En los últimos años, distintos expertos han aludido a numerosos y diversos factores que influyen en la productividad como el horario de trabajo, el tamaño de las empresas, las rigideces del mercado de trabajo y reglamentaciones, hasta la existencia en el país de una serie de condiciones tan diversas y en algún caso, tan ajenas al control económico como el estar situados en una latitud templada lejos del ecuador.
En cualquier caso, no se trata de una lista cerrada, existe una gran variedad de factores que influyen en la productividad de las empresas, en este post citaremos algunos de ellos.
Innovación
La productividad es un factor íntimamente ligado al rendimiento, la calidad del producto y la reducción del número de averías o errores. En este aspecto, la innovación juega un papel fundamental como elemento clave para conseguir una mejora y desarrollo de aspectos tecnológicos, de producción o de calidad de los materiales, entre otras cuestiones, que permitan producir más y con mayor calidad y eficacia.
Organización, procesos y metodologías
Existen muchas formas de organizar una empresa y sus diversos circuitos o flujos de producción, logística y de administración. Elegir el tipo de proceso que mejor se adapta al producto o servicio y su mercado, realizando los cambios pertinentes para entrar en una rueda de mejora continua es, hoy en día, esencial para alcanzar los niveles de productividad que requiere un entorno cada vez más globalizado y competitivo.
La productividad también viene condicionada por la metodología empleada. Si el trabajo se divide por proyectos, resulta fundamental analizar qué metodología es la idónea para las características del mismo. Algunos entornos suelen emplear metodologías ágiles que permiten cierta flexibilidad adaptándose al cambio, mientras que otros optan por métodos más conservadores que aseguran un mayor entendimiento por todas las partes implicadas. Sea cual sea la elección de la metodología, ésta debe garantizar la productividad y los mejores resultados posibles.
Uno de los recursos más importantes y a menudo más escasos es el tiempo, de modo que para obtener la máxima productividad es necesario planificar bien el trabajo, que implica gestionar los recursos de manera ordenada, asignar las tareas a las personas adecuadas y establecer objetivos específicos y realizables o SMART (Specific. Measurable. Action-oriented, Realistic. Time-bound): específicos, medibles, orientados a la acción, realistas y limitados en el tiempo.
Contar con recursos insuficientes para realizar una tarea es, desde luego, condición promotora para dinamitar la productividad. La formación y mentorización necesarias, así como el equipamiento técnico, son imprescindibles para alcanzar el nivel esperado de productividad en un puesto. Muchas veces la pérdida de productividad de una empresa se produce por no disponer del equipamiento adecuado para trabajar.
Formación
Uno de los factores que incide en la mejora de la productividad en las empresas es indudablemente la formación de los empleados.
Una formación adecuada para el puesto de trabajo es determinante para garantizar la productividad. Asegúrate de que tu equipo tenga los conocimientos (teóricos y prácticos) necesarios para tomar decisiones acertadas y utilizar las herramientas o equipos informáticos que se requieren para el correcto desempeño de su actividad laboral. En la actualidad, la formación y el desarrollo personal se configuran como un factor clave para el éxito empresarial.
Bienestar y satisfacción de los trabajadores
Factores como el bienestar y la satisfacción de los trabajadores, así como el cuidado de su salud laboral y bienestar juegan un papel totalmente relevante y protagonista en la productividad de todas las organizaciones.
Estos factores enlazan directamente con el estudio que el psicólogo Fredrick Herzberg desarrolló a mediados del siglo XX para explicar mejor el comportamiento de los trabajadores en el trabajo. Los resultados que obtuvo generaron la conocida como “Teoría de los dos factores” , ya que apuntaba a dos grupos de elementos que determinan el comportamiento de las personas: los factores de motivación, que ayudan a lograr la satisfacción del individuo, y los factores de higiene, que aluden a aquellos elementos que se echan de menos o causan insatisfacción.
Entre los factores de satisfacción o motivacionales se encuentran, por ejemplo, el reconocimiento, la responsabilidad o la promoción; mientras que los factores de insatisfacción se relacionan más con aspectos económicos, sociales o de seguridad (salario, condiciones de trabajo, política de la compañía…)
Para aumentar la satisfacción, Herzberg llegó a la conclusión de que había que seguir un proceso de dos fases. En primer lugar, deshacerse de los elementos que generan insatisfacción, para después crear las condiciones que provocan satisfacción.
Motivación y compromiso
El nivel de compromiso con el trabajo también determina la productividad. Los empleados son el principal valor de una empresa y la productividad es sobre todo una cuestión de actitud.
Si una persona se siente identificada con la empresa en la que trabaja, se involucra emocionalmente con el trabajo que hace y ve recompensadas sus expectativas, es más probable que mantenga un compromiso elevado, lo cual se traduce en un mayor sentido de la responsabilidad, factor también decisivo para el rendimiento. Promover el sentimiento de pertenencia con una cultura de empresa que muestre cercanía con los trabajadores resulta un elemento clave para detonar en las personas un nivel de motivación y compromiso que despliegue todo su potencial.
El liderazgo
Un buen liderazgo, basado en la confianza y la empatía es determinante para la productividad. Un líder que entiende las necesidades e inquietudes de su equipo, que es capaz de estimular y mantener el equipo motivado, que es capaz de tomar decisiones que influyan positivamente en los demás y de afrontar los problemas con entusiasmo, es un líder enfocado en conseguir sacar lo mejor de su equipo y en consecuencia garantizar el mejor rendimiento en el trabajo.