“La creatividad no es ninguna novedad y lo mismo cabe decir de la economía; lo que es nuevo es la naturaleza y el alcance de la relación entre una y otra y de qué forma se combinan para generar una riqueza y un valor extraordinarios”
John Howkins – The creative economy: How people make money from ideas.
En las dos décadas que llevamos de siglo, se viene generando interés y literatura por lo que se ha etiquetado como “Economía Naranja”. Aunque la economía de la creatividad abarca mucho más que los sectores de la esfera cultural que normalmente se consideran sectores creativos y existe todavía mucha diversidad a la hora de definir los límites de dicha economía creativa, podemos encontrar bastante consenso en que se trata de una riqueza basada en el talento, la propiedad intelectual, la conectividad y la herencia cultural. Aunque la creatividad puede aplicarse a y es necesaria en todos los sectores, cuando hablamos de sectores creativos nos referimos principalmente a “sectores que dependen del derecho de autor” se entiende, ante todo, sectores de actividades susceptibles de protección por derecho de autor, propiedad intelectual o derechos conexos.
De esta manera podríamos decir que existen las industrias creativas y las industrias que necesariamente se nutren de la creatividad. Estas últimas necesitan de la creatividad para desarrollar formas más eficientes de llevar a cabo su cometido, diferenciarse, enriquecer la experiencia de uso de sus productos y servicios…, todo ello con la finalidad de ser elegidas por el consumidor/usuario mediante decisiones de compra que (ahora ya lo sabemos) son mucho más intuitivas y emocionales que racionales. En este sentido, la creatividad en su vertiente aplicada al diseño de productos y servicios, se vuelve fundamental para una gran parte de la industria. Queremos estar a la última. No nos vale, por ejemplo, con unos auriculares cualquiera, tienen que ser esos tan bonitos y que tan bien quedan en nuestras orejas. Otros “cualquiera” cumplirían su función, pero preferimos los “chulos”, son el último modelo y nos hacen especiales y diferentes al resto. Usarlos se convierte en una experiencia, desde la propia compra hasta el primer y siguientes usos pasando por el desempaquetado. Y para que eso suceda es necesaria la creatividad, que puesta en común y al servicio del negocio, dará paso a la innovación, materializando tanto producto/servicio como su experiencia de uso.
Por qué es tan importante y por qué recibe tan poca atención
En España supone más de 700.000 empleos, en torno al 4% del total. Es un sector que crece pese a las crisis y supone ya alrededor del 6% del PIB mundial. Parece seguirse la máxima de que, cuanto más avanzada es una economía más alto es el aporte de la economía naranja a su PIB, siendo su incidencia en la economía mayor en los países desarrollados, llegando hasta un 10% del PIB en EEUU.
Además, es un sector intensivo en empleo cualificado, que soporta bien la automatización creciente y clave en los procesos de transformación digital.
También está conformado por actividades y modelos económicos principalmente limpios, ecológicos y sostenibles, con una materia prima centrada en el capital intelectual y la creatividad.
Pese a la patente importancia, la propia dificultad en acotar su ámbito y la atomización de sus componentes dificultan su visibilidad como “agente” económico. En estados unidos hay grandes industrias creativas y una identidad como industria mucho más clara. En España no encontramos ninguna empresa creativa en el top 200 por volumen de negocio, esas que facturan más de 1000 millones de euros al año. Solo dos excepciones se cuelan en un ranking copado por la gran distribución, las teleco o las energías: Mediaset que juntando filiales (cómo Publiespaña) entraría en ese top o Atresmedia en la posición 237 del ranking. La media de empleados por empresa es de 10, por lo que el sector, además de sus propios condicionantes, no escapa a la distribución general del tamaño de las empresas españolas por número de empleados, con mayoría de micropymes y pymes.
A esto se suma la necesidad de generar una conciencia de industria más que de gremio en el sector, buscando ganar capacidad de influencia en su entorno. Si en ocasiones ya es difícil poner de acuerdo a un consejo de administración, imaginemos lo que supone tratar de alinear a un porcentaje importante de las más de 64.000 empresas que conforman la economía naranja en España.
A parte de esa necesidad de liderazgo influyente, tanto interno como externo, también es importante sumar a la identidad de los profesionales creativos la mentalidad empresarial y la competencia en la gestión.
Por otra parte, hacer una cuantificación económica del sector, además de complejo es bastante reciente (apenas han pasado 15 años de la publicación del libro de Howkins) y la publicación sistemática de información es irregular, dificultando la comunicación y la transmisión de la relevancia de su actividad.
También cabe mencionar la dificultad de valorar financieramente empresas cuyo principal activo es el capital intelectual frente a otras actividades en las que los activos materiales tienen mayor peso.
En el horizonte
No cabe duda, las empresas creativas generan empleo, transacciones económicas y recaudación de impuestos. Además, lo hacen de manera creciente y sostenible. Su aporte a otros sectores es esencial. Su principal activo está basado en lo que más nos diferencia de las máquinas: el talento creativo.
Necesitamos incrementar su visibilidad y notoriedad en el ámbito económico analizando y explotando adecuadamente los datos del sector.
Facilitar la visión de la actividad creativa también como una actividad económica y de negocio, por ejemplo, incluyendo competencias de gestión en los curriculums creativos y facilitando la asociación multidisciplinar de perfiles creativos y de gestión empresarial.
Buscar, en definitiva, un mayor éxito empresarial para los creativos emprendedores y mayor interés por parte de los inversores en dotar de financiación a negocios creativos.
Desde Innova&acción colaboramos con la Red de Industrias Creativas en la organización de la Creative Business Cup Spain, la competición más importante para empresas del sector cultural y creativo de nuestro país, y que seleccionará el proyecto creativo más innovador del momento en España, proyecto que competirá después en la final de la Creative Business Cup Global a nivel internacional.
Además de esta colaboración directa con las industrias creativas, desde Innova&acción también trabajamos para conectar creatividad y talento creativo con innovación empresarial a través de la colaboración entre talentos multidisciplinares y empresas con iniciativas como el Hackathon Innova&acción Business Challenge.