Un ámbito con enorme potencial en el que existen muchas posibilidades de innovación y que está poco desarrollado hasta el momento es el de la innovación cruzada. Esta se produce cuando las empresas atraviesan las fronteras de su sector para colaborar con otros. Puede abarcar desde procesos que pueden parecer sencillos, pero no lo son, como el rediseño de los espacios en sectores como la salud o la energía al introducir estudios de arquitectura, hasta cuestiones mucho menos evidentes como la participación de maestros de Origami en el diseño de satélites espaciales.
Los trabajos de referencia en innovación, desde el Manual de Oslo más centrado en Innovación hasta el Manual de Frascati más centrado en I+D, ya apuntaban el potencial de esta innovación cruzada, pero en los últimos años puede comprobarse el incremento de proyectos en esta línea, su enorme potencial de crecimiento, y su aplicación desde el ámbito de las grandes organizaciones hasta el de las Pymes.
Un caso singular es el de la colaboración de diseñadores de moda en el diseño de auténticos trajes espaciales. El mexicano José Fernández -que ha desarrollado su carrera profesional en el mundo del cine diseñando vestuario para películas como X-Men, United Capitán América: Civil War o Batman vs Superman-, ha logrado una innovación disruptiva aplicando principios de la moda y del diseño de vestuario en películas de ciencia ficción y superhéroes al concepto de traje espacial de los tripulantes de SpaceX. Fernández ha conseguido una indumentaria mucha más anatómica, estética y cómoda para los astronautas: un nuevo concepto de traje espacial.
El reto de la innovación cruzada aumenta en los planteamientos más clásicos de innovación. Esto es, cuando intentamos trabajar el concepto de I+D tal como lo desarrollan las empresas de ingeniería, las industrias tradicionales o los centros de investigación introduciéndole otras formas de hacer y pensar como las del sector cultural y creativo (SCC), donde, además el desempeño en I+D es escaso y frustrante. En estos casos disminuyen mucho las posibilidades de éxito de esta innovación cruzada si no se trabaja de la forma adecuada.
Tenemos que entender que el SCC tiene una manera de afrontar los procesos de innovación que es propia y que además puede ser útil para muchos otros sectores en los momentos en los que es necesario más pensamiento divergente, originalidad o disrupción. Tenemos que superar la idea de que hay que introducir, en muchas ocasiones a calzador, metodologías como el Lean Management en proyectos de innovación cruzada, pero que es una excentricidad aplicar la metodología de investigación y creatividad aplicada de las artes escénicas a estos mismos proyectos.
El reto es promover programas de fertilización cruzada empresarial para que las empresas y organizaciones tengan un marco de colaboración claro que permita esa fertilización de manera puntual o continua. También hay que pensar en cómo puede ser la innovación adaptada a la realidad de la empresas y organizaciones más pequeñas y originales que no siempre pueden colaborar con empresas de mayor tamaño.
Durante esta última década hemos visto la tendencia, en todos los sectores, de aplicar una metodología de innovación propia del SCC como es el Design Thinking. Pero el Design Thinking puede no entenderse como I+D pura, aunque en nuestra opinión sí lo es. En todo caso, hay mundo más allá del Design Thinking. Existen múltiples técnicas y metodologías que pueden ser aplicadas a la innovación. Por qué no conectamos más estas metodologías a los procesos de innovación que realizan empresas de todos los sectores. La creatividad y la innovación están íntimamente conectadas en los procesos de innovación más potentes: desde un vehículo eléctrico hasta un plato original diseñado por un chef.
Si nos detenemos en el mundo de la gastronomía descubrimos cómo en muchos restaurantes existen laboratorios de I+D. Es el caso de Ángel León, que ha desarrollado desde su restaurante Aponiente el revolucionario plancton comestible. Esta innovación disruptiva ha sido posible gracias a una potente fertilización cruzada entre investigadores y cocineros, al igual que las que compartió con nosotros Mario Sandoval en nuestro Encuentro Innova&acción.
Creemos que hay un enorme potencial en que los profesionales del SCC con una formación adecuada puedan formar parte de los departamentos de innovación de empresas de otros sectores. Desde Innova&acción hemos dirigido y organizado el Programa de Innovación a Través de Diseño (PID) de Valencia Capital Mundial del Diseño 2022. Estamos formando a profesionales de este ámbito como expertos en innovación para desarrollar proyectos en empresas de sectores como salud, alimentación, ingeniería, mobiliario o movilidad. Los resultados están siendo muy positivos y estamos viviendo esta fertilización cruzada diariamente.
Por lo tanto, se abre una vía para entender que los profesionales y las metodologías del SCC pueden introducirse en los procesos de I+D+i dentro de organizaciones e instituciones de todos los sectores aportando una visión complementaria y singular a la que pueden aportar científicos, tecnólogos e ingenieros, que son los perfiles más habituales en los departamentos de Innovación. Constatamos que la aportación de los profesionales del SCC en innovación puede ser muy significativa en la fertilización cruzada entre sectores y pensamos que se debería aprovechar más, ya que puede ser un nuevo yacimiento de innovación que está aún por desarrollar.
El entorno competitivo que se perfila será híbrido, lo físico y lo digital forman parte de nuestra vida cotidiana y de los procesos de innovación. También tenemos que borrar las fronteras entre sectores si queremos lograr procesos de I+D potentes que nos lleven a innovaciones que resuelvan los retos que tenemos por delante.