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El pasado viernes 25 de marzo celebramos un nuevo encuentro de Innova&acción, en esta ocasión centrándonos en la relación entre el lenguaje y la innovación. Durante la sesión pusimos el foco en nuestras palabras, en nuestros gestos y descubrimos algunas estrategias necesarias para afrontar los retos de innovación en nuestro día a día. Para la ocasión contamos con José Luis Hidalgo Miralles, experto en el entrenamiento del lenguaje.

El mundo empresarial está necesitado de otro tipo de lenguaje.

El lenguaje y la ciencia

Para comenzar, nuestro ponente nos invitó a conocer más nuestro cerebro, órgano donde se encuentra el lenguaje. El lenguaje es un factor determinante para diagnosticar su calidad de vida. Es un vehículo de primera orden que condiciona a los individuos, permitiéndonos, si sabemos cómo, tener una mayor calidad de vida y un mejor bienestar y salud.

Entrenando el lenguaje podemos conseguir una mejor comunicación, una mayor atención en nuestras propuestas con respecto a los demás, mayor satisfacción en la comunicación y una mayor claridad en el mensaje que queremos transmitir.

Por ese motivo, es muy importante escuchar qué nos decimos a nosotros mismos cuando cometemos un error o nos sentimos frustrados. El lenguaje interno, o habla interior, es el diálogo o narración que los individuos tenemos constantemente con nosotros mismos. Y esa narración que elegimos para hablar con nosotros mismos puede dañar a nuestra salud o, de lo contrario, tener un efecto muy positivo en la misma.

Nuestro lenguaje influye directamente en nuestro cerebro, en concreto, en los niveles de atención, memoria, incluso en nuestro estado emocional, existe una correlación directa entre lenguaje y felicidad.

El ser humano es complejo y, de hecho, es la única especie animal que puede anticipar situaciones y miedos que no existen. Por ello, una vez que el peligro ha pasado, los seres humanos seguimos estancados en la situación desencadenante de estrés y, por consiguiente, nuestro cerebro sigue segregando adrenalina y cortisol.

La segregación de estas dos hormonas, en cantidades masivas, es muy perjudicial y provoca dos aspectos muy nocivos para nuestra salud. En primer lugar, afecta a los linfocitos que tenemos en la sangre, esto es, nuestro estrés generado a causa pensamientos intrusivos inhabilita el funcionamiento de nuestros linfocitos. Y, además, también afecta a las neuronas de la gestión y el aprendizaje y, como consecuencia, se tiene más riesgo de padecer alzhéimer en edades más avanzadas.

El lenguaje es la única manera para educar a nuestro cerebro: las palabras son la tecnología fina para modificar al cerebro.

José Luis, nos facilitó algunas claves para modificar nuestro cerebro cambiando nuestro lenguaje al hablar con él. Así, nos explicó algunas cuestiones a las que nuestro cerebro es hipersensible, cómo tratarse a uno mismo en determinadas ocasiones o qué palabras utilizar en función del objetivo.

Los verbos son esenciales en el lenguaje, ya que son los que van pautando la vida de las personas.

A nuestro cerebro no le gusta la sobrecarga de información. Le gusta la concreción y la precisión. Además, la mayor parte de información que recibe el cerebro nos llega de manera inconsciente, es decir, no nos damos cuenta de muchas cosas de las que nos pasan. Esto se debe a que primero se entera el cuerpo del acontecimiento, y después la mente.

Además, estamos más atentos a los noes que a los síes, a los defectos que a las virtudes, a los que nos falta que a lo que ya tenemos.

Cuando nuestro cerebro aprende a hablar en positivo, está funcionando convenientemente.

Dedicarse un lenguaje amable con sentido positivo, ya sea en texto o en diálogo, es ideal para enseñar, para liderar proyectos o para innovar. Las palabras tienen efecto multiplicador. También descubrimos el efecto de los finales, de la velocidad de las palabras y de muchos otros aspectos que, en muchas ocasiones no cuidamos o ni siquiera les prestamos atención.

El final de nuestro encuentro nos permitió conocer la calidad de vida de nuestro propio cerebro, sobre la base de la investigación liderada por David Snowdon, con las monjas de Notre Dame de Minesota y descubrimos mucho de nosotros mismos y de los equipos en los que trabajamos.

Hay palabras que activan zonas de dolor en el cerebro y otras que activan la felicidad.

Entrevista a José Luis Hidalgo Miralles

Si quieres saber más sobre el tema y eres miembro de Innova&acción – Blue red puedes acceder a la entrevista completa y a la documentación utilizada en la sesión en Atacama. Y, si quieres participar en nuestro próximo encuentro: “Pentagrowth”: diseño de modelos de negocio disruptivos, no dudes en ponerlo ya en tu agenda. Será el próximo 29 abril. Aquí puedes encontrar más información.