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Antes de que la COVID-19 llegara a nuestras vidas, el teletrabajo era una rara avis en nuestro país. Según los últimos datos de Eurostat (2018), los mercados que más apuestan por el teletrabajo son los países del centro y norte de Europa, como Holanda (14%), Finlandia (13,3%) o Luxemburgo (11%). En España, apenas un 4,3% de los trabajadores se ganaron el sueldo con esta modalidad en 2018, frente al 3,1% en 2008.

Detrás de estas cifras hay muchos porqués. Ahora que nos hemos visto obligados a teletrabajar al 100%, y sin previo aviso, son muchos los profesionales y las empresas que se están dando cuenta de lo que implica realmente adoptar este modelo de trabajo, y de las carencias que tienen para poder afrontarlo con éxito. Estas carencias, por norma general, tienen que ver con tres áreas: las habilidades y competencias de líderes y profesionales, la cultura de la empresa y la tecnología.

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¿Qué habilidades se necesitan para teletrabajar?

El teletrabajo requiere de una serie de habilidades y competencias que el equipo de trabajo debe poseer para que tanto su productividad como su satisfacción laboral no se vean afectadas. Las principales son:

  • Organización. Saber gestionar nuestro tiempo, evitar la procrastinación, crear un espacio o entorno de trabajo en el que podamos desarrollar nuestra labor de forma cómoda y sin distracciones.
  • Orientación a objetivos. El teletrabajo supone, en cierta manera, el paso de trabajar por horas a trabajar por proyectos y objetivos. Eres libre (o tienes una mayor libertad) para organizar tu tiempo pero los objetivos deben cumplirse. Aquí resulta muy útil el establecer metas diarias, semanales y mensuales a cumplir, hacer listas de tareas…
  • Autonomía. Especialmente en la resolución de conflictos y problemas del día a día. Teletrabajar no significa que te quedes solo y no puedas pedir consejo o ayuda pero sí que requiere que tengas una cierta autonomía a la hora de realizar tu trabajo.
  • Capacidad para priorizar. Muy ligado con la organización y la orientación a objetivos, los profesionales deben tener claro qué tareas son más urgentes, cuáles son más importantes, cuáles pueden esperar, y actuar en consecuencia.
  • Saber mantener el equilibrio vida personal-profesional. Trabajar desde casa no puede implicar trabajar o estar disponible para la empresa o para el negocio 24h. Hay que saber parar. Para ser eficientes en el ámbito laboral, la desconexión y el descanso son también importantes.
  • Comunicar efectivamente.Cuando trabajamos en remoto es aún es más importante el ser asertivos y claros con nuestro mensaje para evitar malentendidos, y que todo el mundo tenga claro cuáles son sus responsabilidades o los pasos a seguir o a la hora de mostrar nuestro agrado o desagrado con algún tema. Mantener la atención y que el mensaje llegue a través de una pantalla requiere de una energía y vitalidad extra.

Como podemos ver, el teletrabajo requiere de una serie de habilidades personales y profesionales. En cierta medida de lo que se trata es de mejorar nuestra “autogestión”, en ser  más autónomos y dirigir nuestro día a día profesional. Si te gustaría mejorar en esta faceta, échale un vistazo a nuestro programa “Gestión de uno mismo” que en breve iniciará una nueva edición. En remoto, por supuesto.

¿Y la cultura empresarial? ¿Cómo debe cambiar?

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A este respecto, nos ha parecido muy interesante el concepto, o metodología de trabajo más bien, de smart working.

El smart working lo que propone es ofrecer al trabajador todas las herramientas necesarias para que pueda alcanzar su máximo rendimiento profesional desde cualquier lugar.

Sin embargo, en España solo el 27% de las empresas permiten a sus empleados el trabajo a distancia, según el INE. Y es que esta forma de trabajar, pese a sus ventajas (conciliación, mayor satisfacción y motivación…), supone también importantes retos.

El reto más importante quizá sea el del cambio de mentalidad. El smart working se basa en la confianza. El trabajador debe tener claros cuáles son sus objetivos, qué se espera de él y saber organizarse. Y las empresas tienen que dejar de mirar tanto las horas trabajadas, ser más flexibles y dejar hacer. A muchos líderes y empresas les cuesta el no tener un control directo sobre lo que está haciendo su equipo en el día a día.

Por eso decimos, que la clave del teletrabajo está en confianza mutua entre empresas y profesionales.

Otro reto menor, pero que también nos afecta a los españoles a la hora de teletrabajar es nuestro carácter social. A los españoles, por norma general, nos gusta relacionarnos con nuestros compañeros de trabajo, colaboradores, incluso clientes y proveedores, llegando a establecer verdaderos lazos.

Sobre este último punto debemos pensar que la situación que vivimos ahora con la crisis sanitaria del coronavirus es excepcional y que, por norma, en las empresas que tienen implantado el teletrabajo éste no se da al 100% . Es decir, que existe un modelo mixto entre trabajo presencial o en remoto. O distintos grados de presencialidad en función del puesto y las necesidades de trabajador y empresa. Para que un sistema de smart working funcione la comunicación entre empresa y trabajador debe ser fluida y clara, cada parte debe exponer y tener claro que quiere y que se espera de ella.

La tecnología, la que facilita que el teletrabajo ocurra

Evidentemente para que el teletrabajo funcione la tecnología tiene un papel determinante. Lo primero será que todos los miembros del equipo que vayan a teletrabajar dispongan de equipos portátiles desde los que poder realizar su labor y una conexión a Internet.

Además, en líneas generales, podemos decir que tanto empresas como trabajadores tienen que tener prevista (e implantada) una solución tecnológica para cubrir los siguientes aspectos:

  • Comunicación. Facilitar que la comunicación entre compañeros de trabajo, clientes y proveedores siga siendo fluida es esencial.
  • Quien dice reuniones, dice sesiones de trabajo en equipo, charlas, talleres, formación… En definitiva, herramientas que permitan cosas como compartir una pantalla, una pizarra virtual, etc.
  • Almacenamiento de datos y posibilidad para compartirlos. El acceso compartido a los documentos habituales de trabajo debe estar asegurado.
  • Gestor de correo electrónico. Otro básico. El email es una herramienta de trabajo fundamental.
  • Gestor de tareas y proyectos. Como hemos visto, la organización y el tener claros los objetivos y las tareas asignadas a cada miembro del equipo es muy importante a la hora de trabajar. Por tanto, tener una herramienta  que nos facilite esta labor va a ser clave. Si tenemos implantada una solución de CRM con funnels de nuestros procesos definidos, automatizaciones, etc. sería un plus.
  • Creatividad y estrategia. En la línea de la anterior. Tener definida una metodología o una herramienta para trabajar sobre los planes de futuro, las estrategias, hacer brainstorming, o un mapa mental también pueden ser de gran ayuda.

Listados con herramientas para todas estas áreas hay muchos en la red. Os dejamos con estos dos que nos han parecido bastante completas: Herramientas infalibles para el teletrabajo y Mejores herramientas para el teletrabajo.

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