo que trabajas. Lo mejor es no idealizar la carrera de Bellas Artes y ser exigente con uno mismo mientras se está estudiando. Si ves que no es lo tuyo, hay que seguir buscando.

Puedes resumirnos un poco cuál ha sido tu trayectoria… ¿De qué proyectos te sientes más orgullosa?
Mi trayectoria después de licenciarme ha sido muy sinuosa. Como quería dedicarme al cine pero venía de Bellas Artes comencé haciendo prácticas en el departamento artístico de una teleserie. Aprendí muchísimo, no de mi trabajo en sí (era ayudante de vestuario) sino de qué iba esto del cine. Con estas prácticas supe que era a lo que quería dedicarme, porque disfruté mucho…y ¡hasta me pagaban! (risas). Mi trabajo consistió en la búsqueda de referencias visuales para ambientar la serie (vestuario, escenografía, atrezzo), ayudar en el diseño de vestuario y la asistencia en rodaje. La película era de época y tocaba la guerra civil. Recuerdo que el director de mi departamento me dejó diseñar el vestuario de un grupo de milicianos. No me lo pensé dos veces y reproduje el vestuario que llevaban un grupo de republicanos en una fotografía muy famosa de Robert Capa. Recuerdo que uno de ellos llevaba un mono de trabajo, pero con camisa y pajarita. En la película hay un plano cuyo encuadre y posición de los milicianos reproduce la fotografía. No es del trabajo que me sienta más orgullosa, pero fué de las primeras cosas que realmente disfruté haciendo.

Después de esta experiencia me trasladé a Madrid para empezar un doctorado sobre escenografía. A la vez trabajaba como diseñadora de tematizaciones. Luego me trasladé a Barcelona y ahí inicié mi trayectoria en publicidad, que se extiende hasta hoy. Primero empecé en el departamento creativo de la agencia Bassat Ogilvy y luego salté al mundo de las productoras como ayudante de dirección freelance. El rodaje de anuncios me permitía una actividad mayor y más variada a la hora de contar historias, y como ayudante, podía ver toda la producción pasar delante de mi. Esto me permitió conocer el medio en profundidad.

Como freelance he hecho de todo, desde el diseño de personajes de animación hasta la edición de video, siempre intentando unir mi formación artística y el audiovisual.

Después de tantos años como ayudante, llegó un momento en que decidí realizar mis propias películas. Me sentía muy atraída por el documental, de hecho había grabado algún making of de rodajes anteriormente de forma autodidacta. Decidí entonces hacer el master en cine documental de la UAB y conseguí que mi proyecto fuera seleccionado para ser producido por TV3. Este es quizá el proyecto del que me siento más orgullosa, no ya en términos profesionales, sino por lo que significó en mi crecimiento personal.

Ahora estoy en un punto en el que quiero virar mi trayectoria hacia la docencia, aplicando mi experiencia en el sector audiovisual en la enseñanza artística. Este es el nuevo reto que me he planteado y por el momento ya comienza a dar frutos.

 

[Img #3171]El documental sobre el que hablas es “La madre que los parió” (podéis ver el documental completo si seguís el enlace) por el que has obtenido distintos premios, ¿qué más puedes contarnos sobre este proyecto?
Este documental fue el proyecto que desarrollé dentro del Master en Cine Documental de la Universidad Autónoma de Barcelona. Llevaba mucho tiempo con una historia muy interesante sobre mi familia pero no encontraba la manera de darle forma. Ví la posibilidad de hacer un documental y quise hacerlo bien, por eso hice el master. La historia era muy potente y enseguida llamó la atención de los profesores y productores. Estuvimos 6 meses preparando la producción, 5 semanas rodando y otras 5 montando. Fué la experiencia más intensa de mi vida. Se mezclaba que era mi opera prima y la primera vez que exponía a mi familia a un tabú que habían ocultado durante muchos años.

El documental tiene muchos fallos de forma, pero la fuerza de la historia arrasa por la crudeza de los testimonios. Fue uno de esos documentales que solo puede hacer una persona en concreto, y en este caso, solo yo tenía un acceso especial a mi familia y a esa historia en concreto… ¡que no desvelaré aquí! (risas). Además, en el documental incluía la realización de un retrato, por lo que auné de nuevo mis dos pasiones y el resultado fué realmente impactante.
He tenido muchas alegrías con este documental ya que me permitió viajar a festivales como el de Leipzig, Kassel o la Muestra de Cine del Atlántico en Cádiz, conocer a otros directores y celebrar los premios con el equipo y con mi familia. Fue mi primer documental y espero que no el último. En eso estamos.

¿Hay mucha gente de Bellas Artes dedicada al mundo audiovisual? ¿Qué crees que puede aportarte tu formación artística más tradicional al mundo del cine?
Cuando yo empecé en el sector audiovisual, más concretamente en cine, mucha gente había estudiado comunicación audiovisual o cine en alguna escuela, pero otra mucha provenía de los sectores más dispares: historiadores, arquitectos, ingenieros, etc. Esta gente se había formado trabajando y tenian mucho oficio. La gente que venía de Bellas Artes solíamos encauzarnos hacia la animación y en el caso del cine, acabábamos en los departamentos de arte. Con la inclusión de asignaturas relacionadas con el audiovisual en la carrera, cada vez encuentro a más gente de Bellas Artes dentro del sector, y ya no solo en los departamentos de arte, sino en dirección, postproducción y montaje.

Supongo que nuestra aportación por nuestra formación artística es un criterio estético más acentuado. El audiovisual tiene un lenguaje propio que hay que dominar, más relacionado con la narración que con la estética. En Bellas Artes esta parte narrativa no se desarrolla tanto, o al menos no de manera explícita.

Una cosa que sí que me ha ayudado mucho en el sector audiovisual y que está relacionado con mi formación artística es el diseño de storyboards. El poder dibujar tus ideas amplía tu capacidad de comunicación el doble, sobretodo en un entorno tan visual como el cine. Tenía razón aquel profesor mio de instituto cuando me dijo lo de que “el dibujo es la base de todo”.

[Img #3168]¿En qué proyectos estás ahora involucrada?
Normalmente siempre intento tener varias vías abiertas, ya no sólo dentro del sector audiovisual, sino como te comentaba antes, en la docencia. En estos momentos estoy diseñando un curso de cine para niños en Pedreguer (la Marina Alta). Está habiendo mucha gente en Valencia relacionada con la enseñanza del cine en niños y adolescentes y es un campo que ahora me apetece tocar. Un claro ejemplo es el éxito del festival MICE ( Muestra Int´l de Cine Educativo ) el pasado Enero.

Por otro lado también ando buscando financiación para un proyecto que considero pionero y precioso, el rodaje de un documental sobre cómo enseñar qué es la muerte a los niños. Aunque pueda parecer en primera instancia un tema delicado, creo que abre muchas posibilidades a contar una historia sobre superación de miedos y pérdidas. Por el momento estoy en la preproducción, haciendo trabajo de campo con una psicopedagoga especialista en el tema. Espero que si algún productor está leyendo esto se anime a contactarnos.

¿Cómo te ves dentro de cinco años?
¿Cómo? Si algo he aprendido en estos últimos 5 años es a no idealizar el futuro e intentar estar más en el presente. Como te decía al inicio de esta entrevista, las cosas cambian constantemente y es mucho más fácil y constructivo poder adaptarse y desenvolverse con lo que va viniendo que intentar adaptar el futuro a nuestro ideal. Uno ha de confiar en lo que la vida le trae porque de manera natural acabaremos haciendo aquello que nos gusta.  Hace poco acabé un taller de cine en Alaquás en el que pedía a mis alumnos que hicieran una cápsula del tiempo donde se dejaran un mensaje a sí mismos para verlo dentro de 5 años, igual que tú me pides ahora. Todos los alumnos hicieron hincapié en no dejar de perseguir sus sueños y eché un poco de menos que no hablaran de su presente, de su día a día, que es lo que creo que es uno realmente.

Esto me recuerda un poco a una serie documental de la BBC llamada “Seven Up!”. Se trataba de seguir la vida de 14 niños desde los 7 años en adelante, volviendo a ellos en intervalos de 7 años. Uno de los experimentos documentales más interesantes que he visto y más conmovedores. Sin querer hacer un spoiler, la conclusión que saqué es que nuestro mejor momento siempre es el momento en el que estamos.

[Img #3170]¿Qué pensaste cuando te propusimos ser la “artista invitada” en uno de los encuentros de nuestro Club de Desarrollo? ¿Qué ha supuesto para ti?
La verdad esque fue algo bastante accidental porque me puse en contacto con vosotros por otro tema, puramente administrativo. El dibujo de retrato siempre me ha acompañado y es de las especialidades del dibujo que mejor domino. En realidad fue “pensat i fet”, me imaginé dibujando un retrato en vivo y en directo y me apeteció la idea, un poco como ocurre en las películas de juicios cuando el dibujante retrata la escena (risas).

Además llevo un tiempo dibujando otra vez bastante, preparándome para las pruebas de interinos de dibujo artístico en secundaria. Para mi ha supuesto pasar un momento muy agradable, un reto (como siempre) y la oportunidad de hacer llegar este proceso a gente que nunca había visto cómo se generaba un dibujo de estas características.

¿Con qué idea te quedaste de la charla de Ana Pons sobre la motivación y el liderazgo?
Ana Pons me pareció una mujer muy energética, y así lo reflejé en el retrato que le hice. Básicamente acabó siendo un retrato de sus manos, tan expresivas y vitales. Más que quedarme con algo del contenido que expuso, me quedo con la energía que transmitió y las ganas de ayudar con su experiencia. La información es un elemento muy valioso en estos días y la gente no suele regalarla, por eso aprecio mucho la gente que es generosa en ese sentido. Siempre había asociado este tipo de charlas a sectores como el de las finanzas, la política o el de la administración de empresas, pero comprobé que es aplicable a cualquier sector, sobretodo al audiovisual en el que ser emprendedor es clave para continuar una trayectoria.

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