Con cada inicio de un nuevo curso escolar, los padres nos enfrentamos de nuevo a la toma de decisiones sobre las actividades extraescolares. ¿Actividades extraescolares sí o no? ¿cuáles? ¿cuántas? ¿dónde? ¿serán muchas? ¿serán pocas? ¿habré escogido las correctas…?
Oportunidades de las actividades extraescolares
Más allá de cubrir las horas que pasamos trabajando a partir de las 5 de la tarde y mantener a los niños “ocupados” hasta que salimos del trabajo, las actividades extraescolares son una oportunidad para:
- Complementar y reforzar los aprendizajes académicos del colegio.
- Ayudarles a desarrollar competencias y actitudes que serán importantes en su futuro profesional: capacidad de comunicación, trabajo en equipo, esfuerzo, constancia…
- Mejorar sus resultados académicos.
- Contribuir a un adecuado desarrollo físico.
- Canalizar productivamente su energía.Descubrir y potenciar sus destrezas.
- Acercarles al perfil de instituciones escolares y universitarias internacionales con pruebas de acceso altamente exigentes.
¿Cuál actividad elegir?
Pero, actividades hay para todos los gustos y en diferentes formatos y no, no hay un listado de las más adecuadas y las mejores, sino que depende de diversos factores que debemos tener en cuenta para escoger las más adecuadas para nuestros hijos. Para ello podemos tener en cuenta algunas directrices a la hora de elegir, que nos harán la toma de decisiones mucho más fácil.
Primero de todo, tener en cuenta los objetivos y que buscamos para su futuro. Si el objetivo es que terminen estudiando en una de las universidades top de EEUU, no basta con que preparemos el talonario y desembolsemos los 60-80.000$ por curso académico (existen becas, pero la mayoría son parciales y los que obtienen becas totales no pasan del 1%), sino que deberemos ayudarles a prepararse para acceder a un bachillerato internacional, desarrollar su capacidad de comunicación oral y escrita en inglés, fomentar su participación en programas y eventos de formación relevantes y específicos de las áreas de conocimiento por las que sientan vocación, como por ejemplo el Summer Science Program del MIT y el Caltech, además de su participación en proyectos sociales, clubes o asociaciones de manera activa y con iniciativa.
Además de los objetivos que planteemos, es importante tener en cuenta el proyecto educativo del centro en el que estudian, pues ya contiene una serie de valores y competencias que van a trabajar en el entorno académico. Podemos optar por buscar actividades extraescolares que contribuyan también a desarrollar esos valores y competencias o buscar una complementariedad con las que no contemple el proyecto educativo, pero que consideremos importantes para su desarrollo. A este respecto, debemos tener en cuenta también la carga extraescolar que contempla dicho proyecto educativo, pues hay centros muy exigentes, en los que los tradicionales “deberes” requieren un tiempo importante por parte de los alumnos y ese tiempo debemos restarlo a actividades extraescolares. Si consultamos con cualquier psicopedagogo, nos hará ver la importancia para los niños de disponer de un tiempo diario de juego y un tiempo diario de familia, pues un exceso de actividades que anule casi por completo el tiempo de juego-familia, puede desembocar en estrés y descenso del rendimiento académico. Por tanto, a este tiempo de juego-familia debemos sumarle los deberes y lo que resta es lo que podemos invertir en actividades extraescolares.
Diferencias en autoconcepto y género
Si hemos planteado nuestros objetivos (para qué) y tenemos claro el tiempo que van a dedicar a las actividades, nos queda determinar cuáles. Según concluyen algunos estudios (Actividades extraescolares y rendimiento académico en alumnos de secundaria o Actividades extraescolares y rendimiento académico: diferencias en autoconcepto y género):
- Las actividades extraescolares que más correlacionan con un buen rendimiento académico son en sí las académicas (idiomas, informática…)
- Las actividades deportivas son un buen complemento de las académicas y potencian su efecto sobre el rendimiento académico.
- Cuando solo se realizan actividades extraescolares deportivas los resultados no son concluyentes.
- Determinadas actividades extraescolares potencian el rendimiento sobre todo en materias concretas: música-matemáticas.
- El exceso de actividades físico-deportivas tiene efectos negativos sobre el rendimiento académico.
Equilibrar entre las actividades deportivas y académicas
Por tanto, buscaremos un equilibrio entre las actividades deportivas y las más académicas. Si elegimos más de una actividad deportiva, es bueno que pensemos en compensar y que, al menos una, sea de equipo, salvo que detectemos una necesidad concreta de canalizar un exceso de energía y agresividad en los niños. De esta manera se beneficiarán por una parte, del desarrollo del autocontrol, el esfuerzo y la concentración que fomentan los deportes individuales y del desarrollo de relaciones sociales y el trabajo en equipo que son una constante en los deportes de equipo.
Actividades artísticas
Podemos identificar un tercer grupo de actividades, que podemos denominar artísticas y que fomentan, sobre todo, el desarrollo de la capacidad de expresión en diferentes ámbitos. Entre estas hay algunas potencialmente interesantes cuando tenemos limitaciones a la hora de elegir el número de actividades, bien por disponibilidad de tiempo, bien por disponibilidad de recursos, como son Ballet (u otros bailes) o música. El primero es una actividad física y artística al mismo tiempo, con lo que cubre una doble faceta. La música es una actividad académica y artística, por lo que también “puntúa doble” y además contribuye al rendimiento en matemáticas.
Para concretar cuáles, es importante que tengamos en cuenta a nuestros hijos, en dos sentidos:
¿Desarrollar aptitudes o compensar carencias? No se puede ser bueno en todo, nuestros hijos también tienen sus capacidades y destrezas y, aunque nos cueste reconocerlo, sus carencias y debilidades. Diferentes a las nuestras. Sus virtudes son lo que les permitirá destacar y será mejor orientar las actividades hacia las mismas, reforzando, además, su autoestima. Si orientamos las actividades a cubrir carencias lo más probable es que se frustren, al no sentirse competentes, y perciban la actividad como una carga. Con una baja motivación por la actividad poco la van a aprovechar. Puede ser interesante orientar alguna actividad a cubrir carencias cuando percibamos éstas como limitantes y puedan perjudicar su desarrollo académico, social o profesional en el futuro.
Su opinión, sus gustos e intereses. Dentro de nuestra selección previa, compensando actividades académicas, artísticas, deportivas… y dentro de lo que esté a nuestro alcance, lo ideal es que los niños puedan escoger lo que más les interesa y/o gusta, sobre todo en lo que se refiere a actividades artísticas y deportivas. Si queremos que practiquen un deporte individual, que elijan ellos entre las opciones que tengamos al alcance, lo mismo en deportes de equipo… Esto incrementará su motivación y el aprovechamiento de la actividad.
¿Dentro o fuera del cole?
Otro elemento a tener en cuenta es si aprovechar las actividades que ofrece el propio colegio (muy cómodo logísticamente, pues no hay que ir a recogerlos y llevarlos) o buscar actividades fuera del mismo. En este sentido, si podemos saltarnos la comodidad, hacer las actividades fuera incrementa las posibilidades de ampliar su círculo social a otros niños de fuera del colegio, permite acceder a más variedad de actividades y niveles y evita la sensación de pasar todo el día en el colegio.
Es fundamental a la hora de escoger el centro o institución en la que apuntarles, conocer al monitor/instructor/docente, su profesionalidad y su enfoque de la actividad. Es muy interesante poder presenciar alguna actividad, conocer su dinámica y ver con qué actitud se integran nuestros hijos en la misma.
También es importante tener en cuenta que podemos variar las actividades con el tiempo, no se trata de que cada año las cambiemos todas pero, por ejemplo, si han hecho natación durante unos años, saben nadar perfectamente y no les apasiona especialmente la piscina, podemos sustituir esta actividad por otra que les atraiga más y les permita seguir aprendiendo y desarrollándose.
¿Cómo se valoran estas actividades en un futuro profesional?
En cuanto a la valoración futura a nivel profesional, el valor de los idiomas en el mercado laboral es claro y no necesita mucha discusión. Pero también es importante recalcar que, salvo que podamos permitirnos un colegio bilingüe, adquirir un nivel operativo del idioma pasará por estancias más o menos largas en el extranjero, bien por estudios o bien por trabajo. Por tanto, lo ideal es poder complementar la formación académica con sesiones particulares con nativos. Si nos planteamos campamentos de verano, aquí es esencial considerar que enviarles a un campamento en inglés con niños españoles, no dejan de ser clases en inglés, pues con los compañeros seguirán hablando en castellano u oyendo niños españoles hablando en inglés. Si el presupuesto lo permite será más interesante campamentos con niños nativos (canadienses, americanos, ingleses…) en los que además adquirirá valores interculturales. También podemos apartarnos de la línea oficial del inglés y que aprendan, además, otro idioma que en el futuro les ayude a diferenciarse del resto.
Informática y programación, actividades interesantes
Además de los idiomas, las tecnologías de la información son otro valor diferencial en el mercado laboral, sin ánimo de que se dediquen profesionalmente a ello, la informática y la programación son actividades especialmente interesantes, así como robótica o similares.
Las actividades relacionadas con la competencia en matemáticas son otra buena opción. Pues son la base de la mayoría de asignaturas consideradas difíciles y troncales en las carreras con buenas perspectivas profesionales (ingenierías, informática, finanzas…). Mantener un buen nivel en esta materia evitará que se rechace estudiar carreras de ciencias más por su dificultad que por vocación.
El emprendedurismo, un excelente complemento
Actividades relacionadas con el conocimiento de las empresas y el emprendedurismo son también un excelente complemento. Es muy interesante que conozcan el entorno en el que probablemente se van a integrar durante 40 años de vida profesional. Conocer cómo funciona una empresa y cómo emprender un negocio con éxito les aportará una nueva perspectiva a la hora de afrontar su futuro, sobre todo si no tienen antecedentes de negocio familiar desarrollar un elemento fundamental y en el que la mayoría fallamos, el pensamiento estratégico. Además, las empresas hoy en día no quieren empleados, quieren emprendedores.
La práctica federada de algún deporte o alcanzar grados destacados en actividades como danza o música transmiten al empleador a través del currículum valores como el esfuerzo, la automotivación, la constancia y el compromiso, ayudando a generar la necesaria primera impresión positiva, que se produce no sólo al inicio de una entrevista de trabajo, sino que empieza en la misma evaluación de currículums previa. Si además han sido actividades de equipo, pues otro valor más a sumar. Hay que tener en cuenta que, cuando no se aporta experiencia, este tipo de cuestiones ayudan a diferenciarnos y generar una imagen positiva con respecto al resto.